viernes, 28 de marzo de 2014

EL "TABAC" NO PERJUDICA LA SALUD

EL `TABAC´ NO PERJUDICA LA SALUD



Ricardo García Moya

Diario de Valencia 16 de Junio de 2002



La Generalitat Valenciana, incansable, acosa a los esco¬lares con anuncios en catalán sobre los efectos nocivos del “tabac”, y les aseguro que es falso: ningún “tabac” produ¬ce enfermedades broncopul¬monares; aunque sospecho que los comisarios olvidan que en idioma valenciano “tabac” es un cesto, generalmente de mimbre, sin rela¬ción con los productos cance¬rígenos de la “Nicotiana Ta¬bacum”. Procedente del ára¬be “tabac”, equivalente a “panereta”, dice Corominas que es vocablo “valenciano desde Lamarca, año 1842” (DECLLC); pero no es cierto. Las voces de origen árabe no venían del condado levantino al Reino de Valencia, sino al contrario; el sustantivo lo te¬nemos documentado antes de la fecha dada por el despista¬dillo etimólogo catalán: “en les mans tenía un tabac” (Co¬rella: Obres, 355, h. 1460); “tabacs o paneres” (Pou: Thesaurus, 1575); “en un ta¬baquet de faena trobaria tres sous” (Ayerdi: Noticies de Valencia, 1661); “un tabá¬quet “ (ACV. Ms. Melchor Fuster, h, 1680); “con la pera en lo tabac” (Escalante: A la vora de un sequiol, 1870); “un tabaquet ple de draps” (Balader: El pare alcalde, 1871); “tabac: cestillo de mimbre” (Escrig: Dicc. 1887). Los valencianos no eran tan brutos como para fumarse el “tabac”, cesta donde el pescador guardaba anzuelos y cebo; o las señoras ponían pan, frutas, flores, aguja e hilos de bordar, etc.

Está claro que el “tabac” no se fumaba, pero la voz “tabaco” tropieza con la consigna catalanera de que una palabra valenciana no puede ser igual a otra española. Los catalanes sí pueden tener en su idioma la voz “patata”, co¬mo en español; pero no admi¬ten que en valenciano con¬servemos la voz “tabaco”, pese a ser la usada por nues¬tros antepasados: “no puga vendre lo tabaco, tant de fum com de pols” (Llibre. Estab. Peniscola (sic), any 1698); “pera 1 lliura de tabaco” (Lli¬bre de contes de St. Cristofol de Benasal, h. 1760); “no val una pipada de tabaco” (Ga¬liana: Rond. 1768); “com el tabaco que nos venen en l’es¬tanc” (Coloqui de una valen¬cianeta Imp. Mariana. 1854); “de vore en lo meu estanc tan bon tabaco” (Baldoví: Un fandanguet en Paiporta, h. 1855); “tabaco de fum, taba¬co de fulla, filipí, negre…” (Escrig: Dicc. 1887). A partir de estas fechas, los sumisos floralistas catalanizaron el vocablo, aunque el pueblo seguiría con la forma genui¬na. También el derivado “ta¬baquer” diverge del catalán “tabacaire”, siguiendo la ley morfológica que opone a los valencianos pollastrer, peix¬cater y creiller, los catalanes pollastraire, pescaire i pata¬taire; aunque los del IEC, astutos, están valencianizan¬do su morfología como tácti¬ca para la total deglución de nuestro idioma (y el bicarbo¬nato lo da San Zaplana).

El consumo de “tabaco de pols… para sorberlo por las narices“ (Escrig, 1887), se generalizó en el Reino de Va¬lencia, estableciéndose tasas como las que impuso Pe¬niscola (sic) en 1698 para al “tabaco, tant de fum com de pols” (Llibre Est. 1 abril 1698). El producto “de pols” tuvo efectos colaterales en la semántica, pues la expresión un “echar un polvo” aludía en un principio a echar “tabaco pols” o rapé sobre la manó para aspirarlo; pero la costumbre de “echar el polvo” en salones retirados, donde los caballeros dialogaban íntimamente sobre lo divino y humano, fue aprovechado para otras actividades. En el XIX, como vemos en versos de Ventura de la Vega, “echar un polvo” adquiría la chocan¬te polisemia.

El placer de fumar asociado a un acontecimiento festivo estaba arraigado. En el “Co¬loqui de Rafelo de Picasent y Toni de Alcáser” (any 1813), los protagonistas muestran su gozo por la huida de las tropas napoleónicas: “Pues ara fes sis sigarros / y fuma¬rem a dos mans, / ya que tenim el tabaco / que casi es pot dir donat”. Toni de Alcáser está exultante por la baratura y abundancia de estos géneros, dando a enten¬der que se debía “als ingle¬sos”, aliados del Reino de Valencia, que habrían ayuda¬do a paliar la penuria posbé¬lica: “Lo més barato en lo dia / es el tabaco y lo pa”. Dato interesante es que el sustan¬tivo valenciano “pataqueta” se documenta aquí, creo, por vez primera: “sis pataque¬tes”.

El texto es rico en léxico del valenciano moderno: no¬satros sigam bons, entra en Valencia y vorás, cumplixca, se acachá tot lo mon, chagans y nanos, no els ampara…”. En el coloqui se mantiene aquel topónimo que los mo¬zárabes valencianos usaban antes del 1238 (Murvedre. Morvedre, Molvedre); ha¬blándonos Toni del “Castell de Molvedre”. Los _arbarismo prefieren Sagunto.

El negocio del fumar gene¬ró la aparición de la excitan¬te cigarrera que, para los ca¬balleros del 1800, equivalía a una empleada de El Corte Inglés para Carraszaplana¬cosa. Es curioso la atracción que ejercían las obreras de las fábricas de tabaco para los músicos, dramaturgos y señores de la tercera edad. La literatura valenciana se ocupó del tema desde la ópti-ca de la ironía, opuesta al dramatismo sangriento y taurino de Merimée. En la fábrica de Valencia comenza¬ba el espectáculo a la salida en tropel de un pequeño ejér¬cito de vociferantes cigarre¬ras armando gresca, sudoro¬sas y con media teta al aire, después do agotadoras jorna¬das. Una cigarrera valencia¬na, la SaIá, resumía su Iabor: “Fent puros pasem la vida / fulles y fulles rollant; / nosa¬tros els fem, y uns atres / s’els fumen en acabant” (Barber: De Valencia al Grau, 1888).

Primer colectivo femenino del naciente proletariado, las cigarreras estaban orgullosas de la relativa independencia que su estatus social les pro¬porcionaba. El sainete valen¬ciano ha incidido una y otra vez en el choque entre los calenturientos adultos y el desparpajo de estas trabaja¬doras que apenas alcanzaban los 20 años.

En “De Valencia al Grau”, unos carcamales se alborotan ante la salida de “les chiques de la Fábrica de Tabacos” (p. 20), iniciando punzante diá¬logo con “les sigarreres”. Una, entre risas, impreca a Colau: “Agüelacho mata pu¬ses, tinga entés qu’esta barca te patró”. Al piropo de “coca fina”, otra cigarrera contes¬ta: “Coca que no tastará, ni vosté ni el companyero, per¬que no tenen quixals”. Los ancianos, embelesados, exclaman: “El _arbar son estes chiques… grahueres”. Con doble sentido, la Salá canta: “Tinc un novio que se fuma / lo milloret de la Fábrica, / y en quant li done a fumar, / de tant gust li cau la baba, / el tabaco danya el pit / y yo dic que aixó… “(p. 23).

Hace meses, el gobierno mandó a tomar por el saco la centenaria Fábrica de Ta¬bacos de Valencia, aquella de donde salían las mensuales cigarreras.

Su actividad y puestos de trabajo los trasladaron a otra ciudad más querida por los mesetarios.

Además, nuestra invicta Generalidad ha editado un Vocabulari de _arbarismos donde prohíbe el sustantivo valenciano “tabaco” e impo¬ne “tabac”, tal como ordena el IEC.



EL "SECESIONISMO" LINGÜISTICO DEBILITA EL IMPERIO CATALANO-CATALAN

EL "SECESIONISMO" LINGÜISTICO DEBILITA EL IMPERIO CATALANO-CATALAN



AUTOR: JAUME DE LA SERRA



(Nomes versio en Castellà • Solo versión en Castellano)





Dicen que eso que (falsamente) algunos nombran como "secesionismo" lingüistico "debilita al idioma". Y yo pregunto ¿ a qué idioma se refieren ?¿ al Catalán ramplón y amigo de lo ajeno ?



Para empezar, lo que nunca ha ido unido no es necesario separarlo, porque ya lo está.

En segundo lugar las cosas deberían llamarse por su verdadero nombre: "Absorcionismo" y no "secesionismo".



Absorcionismo del idioma catalán hacia el idioma Valenciano por cuestiones meramente políticas y económicas. Esas son las razones fundamentales y primarias. Por tanto, olvidémonos de esos cantos de sirena lingüísticos y filológicos que lo único que pretenden es desorientar al personal basándose en el "cientifismo" partidista de cierta "progresia" rasputiniana subvencionada.

Matizar también, que el auto-otorgado derecho a "trinque" del pancatalanismo obedece igualmente a asuntos de lustre histórico-literario imperial que "aconsejan" que la literatura Valenciana de genuinos autores valencianos del Siglo de Oro (de "mosatros") sea absorbida y considerada como catalana por el "stablishment" político-cultural catalán, que busca desesperadamente paliar el enorme, triste y chirriante vacio literario "clásico" del fatuo, engreido, ficticio y mal nacido imperio catalano-catalán (hoy bautizado como "Eurorregión" y ayer "Països catalans").



El que el idioma Valenciano pueda continuar "secesionado", yendo por su lado, tal y como ha sucedido a lo largo de los siglos y el idioma Catalán haga lo propio, no puede debilitar ni perjudicar en absoluto ni a un idioma ni a otro. Antes al contrario, cada uno continuará en su distinta y propia evolución natural, que ya los viene diferenciando desde hace muchas centurias (tal y como lo atestiguan los propios autores clásicos valencianos desde el siglo XIV), y cada pueblo, el valenciano y el catalán (pariente el último, dicen, del pueblo Valenciano, pero cada día más lejano e insoportable), hará uso y decidirá en libertad sobre su propio idioma, lo hablará como le apetezca (que con toda probabilidad será "bien") y se encargará de transmitirlo a las generaciones siguientes siempre y cuando, en Valencia reino, la Academia Valenciana de la Lengua (A.V.L.) y toda la cohorte de iluminados catalanistas de sueldos millonarios que la pueblan, no destruyan, a base de catalanadas normativas y travestismos nominativos, como el de "catalanovalenciano", la baja autoestima de los Valencianos hacia su lengua propia Valenciana y los aboquen al monolingüismo castellano que no les genera problemas de esquizofrenia lingüística "culta-vulgar".





Los pan/catalanistas deberían hablar claro, pero eso es algo que nunca harán porque saben que su discurso no interesa en absoluto a la sociedad Valenciana y porque de hacerlo quedarían al descubierto sus aviesas intenciones separatistas y disgregadoras de España previo "choriceo" del antiguo Reino de Valencia, su gente, su idioma y su patrimonio, para deleite y engorde de esa Cataluña que sueñan grande e imperial a imagen de la que fué forjada por la Corona Castellana.

Y es que los catalanes, secretamente, envidian y admiran mezquinamente a su odiada Castilla, a lo que ellos llaman "España" (renegando de una "Hispania" de la que ellos siempre han sido parte por voluntad propia) y en la nocturnidad y en la alevosia polucionan sus más bajos instintos imaginando un colosal imperio catalán, con literatura medieval Valenciana incluida, que les permita codearse con sus "enemigos" los españoles en todas las enciclopedias y universidades del mundo (mundial).





Por favor, estimado/a lector/a, cuando vuelva a oir aquello de que "el 'secesionismo' debilita la lengua", cambienle el "chip" a la frase y sustituyala por: "el (supuesto) 'secesionismo' debilita el PROYECTO IMPERIAL CATALÁN".

Y para los que no acaben de entender el por qué de dicho cambio, solo cabría recordarles cual es la consigna máxima del nacionalismo imperialista y colonialista catalán: "UNA LENGUA (catalana), UNA NACIÓN (catalana)".



Asi pues, sabiendo ésto, no podemos extrañarnos (aunque sí indignarnos y defendernos) de la obsesión enfermiza y recalcitrante de gobiernos e instituciones catalanas para que se reconozca y acepte que el diferenciado e independiente Idioma Valenciano es el mismo que el Catalán. Ellos saben, los pan/catalanistas, que cuando se admitan sus delirios de que los Valencianos "hablamos Catalán", el Reino de Valencia estará más cerca de pasar a formar parte de la "Cataluña grande" bajo el sugestivo nombre que nos impusieron hace años de "Cataluña sur".



Bueno, eso es lo que los "pancas" quieren, ahora falta que el pueblo Valenciano se deje (que va a ser que no).

EL "EMPAR" QUE JAMAS EXISTIO

EL `EMPAR´ QUE JAMÁS EXISTIÓ



Ricardo García Moya

Diario de Valencia 9 de Junio de 2002



Los barbarismos catalanes, con total apoyo de la Genera¬lidad, invaden nuestro espacio vital. Si la falla Na Jordana escribe, por ajemplo, “gegant, perruqueria i pescateria” en lugar de las valencianas “ja¬gant, peluqueria y peixcateria”, obtendrá aplausos del poder y titulares del diario catalán “Levante”. Aunque no es lo mismo, esto viene a cuento por un anuncio a toda página y color del madrileño “El Mundo” (Ed. Alicante, 12-5-02), publicitando el “Forn Desem¬parats” (sic) del Mercado Cen¬tral y de la calle Guillem So¬rolla de Valencia. Sería digno de Sherlock Holmes descubrir qué pretenden al publicitar en catalán el pan que aquí, en Ali¬cante, se vende con la misma calidad y precio. Lo de “Desem¬parats” no es el nombre antiguo del establecimiento, pues en tal calle vivían familiares míos, y jamás hubo un horno normalitzat (que sus razones tendrá); pero no encaja que se anuncie en Alicante y repita en las pocas palabras del enorme anuncio las voces “Desempa¬rats, Empars, Emparigües”, en lugar de las valencianas De¬samparats, Amparito, Amparo (podría aceptarse Ampar), Am¬parigües, Amparín, etc. No creo que la gente vaya de Alicante a Valencia para adquirir pan en tal horno, pero el anuncio ha logrado que algunos alicantinos piensen que en Valencia se usan tales palabras. Por cierto, jamás se bautizó a ninguna “Empar” hasta la contamina¬ción posterior a 1940, con el franquismo fusteriano y meapi¬las.

Lo que es innegable es que existió un arcaísmo “emparar” en los romances hispánicos, y basta leer al riojano Berceo o el cas-tellanísimo Cantar del Cid para comprobarlo: “abremos grand empara” (Cod. Cid, h. 1207, v. 450). Es decir, que mientras Berceo y el juglar de Medinaceli usaban “emparar” en castellano, en los cartularios romances del monasterio de Poblet aparece “amparandi... honorem” (año 1194), y en tex¬tos del latín arromanzado del pallarés, “amparet Bernardum de Torenna” (año 1170). Esta dualidad morfológica, en el idioma valenciano, acabó con el triunfo de “amparar” por la tendencia a la abertura inicial átona. De ahí lo raro que el “Forn Desemparats”, al felicitar a “les Empars” en lugar de “les Amparos”, olvide que tal nombre jamás existió en la onomástica valenciana, como reconoce hasta el pícaro Co¬rominas “la variante empar es artificial, mera corrección pu¬rista en una palabra poco arrai¬gada” (DECLLC, Ed. La Caixa, Barcelona, 1995). Como es pí¬caro, añade que “parece que en Valencia tiene más extensión y no sé si más espontaneidad” (íd.) ¡Qué pillo es el menda! Di¬ce que no sabe si tiene más es¬pontaneidad en Valencia, cuan-do la documentación más an¬tigua que ha encontrado es un texto en catalán fusteriano de 1960, año en que hasta “Lo Rat Penat” sardaneaba al usar lo del amb y el desenvolupar, al tener como modelo idiomático la Revista Valenciana de Filología catalana (similar a la AVL), controlada por Joan Fus¬ter, Gulsoy, Sanchis Guarner, Martí de Riquer, Dolç, Bohigas y toda la fusilería del IEC.

Los valencianos tenemos documenteción que demuestra que la adopción definitiva de “amparar, amparo y desampa¬rats” no fue imposición del GAV o UV: “desamparada” (Vilano¬va, Arnau: Obres, XI. 75, h. 1290); “desampararia tot” (Crónica de Pere IV, abans del 1387); “ampares” (DCVB, doc. any 1392); “amparar... no obs¬tant l’ampara” (Roig: Espill, 1460); “deIs desamparats, aju-dador dels malalts” (Martorell:

Ag. II, 170, 1490); “desampara¬ren la artilleria” (Breu relació de la Germania, 1519); “me de¬sampares” (Montanyes, Jaume: Espifl de ben viure, 1559); “eres del christiá amparo” (Timo¬neda: Misteri de la Iglesia, 1575); “confraría dels desam¬parats” (Porcar; J.: Ms. Coses, 1615); “troben en vos lo am¬paro... desamparat” (Mateu y Sanz, A la Verge de la Sapiencia. Bib. Nac. Madrid, Ms. 3746, 1642); “unich amparo en tots los perills” (Archiu Mun. Oriola, Leg. 984, Generalitat, 1649); “lo patrocini y amparo” (Orti, M. A.: Segón Cent. Can. S. Vicent, 1656); “desamparats (Inv. Sta. María de Castelló, 1674); “que em ampare ans (Cucarella: Luces de aurora, 1665); “desamparats” (Ros, Carlos: Tratat, 1736); “la mort me ampare... morirse desampa¬rat” (Escoriguela. Stabat Mater, 1799); “busca qui t´ampa¬re” (Balader: El pare alcalde, 1871); “sinse amparo es queda hui” (Escalante: El agüelo Cuc. 1877); “mos ampara” (Sánsano: Una sublevació en Jauja, Elig 1896); “desamparadament” (Escrig: Dicc.1887); “Mare de Deu dels Desamparats” (Ga¬dea: Tipos, 1908; “perque l‘am¬para” (Alberola: Terres secanes, 1924) “amparar, desampa¬rar” (Dicc. RACV 1997). La AVL, igual que alguno hornos, desprecia a los autores citados y fomenta el arcaísmo “emparar” que impone Cataluña.

Hablando del pan, Coromi¬nas condena “el recentíssim pa¬naderia”(DECLLC), olvidando que más “recentíssim” es el ar¬tificial nombre propio “Empar” (a. 1960) o la “nissaga” (h. 1800); no obstante, los catala¬neros pierden el culo bautizando a sus hijas con este engendro para fortalecer la “nissaga” inmersora (en idioma valencia¬no clásico existe “ginea”, equi¬valente a estirpe). La voz “panaderia” era patrimonial antes de Almansa, “arrendadors de la panadenia” (Llibre Est. Peñís¬cola, any l698), así que no era tan reciente este sustantivo que enlaza con el valenciano “panader” (DCVB). Como ven, nos tienden trampas los que viven del catalanismo, que son miles y miles.

La academia de Ascensión apoya todas las guarrerías idio¬máticas del IEC, aunque son tan chapuzas los acuerdos de la AVL que parecen dictados por los Morancos. Así, el solemne “Acord de la AVL” (20/5/02) está lleno de barbaridades que sólo pueden cometerse aposta y para hacer reír. En el documen¬to patinan, por ejemplo, al afirmar que el sustantivo “gasto” no está documentada “en texts dels segles XIII al XVI”. Ahora comprendo que quisieran un asesor idiomático estos virtu¬osos de la lengua y hacer el ridí¬culo, pues el inexistente “gas¬to” está presente desde el siglo XIII al XVI, sea como el moza¬rabismo “guastar”, usado por San Vicent (h. 1408), Roig (a. 1460), y Martorell (a. 1490); o en la forma reducida “gastar”, preferida por Eiximenis: “gasten e porten a destrucció” (a. 1387). Como es sabido, el hu¬manista catalán escribía en nuestro idioma, pese a recono¬cer humildemente “el seu po-bre entendre en llengua valen¬ciana”; aunque más paupérri¬mo es el de los miembros de la AVL. Eso le pasa a Ascensión por no haber consultado a cualquier miembro de la Real Academia de Cultura Valencia¬na, que le habría sugerido sin cobrarle nada que leyera, por ejemplo, el popular Thesaurum de 1575 (de veritat, Ascensió, que l’any 1575 es del siglo XVI), donde Pou escribe: “lo gasto… fer grans gastos... cosa dels gas¬tos... Ilibre memorial, en que se escriu lo gasto del dia... cuc que es fa en los seps y los gasta...” (Thes. Valencia 1575). Mentres tingam entre mosatros estos mespantofles cegos cronolexics, arrancant rails y enredrant desde el chiquets als yayos ¿cóm no eixirán a toneIlaes “Empars” y panaderies de de¬samparats “desemparats”?

EIXEMPLE A SEGUIR

EIXEMPLE A SEGUIR



Per Domingo Gimeno Peña



Els pobles pugen a la gloria al seus grans personages, a eixes persones que pel seu comportament durant la seua existencia, han mereixcut l´admiracio i reconeiximent dels seus conveïns i de les generacions futures, sen per a sempre motiu d´orgull i eixemple a seguir per a tots.



En estos temps en els que a alguns se´ls ompli la boca reivindicant la nostra llengua, la nostra cultura, la nostra historia, coincidixen dos acontenyments importants. El 750 aniversari de la baixada dels castelloners a la plana i el 75 de la mort de la persona que sense dubte mes ha lluitat durant tota sa vida per defendre la nostra identitat de castelloners i valencians, sempre al costat dels nostres germans de tota Espanya com ell mateix dia : Ab nostra propia llengua valenciana, ab nostra propia e intensa cultura casolana, sense la humillant tutela de castellans i catalans. ( Veu de la Plana, 21-10-1916 ).



Eixe home es Gaetà Huguet i Breva ( 1848-1926 ) i en el setantacinc aniversari de la seua mort pocs son els que s´anrecorden d´ell, quan en 1915 la revista Patria Nova dia d´ell : Hi ha persones que sintetisen un poble. La ciutat de la plana sempre ha estat sintetisada per lo gran patrici valenciá en Gaetà Huguet. Havem aplegat i´l havem abrassat; semblava abrassavem a la patria valenciana. ( Angelot, Patria Nova, nº 15, 12-6-1916, p. 4 ).



En Gaetà era un home ric, pero al mateix temps tenia inquietuts, era emprenedor i tenia visio comercial, pero sobre tot era un home en ideals i enamorat de la seua terra i la seua gent.



Sempre ham lamentat la poca implicacio de la burguesia valenciana en els temes culturals, en Gaetà va ser la excepcio.



Huguet era capaç de fletar barcos sancers per a exportar a America els nostres productes, als temps que encapçalava la Junta de Contribuents per a fer possible la construccio del port maritim que hui tenim en el Grau, colaborar en la creacio de entitats com la Cambra de Comerç i atres infraestructures necesaries pera el desenrroll de la nostra comarca. Pero aixo no impedia que patrocinara quantes iniciatives culturals i deportives necesitaren ajuda. Per iniciativa seua o gracies a la ajuda economica de Gaetá van naixer, els jocs Florals de Castello i Alcora, un concurs de himnes del Regne de Valencia, va cedir uns terrenys per a la construccio d´un gimnasi, o va patrocinar integrament els 3.000 eixemplars de l´edicio del " Compendi de la Gramatica Valenciana " del pare Lluis Fullana, gramatica que ell va utilisar per a obrir la primera escola de Llegua Valenciana en Castello, a on ell donava classes personalment. A la seua mort el seu alumne Lluis Revest el va succedir.



En Gaetà va participar en la politica, arribant a ser diputat i regidor, pero sempre promovent associacions o publicacions en el fi de fomentar la nostra cultura i la nostra llengua valenciana.



No va tindre inconvenient en fundar la associacio " Joventut Regionalista " junt a Salvador Guinot, rival politic pero afi en el valencianisme, per ad ell aixo era lo primer.



La falta de memoria respecte a Gaetà Huguet, pot ser siga precisament per ser un gran eixemple per a tots.



Els catalanistes per que en els seus articuls ya denunciava les seues intencions quan dia: L´idea dels chauvinistes catalans de estendre lo mantell de la seua nacionalitat per damunt de la nostra patria i que trove eco en alguns valencians fills de catalans, no solament la considerem humillant sino que destructora dels mes cars dels nostres ideals. Si ella encontra de lo que esperem, prengues cos en Valencia, los de Castello nos fariem independents i la combatriem dasta quedarne hu dels nostres. ( Veu de la Plana 21-10-1916 p.2-3 ).



En " Las Provincias " contestava a un tal Eugénic, defensor de l´unitat de la llengua: Lo perill gros, lo qui al nostre modo de vore requirix totes nostres forses, totes nostres energies per a combatirlo sens tregua ni descans, es lo perill del catalanisme. Y al parlar de catalanisme com a perill, no volem fer menció del catalanisme germà, d´aquell que en lo segle XV y XVI regoneixé la nostra independencia llengüistica y la nostra supremacia lliteraria ( " Los valencians i valencianistes de Castello " . Las Provincias, nº 17422, 11-06-1914, pag.6 ).



¿ Que pensaria en Gaetà si puguera vore que l´Institut d´Estudis Catalans, te seu en un edifici de propietat municipal en Castelló i que la Fundacio Huguet premia tots els anys les lletres catalanes ?. Lamentablement les pors de Huguet s´estan cumplint, esperem que en el futur la veritat sure i el poble valencià fique a cada un en el seu puesto.

Per a molts valencianistes tambe en Gaetà es bon eixemple, per a oblidar-nos de dretes o esquerres quan parlem de valenciacisme, per a ficar els interessos colectius abans dels particulars, evitant fer " capelletes " i descalificacions innecesaries entre nosatros i fer tots força en la mateixa direccio.



A pesar, del oblit general, molts castelloners sempre recordarem a Gaetà Huguet i Breva, per a orgull del nostre poble i com a eixemple a seguir.

DOS TESTIMONIOS DE LA LENGUA VALENCIANA

DOS TESTIMONIOS DE LA LENGUA VALENCIANA



Por Juan Ferrando Badía

(Catedrático Emérito de Derecho Constitucional y Ciencia Política. Doctor Honoris Causa)



A) El primero es del gerundense, Francesc Eiximenis, que nació en 1327 y se afincó en Valencia. Es autor dela obra "Regiment de la cosa pública", tratado dedicado "als jurats de la ciutat de Valencia", que contiene treinta y dos alabanzas de exaltación de la ciudad y Reino de Valencia. La última de ellas dice: "La trenta e dues es que aquesta terra ha lenguatge compost de diverses lengues que li son entorn, e de cascuna a retengut ço que millor li es, e ha lexats los pus durs e los pus mals sonants vocables dels altres, he ha presos los millors. E no res menys trobarets dins aquesta beneyta ciutat qui us pot ensenyar les principals lengues del mon. Axi com son lati, ebraych e morisch". Y en la conclusión de la "dita lletra" subraya: "poble valencià sia poble especial" (...) per privilegi especial ha propi nom e es nomena poble valencià. E per aquestes mateixes raons es digna cosa que la ciutat, qui es cap de tot aquest regne haja nom Valencia".



B) El segundo de los testimonios corresponde a Martín de Viciana, nacido de ilustre linaje en la ciudad de Burriana, en torno a 1502 y autor de las obras: "Chronica de la inclita y coronada ciudad de Valencia" y de "Alabanzas de las lenguas". En el opúsculo "Alabanzas de las lenguas", dedicado "als ilustres jurats" de la ciudad de Valencia, aborda el origen y excelencias de las lenguas hebrea, griega, latina, castellana y valenciana, de la que exalta su galanura y esplendor. De la lengua valenciana escribe que "ha probado con todo cumplimiento, que la lengua latina es muy universal por todo el mundo, y de aquella muchas otras lenguas han tomado gran número de vocablos: y que la lengua valenciana es hija y factura de la lengua latina por derecha línea y propagación".



Según Viciana, la lengua valenciana en más de tres mil vocablos es pura latina y

recoge una relación de voces que demuestran la relación directa con la lengua madre. Ejemplos:



latín, "cel", valenciano "cel", castellano "cielo";

latín "farina", valenciano "farina", cast. "harina";

latín "germana", val. "germana", cast. "hermana";

latín "regina", val. "regina", cast. "reina";

latín "os", val. "os", cast. "hueso";

latín "cepa", val. "ceba", cast. "cebolla";

latín "fames", val. "fam", cast. "hambre";

latín "fenestra", val. "finestra", cast. "ventana", etc.



Martín de Viciana elogia nuestra tierra y lengua, al recordarnos que Valencia tiene una lengua pulida,

dulce y linda: "Esta lengua formaron de lo mejor que había en la Limosina, y por lo que les faltaba recurrieron á las tres lenguas mas exelentes de todas las del mundo, según antes hemos probado. De la hebrea tomaron sac, recamar, tou, petit, sapha, de gom á gom, y muchos otros vocablos en gran número. Otrosí tomaron de la griega bastax, tapi, mostacho, assomar, golf, colp, geneca, cis, squinçar, gos, brecár, disminuir, y otros muchos en gran número. De la latina tomaron todos los otros vocablos para hacer, que la lengua valenciana, fuesse muy copiosa, y tuviesse propio nombre á cada cosa por rara que fuesse. Entre las otras lenguas que los valencianos desecharon y aborrescieron, fue la lengua arábiga..."



Esta mayor proximidad del valenciano a su lengua madre le llevó a manifestar a Dámaso Alonso que "la lengua valenciana y la catalana están en paridad y al mismo nivel". y reconocía "una mayor antigüedad de la lengua valenciana, ya que sus raíces se hallan más próximas al latín”.



Por todas estas particularidades sobre el origen, conciencia idiomática y cualidades, y haciendo nuestras las palabras del colofón de “Alabanzas de las lenguas”, antenemos, con todo derecho, que “la lengua valenciana puede pedir su justicia”.

EL VALENCIANO BURRACO

EL VALENCIANO BURRACO



Por Ricardo García Moya

Las Provincias 6 de Septiembre de 1998



El rostro de Jordi Mollà -compañero de Maribel Verdú en "La buena estrella"- intenta aparentar rebeldía astuta. En una entrevista a este "hombre de idiomas" (sic), aparece el triste concepto extendido por España respecto a los valencianos y al valenciano. Así, a la pregunta: "¿El problema de los valencia-nos es de RH confundido, sentirse catalanes sin serlo?". El galán barcelonés, en respuesta incoherente, masculla que en el Reino hablamos "valenciano burraco" ("El Mundo", 1-8-98). De este modo, los héroes del progresismo intelectual van extendiendo por Europa que soñamos con ser catalanes, y que hablamos un burraco dialecto de germanía.

Mollà no quiso ofender. Simplemente repetía prejuicios generados por filólogos atolondrados como don Gregorio Salvador, autor de aquel ensayo sobre "Lenguas de España" (Barcelona, 1987) donde expresaba "irritación, perplejidad y asombro" ante la publicación en lengua valenciana de la Constitución. Según su "cuenta de lingüista" sólo le salían en España once lenguas: "castellano, gallego, catalán, vizcaíno, guipuzcoano, navarro septentrional, navarro meridional, labortano, aranés, etc.", pero no el valenciano (p. 96). Insinuaba, además, que éste era como al panocho, el cheli o el sayagués de León. La razón científica esgrimida por el susceptible andaluz era la lectura de Sanchis Guarner y (¡disimulen la sonrisa!) que "en el 'BOE' del 29 de diciembre de 1978, donde se publicaron tales textos (la Constitución española) resulta que el texto valenciano repite al catalán punto por punto, palabra por palabra, sin faltar coma ni variar letra". Por lo visto, nadie le dijo que los políticos llaman valenciano al catalán que imponen en televisión, enseñanza pública y escritos oficiales.

La labor de los filólogos del Institut d'Estudis Catalans ha hecho olvidar que las lenguas cultas exis-tentes en España durante siglos fueron la valenciana y la castellana. ¿Cómo lo consiguen? Falseando documentación. Veamos un ejemplo: en la Gran Enciclopedia Catalana -pedrusco filosofal del catala- nismo universitario- podemos leer que el "Vocabulario del humanista", obra de Lorenço Palmireno, publicada en 1569, está escrito en "latín, castellano y catalán". Al leer estas informaciones, los estudio-sos como don Gregorio Salvador admiran la gran importancia que tuvo la lengua catalana, y no ese indignante valenciano burraco inventado en el siglo XX. Pero hay un problema: Lorenço Palmireno, incluso en la edición del "Vocabulario del humanista", publicado en Barcelona en 1575, advertía a los catalanes que en la traducción latina, "si no hallo vocablo en castellano, póngola en valenciano, italia-no, francés o lengua portuguesa". ¿Lo ven? El cientificismo moldeado por pluscuamperfectos catedráti-cos de filología de la Universidad (no por escritores de llíbrets de falla") adolece de pícaros lapsus que, extrañamente, no indignan a nadie, incluido don Gregorio.

La Gran Enciclopedia CaTalana tampoco ha reparado en otro detalle del "Vocabulario". En el capi-tulo "de las Yerbas" encontramos la única referencia al catalán, y nos indica su categoría de lengua se-cundaria al citarlo Palmireno detrás del castellano, valenciano y aragonés. Por si hubiera dudas escribe en el mismo párrafo: "Quando verás esta señal (y dibuja un asterisco) denota que no le hallo nombre en Castellano, y por esso tomo el Valenciano". EI humanista procedía de Aragón, reino cuya lengua ya no tenía uso diplomático y literario desde el siglo XV. Palmireno anota escasas voces aragonesas, y me-nos aún catalanas; por ejemplo, en el capítulo de botánica anota: Granera, bracera, cyanus; en valenciano, aragonés y latín, respectivamente.

Que don Gregorio considere al valenciano una lengua inventada en el siglo XX por "políticos desen-fadados" indica que la manipulación del IEC ha triunfado en la Universidad. ¿Cómo va a creer, por ejemplo, que la ch era un dígrafo habitual en el idioma valenciano? Don Gregorio ha leído a Sanchis Guarner, que dice lo contrario. Así, el Diccionari de Alcover -donde Guarner colaboró- oculta que Pal-mireno testificó que en lengua valenciana se escribía milocha y chufes, de igual modo que encontramos carchofa y pechina. Y no es arbitrariedad, pues el Thesaurus (Valencia, 1575) muestra la misma mor-fología.

En el "Vocabulario", aparece léxico botánico valenciano de origen árabe o mozárabe como alfábega y táperes, que han pa- sado a engrosar el zurrón de Ca- taluña, de igual modo que la obra de Palmireno. Otro ejemplo del cientificismo del IEC lo ofrece el Dr. Corominas, el cual, con su método de aplastar cualquier origen valenciano afìrmaba que "baladre" era aragonesismo. ¿Tanto le hubiera costado al ilustre etimólogo acercarse a la Biblioteca de Cataluña y consultar el Vocabulario de Palmireno? Aragonés de nacimiento, el lexicólogo Palmireno recordaba en 1575 a los catalanes que el sustantìvo baladre pertenecía a la dulce lengua valenciana, aunque su uso se hubiera extendido a otras zonas, de igual modo que sucedió con "chulla, allioli o fideu".

Vamos a suponer que don Gregorio o Jordi Mollà quisieran contrastar la información que ofrece la Gran Enciclopedia Catalana sobre el "Vocabulario del humanista" con otra obra semejante del Reino, como la Gran Enciclopedia Valenciana. ¿Saben qué referencia encontrarían sobre el Vocabulario del humanista? Absolutamente ninguna. La GEV oculta la existencia de uno de los más valiosos vocabula-rios sobre voces botánicas y zoológicas editados en el sìglo XVI en Europa, y que refleja la equivalencia léxica en varios idiomas, incluido el valenciano. Eso sí, el mismo mamotreto informa detalladamente sobre la vida, milagros y torturas acústicas de don Ramón Pelejero Sanchis, más conocido como Raimon. No nos debe sorprender, visto el panorama, que don Gregorio Salvador desconozca la historia del idioma valencìano, y que Jordi Mollà lo califique como "burraco".