Contenido
1 Orígenes
1.1 La Segunda Germanía
2 La Guerra de Sucesión
3 Una rebelión exitosa
4 Enfrentamiento entre los aliados
5 Derrota y retirada
6 Curiosidades
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Véase también
10 Enlaces externos
Orígenes
La expulsión de la población musulmana de la península en 1609 supuso un descenso en el número de trabajadores en el campo, sobre todo en las zonas donde había una importante cantidad de moriscos, y especialmente notable en el caso del Reino de Valencia. Como consecuencia, el rey concedió a la nobleza local todos los derechos sobre las tierras que hasta el momento eran cultivadas por la población expulsada. Con este permiso los nobles impusieron a la nueva población cristiana particiones de tierras y cuantiosos impuestos. Puede que la necesidad de trabajo indujera a estas familias a aceptar estas condiciones, pero no hubo protestas durante 50 años.
A finales del siglo XVII, una parte de esta población campesina prosperó cultivando y exportando vino, brandy, pasas y en menor medida seda. Fue entonces cuando empezaron a cuestionarse los elevados impuestos que reducían considerablemente sus beneficios, e intentaron acabar con este sistema tanto por medios legales como violentos. La vía judicial fue inútil, por lo que decidieron tomar las armas en lo que se conoce como Segunda Germanía -aunque lo único común con la Rebelión de las Germanías es el nombre. La rebelión fue sofocada por el virrey y los ejércitos de la nobleza en el año 1693 en la batalla de la Setla de Nunyes, cerca de la población de Muro de Alcoy.
La Segunda Germanía
Los campesinos que tomaron parte en los sucesos de esta Segunda Germanía reclamaban aproximadamente lo mismo que reclamarían los maulets pocos años después: rechazaban los derechos señoriales sobre las tierras que anteriormente habían pertenecido a los musulmanes expulsados, y recordaban los derechos concedidos por Jaime I de Aragón durante la conquista del Reino de Valencia para denunciar la explotación a la que se veían sometidos por parte de los nobles, "quienes los trataban como a árabes", hasta el punto de que las leyes reales prohibían estos impuestos y tributos a los cristianos. Sin embargo, los nobles alegaban que el rey Felipe III de España, al expulsar a los moriscos les había dado aquellas tierras en propiedad, sobre las que ahora tenían todos los derechos y que podían imponer sobre los campesinos las condiciones que quisieran.
Pese a la derrota sufrida por los rebeldes, los campesinos continuaron sin aceptar la situación y esperaron una situación propicia para volver a reivindicar sus peticiones. Esta situación apareció en 1700 cuando Carlos II de España murió sin descendencia.
La Guerra de Sucesión
La muerte sin descendencia de Carlos II de España fue la que provocó el enfrentamiento.
Cuando Felipe de Anjou tomó posesión del reino como Felipe IV de Valencia, en éste ya existían partidarios del otro candidato al trono español, el Archiduque Carlos de Austria. Las razones para esto eran diversas, como la lealtad a la Casa de Austria, la aversión hacia los franceses por parte de los mercaderes e industriales y la desconfianza hacia una supuesta actitud centralista del monarca. Sin embargo, la causa austracista no habría podido imponerse en el Reino de Valencia sin que los mercaderes y exportadores de vino, brandy, seda y otros productos agrícolas, política y económicamente muy importantes, hubiesen contratado a un personaje clave, el general Juan Bautista Basset. Basset, general valenciano nacido en Alboraya era hijo de una familia de artesanos, sabía conectar con el pueblo y entendía sus reclamaciones y necesidades. Había servido en Italia y Hungría con Georg von Hessen-Darmstadt, príncipe de Hesse-Darmstadt, noble alemán que había sido anteriormente virrey de Cataluña.
Los mercaderes y exportadores de la Corona de Aragón se oponían a Felipe de Anjou debido a que sus negocios estaban dirigidos principalmente hacia los Países Bajos e Inglaterra, conocidas en aquel momento como Potencias Marítimas, ya que no podían comerciar con las colonias españolas en América, que pertenecían a la Corona de Castilla.
En 1701 estalló en toda Europa la Guerra de Sucesión Española para decidir quién ocuparía el trono español tras la muerte de Carlos II de España. A Felipe de Anjou, que había sido nombrado como heredero en el testamento del monarca fallecido,[3] se opusieron las Provincias Unidas, Inglaterra, Portugal, el Ducado de Saboya, y Austria que presentó al Archiduque Carlos de Austria como alternativa al príncipe francés de la Casa de Borbón. Con el estallido de la guerra, las exportaciones dejaron de realizarse, lo que conllevó una crisis económica para los mercaderes y campesinos que vendían y producían estos bienes.
1 Orígenes
1.1 La Segunda Germanía
2 La Guerra de Sucesión
3 Una rebelión exitosa
4 Enfrentamiento entre los aliados
5 Derrota y retirada
6 Curiosidades
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Véase también
10 Enlaces externos
Orígenes
La expulsión de la población musulmana de la península en 1609 supuso un descenso en el número de trabajadores en el campo, sobre todo en las zonas donde había una importante cantidad de moriscos, y especialmente notable en el caso del Reino de Valencia. Como consecuencia, el rey concedió a la nobleza local todos los derechos sobre las tierras que hasta el momento eran cultivadas por la población expulsada. Con este permiso los nobles impusieron a la nueva población cristiana particiones de tierras y cuantiosos impuestos. Puede que la necesidad de trabajo indujera a estas familias a aceptar estas condiciones, pero no hubo protestas durante 50 años.
A finales del siglo XVII, una parte de esta población campesina prosperó cultivando y exportando vino, brandy, pasas y en menor medida seda. Fue entonces cuando empezaron a cuestionarse los elevados impuestos que reducían considerablemente sus beneficios, e intentaron acabar con este sistema tanto por medios legales como violentos. La vía judicial fue inútil, por lo que decidieron tomar las armas en lo que se conoce como Segunda Germanía -aunque lo único común con la Rebelión de las Germanías es el nombre. La rebelión fue sofocada por el virrey y los ejércitos de la nobleza en el año 1693 en la batalla de la Setla de Nunyes, cerca de la población de Muro de Alcoy.
La Segunda Germanía
Los campesinos que tomaron parte en los sucesos de esta Segunda Germanía reclamaban aproximadamente lo mismo que reclamarían los maulets pocos años después: rechazaban los derechos señoriales sobre las tierras que anteriormente habían pertenecido a los musulmanes expulsados, y recordaban los derechos concedidos por Jaime I de Aragón durante la conquista del Reino de Valencia para denunciar la explotación a la que se veían sometidos por parte de los nobles, "quienes los trataban como a árabes", hasta el punto de que las leyes reales prohibían estos impuestos y tributos a los cristianos. Sin embargo, los nobles alegaban que el rey Felipe III de España, al expulsar a los moriscos les había dado aquellas tierras en propiedad, sobre las que ahora tenían todos los derechos y que podían imponer sobre los campesinos las condiciones que quisieran.
Pese a la derrota sufrida por los rebeldes, los campesinos continuaron sin aceptar la situación y esperaron una situación propicia para volver a reivindicar sus peticiones. Esta situación apareció en 1700 cuando Carlos II de España murió sin descendencia.
La Guerra de Sucesión
La muerte sin descendencia de Carlos II de España fue la que provocó el enfrentamiento.
Cuando Felipe de Anjou tomó posesión del reino como Felipe IV de Valencia, en éste ya existían partidarios del otro candidato al trono español, el Archiduque Carlos de Austria. Las razones para esto eran diversas, como la lealtad a la Casa de Austria, la aversión hacia los franceses por parte de los mercaderes e industriales y la desconfianza hacia una supuesta actitud centralista del monarca. Sin embargo, la causa austracista no habría podido imponerse en el Reino de Valencia sin que los mercaderes y exportadores de vino, brandy, seda y otros productos agrícolas, política y económicamente muy importantes, hubiesen contratado a un personaje clave, el general Juan Bautista Basset. Basset, general valenciano nacido en Alboraya era hijo de una familia de artesanos, sabía conectar con el pueblo y entendía sus reclamaciones y necesidades. Había servido en Italia y Hungría con Georg von Hessen-Darmstadt, príncipe de Hesse-Darmstadt, noble alemán que había sido anteriormente virrey de Cataluña.
Los mercaderes y exportadores de la Corona de Aragón se oponían a Felipe de Anjou debido a que sus negocios estaban dirigidos principalmente hacia los Países Bajos e Inglaterra, conocidas en aquel momento como Potencias Marítimas, ya que no podían comerciar con las colonias españolas en América, que pertenecían a la Corona de Castilla.
En 1701 estalló en toda Europa la Guerra de Sucesión Española para decidir quién ocuparía el trono español tras la muerte de Carlos II de España. A Felipe de Anjou, que había sido nombrado como heredero en el testamento del monarca fallecido,[3] se opusieron las Provincias Unidas, Inglaterra, Portugal, el Ducado de Saboya, y Austria que presentó al Archiduque Carlos de Austria como alternativa al príncipe francés de la Casa de Borbón. Con el estallido de la guerra, las exportaciones dejaron de realizarse, lo que conllevó una crisis económica para los mercaderes y campesinos que vendían y producían estos bienes.
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