viernes, 30 de julio de 2010

JUVENTUD VALENCIANA


Autor: Vicent Sanç
Las Provincias 8 de diciembre de 1985

Algo pasa. Los datos publicados en el trabajo “La juventud española” y que se desprenden de un estudio aproximativo a los sentimientos de identificación regional y nacional de la mayor parte de la juventud española, son bastante elocuentes por lo que a nosotros respecta.

Decía que algo pasa cuando en los datos referidos a la juventud valenciana, un 43% de los encuestados dice declararse más español que valenciano, o simplemente español, frente a un 41% que declara ser tan español como valenciano.

Algo sucede, y no precisamente bueno, cuando el sentimiento valenciano de los jóvenes está sometido a esas graves disparidades o debilidades.

La juventud, dicen, pasa de todo. Pasa hasta de ser valenciana. Lo dicen las encuestas. Lo corroboran los hechos.

Ser valenciano no compromete a nada. Ni se sabe que es eso. Lo atestigua ese 30% de encuestados que dicen declararse sólo españoles. Sin más.

Por lo visto esta tierra no les dice nada. Son ciegos. Sordos. Indiferentes.

¿Valencia? Ni se sabe. Una referencia geográfica en los libros de historia. Un valor administrativo. Un color en el mapa. Puro trámite o accidente.

Es tremendo. Nosotros tan preocupados, tan enzarzados en nuestras disputas y nuestros proyectos. Nuestros intelectuales preocupadísimos por normalizar la lengua. Que si voluntaria. Que si obligatoria. “Tenim que retro-barnos” Que si por fin Valencia recupera sus instituciones de autogobierno.

Y de repente ahí está ese 43% de jóvenes que dicen no saber nada, ni –al parecer- importarles.

Ciudadanos del mundo, oiga. Eso es lo que “mola” A lo sumo, españoles.

Uno que aquí escribe. Que mira por donde, pertenece a ese rara especie juvenil que se siente valenciana y procura ejercer allí donde puede, va con sus preocupaciones, sus proyectos, sus ilusiones, y de repente se da de bruces con las estadísticas.

-Es que le quita las ganas a uno, vaya.

La cosa no es para tomarla a risa. Es para pensarlo seriamente, y preguntarse qué demonios pasa con este pueblo.

La cosa es muy seria. En ello va nuestro futuro.

¿Cómo dar a entender a esa juventud “del mundo” que ser valenciano no es una cuestión de modas o emociones? ¿Cómo conseguir que se abran a la realidad de una sociedad que “son” ellos mismos?

-“Soc, tant si vullc, com si no vullc, valencià”.

Lo decía el poeta. Pero no me satisface, y quizá a él, en su fuero interno, tampoco.

Los resultados que la encuesta demuestra son un serio aldabonazo para todos nosotros. En primer lugar para los poderes públicos autonómicos ¡Bonito quedaría mañana un gobierno valenciano que no encontrase demanda social!

Es un aldabonazo para las instituciones sociales, para las organizaciones d signo valencianista, para nuestros políticos que aspiran a conseguir su voto.

Ese 43% es una responsabilidad de todos.

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