viernes, 9 de julio de 2010

SENYAL REAL (II)


Autor: J. B./ VALENCIA

Como es sabido, la imagen de la Real Señera en pergaminos medievales como el de 1410 (B.N.París, Ge. B. 8268) testifica la presencia de la franja azul con la corona y, también, las dos barras de la antigua señal real de Jaime I.
En 1459, cuando era habitual el modelo de cuatro, Jaume Roig citaba los bastones de oro coronados ("Spill"), aludiendo a la corona otorgada por el rey y que -a fines del XIV- ya figuraba sobre las dos barras de la moneda del Reino de Valencia.


Tenemos multiples referencias a lo largo de la historia. Nuestra Real Señera fue voluntad soberana, y los albaranes que detallan el costo de "brodar la corona" con hilos de oro, así como "les alnes de tela gostança blava"y la plata del Rat Penat demuestran que nuestros antepasados querían que la enseña fuera una joya vexilológica. Para los actos festivos encarga- ban otras de menor valor a artesanos como Joan Cardona, autor de señeras "barrades de or y de grana ab ses corones de dalt daurades y laborades al oli" para la entrada de Carlos I.

Pero nuestra Real Señera no era simplemente un símbolo festivo, era la representación del mismo reino. Por ejemplo, el 7 de junio se activó la maquinaria bélica del Reino con la protocolaria colocación de la Real Señera en las Torres de Serranos; acción que significaba la declaración de guerra "a sang y foc". Durante los días en que la bandera estuvo expuesta en las torres –mientras las fuerzas del Reino iban organizándose-, jamás permaneció sin custodia: "la guardaren de dia y de nit vint homens del Centenar de la Ploma.


Parece que no existía en la Corona de España -y puede que en ningún otro reino europeo- una bandera que tuviera para su defensa una compañía armada, como sucedía con la Real Señera. Sobre el aspecto que ofrecía en 1526, si observamos su imagen en los portulanos de la Hispanic Society of America, vemos que era idéntica a la actual, con barras coronadas sobre la franja azul; sólo difiere de la medieval (Biblioteca Nacional de París, Ms. GE. 8.8268) en que Ilevaba cuatro barras, no dos como la del manuscrito parisino

En consecuencia, en el asalto a la Sierra de Espadán, el ejército del Reino -debilitado por el mal de Almenara- contó con el refuerzo de 4.000 lasquenetes alemanes, cedidos por el rey Carlos I de Valencia. Precisamente, los alemanes tuvieron el honor de acompañar a la Real Señera por el regreso triunfal a Valencia, "entrárenla per damunt lo portal dels Serrans", merced concedida por el gobernador del Reino Don Hieromi de Cabanyelles, al tener autoridad sobre el protocolo de la regnícola enseña. Hay muchos detalles que han sido interpretados erróneamente en nuestros días. Un Jurat en Cap de 1526, de los que acompañaban a la bandera junto al gobernador del Reino, no equivalía a un concejal del actual Ayuntamiento de Valencia, sino al de un alto mando del ejército. Así, cuando en las Germanías sale la Real Señera a Campaña, se ordena a las tropas de las ciudades "que obedescan (sic) por Capitán General al Jurado en Cap de Valencia" (Viciana,
MS. 46. Bib. de S. Cruz. Valladolid). Respecto al traslado de la Real Señera, por su excesivo peso y cuando el trayecto lo requería, el Justicia Criminal cabalgaba a la "estradiota", obteniendo estabilidad para portar la enseña.

Tras la victoria en Espadán, la entrada triunfal de la Real Senera en Valencia (25 de septiembre de 1526) fue apoteósica: cuatro mil alemanes de cinco en cinco en hilera, con escopetas, picas y "espases de tres palms, amples com tres dits" formaban la vanguardia del desfile; después "venien los tabals, trompetes y ministres" y el Justicia Criminal con la Real Señera o bandera del Rat Penat junto a "Hieroni Cabanyelles", governador general del Reyne de Valencia, ab oficials reals e lo capitá dels alamanys Rogondolfo" y las compañías valencianas. Tanta expectación como los alemanes -especialmente la compañía armada con "espases de dos mans"- despertaba en el ejército del Reino los famosos cañones de Xàtiva, artillería de campaña que ya estuvo presente al comienzo de la sublevación en el cerco de Benaguacil: "las dos bombardas de Xátiva; la que se llama el Buey y la que se dice el Puerco". Precisamente en la solemne entrada de la Real Señera en la catedral, y en el ceremonioso ingreso en la Sala del Archivo, se dispararon grandes cañones: "Quan arribá la Bandera a la Seu y a la Sala, tiraren grans bombardes".


Por tanto, en 1526 la Real Señera fue acompañada por miles de lasquenetes alemanes v compañías valencianas, Grandes cañones de Xàtiva, cuerpo armado del Centenar de la Ploma y el Virrey, música marcial de atabales, pífanos y trompetas. Y no es por molestar. ¿Pero, hubo en alguna de las que ahora se titulan "comunidades históricas" (Cataluña, País Vasco, Galicia...) una bandera equiparable a la Real Señera en cuanto valor material, histórico y protocolario? Sospecho que no.