Autor: Ricardo de la Cierva - 1985
Un libro desmitificador que restablece muchas verdades
Las gentes de la
profunda España
Insisto: Capdeferro ha escrito un libro sobre Cataluña, no en contra; desde Cataluña, no desde fuera; un libro catalán del todo, con esa racionalidad mediterránea que es una de las principales características de lo catalán. Es imposible reflejar en un artículo su contenido desmitificador; evocaré algunos rasgos.
Muchos siguen atribuyendo al conde de Barcelona Wifredo el Velloso la independencia y la paternidad de Cataluña. Pero los primeros historiadores de Cataluña han desmentido ya esa exageración. “Wifredo -dice Abadal- fundador de la nación catalana. No lo fue ciertamente; al menos él no tuvo la menor conciencia de ello. Dividió los territorios que había logrado reunir, desmenuzándolos de nuevo. La concepción que Wifredo tuvo sobre sus dominios no pasó de la que experimentara el nuevo propietario sobre los bienes recogidos o heredados, de los cuales dispondrá libremente, como si de bienes personales se tratase.” El origen de la Cataluña propiamente dicha es posterior; y aunque surge también en fuentes europeas, es por encima de todo un origen hispánico. “Su herencia básica y sus elementos étnicos son hispanos. Sus raíces son profundamente hispanas.” La atribución a Wifredo el Velloso de la bandera cuatribarrada es otra leyenda. Como dice Guillermo Fatás, “salvo la aparición de materiales hasta ahora desconocidos, no hay ni una sola prueba de que las barras fueran usadas por nadie antes de que lo hiciese en sus sellos don Alfonso II Rey de Aragón”.
El capítulo sobre los almogávares, y sobre las hazañas catalanas en el Mediterráneo oriental es una fuerza desmitificadora implacable. Los almogávares tampoco eran exclusivamente catalanes. Vinieron de todos los Estados y confines de la Corona de Aragón y Bernat Desclot, en la “Crónica del Rey Pedro”, dice que una buena parte de ellos, los golfins, “eran castellanos y gallegos y gentes de la profunda España”, bellísima expresión que vale por mil descripciones.
Un libro desmitificador que restablece muchas verdades
Las gentes de la
profunda España
Insisto: Capdeferro ha escrito un libro sobre Cataluña, no en contra; desde Cataluña, no desde fuera; un libro catalán del todo, con esa racionalidad mediterránea que es una de las principales características de lo catalán. Es imposible reflejar en un artículo su contenido desmitificador; evocaré algunos rasgos.
Muchos siguen atribuyendo al conde de Barcelona Wifredo el Velloso la independencia y la paternidad de Cataluña. Pero los primeros historiadores de Cataluña han desmentido ya esa exageración. “Wifredo -dice Abadal- fundador de la nación catalana. No lo fue ciertamente; al menos él no tuvo la menor conciencia de ello. Dividió los territorios que había logrado reunir, desmenuzándolos de nuevo. La concepción que Wifredo tuvo sobre sus dominios no pasó de la que experimentara el nuevo propietario sobre los bienes recogidos o heredados, de los cuales dispondrá libremente, como si de bienes personales se tratase.” El origen de la Cataluña propiamente dicha es posterior; y aunque surge también en fuentes europeas, es por encima de todo un origen hispánico. “Su herencia básica y sus elementos étnicos son hispanos. Sus raíces son profundamente hispanas.” La atribución a Wifredo el Velloso de la bandera cuatribarrada es otra leyenda. Como dice Guillermo Fatás, “salvo la aparición de materiales hasta ahora desconocidos, no hay ni una sola prueba de que las barras fueran usadas por nadie antes de que lo hiciese en sus sellos don Alfonso II Rey de Aragón”.
El capítulo sobre los almogávares, y sobre las hazañas catalanas en el Mediterráneo oriental es una fuerza desmitificadora implacable. Los almogávares tampoco eran exclusivamente catalanes. Vinieron de todos los Estados y confines de la Corona de Aragón y Bernat Desclot, en la “Crónica del Rey Pedro”, dice que una buena parte de ellos, los golfins, “eran castellanos y gallegos y gentes de la profunda España”, bellísima expresión que vale por mil descripciones.