martes, 18 de enero de 2011

HASTA PRONTO DAMA


Autor: José Esteve Rico Sogorb
martes, octubre 31, 2006
Como el enanito gruñón, odio las despedidas. Y más cuando se trata de despedir a quienes estimo. Me disgusta decir 'adiós' y prefiero un buen 'hasta luego' o un 'hasta pronto' porque me ofrecen la posibilidad de soñar y anhelar, esperando ansioso, futuras visitas de aquellas personas, familiares y amistades, por las que siento cariño. Si con gentes de carne y hueso me afectan tanto las despedidas, qué decir sino con símbolos no mortales cuyo significado toca la fibra de todo un pueblo, como nuestra Dama de Elche.
Se nos va la Dama, la 'Reina Mora'. Se cumplió el plazo acordado y concluyó su estancia tenporal. Se llevan nuestro busto ibérico. Devuelven a la Señora, -Princesa o Diosa, elegid- al lugar donde estuvo desde 1971 -Museo Arqueológico en Madrid- y del que salió el 17 de mayo de 2006 para ser expuesta durante seis meses en su ciudad, nuestro Elche. Que los acuerdos firmados entre Ayuntamiento y Ministerio de Cultura son para cumplirlos, acatarlos y ejecutarlos; es bien cierto. Y por ello, ha de ser devuelta, pensando con la cabeza, con la lógica de la razón. Midiendo con la vara del raciocinio y del sentido común, sería grave impedir dicha devolución.
Pero, esta es una de esas ocasiones en que la mente y el corazón, en que la idea y el sentimiento, se pelean entre si y causan a la persona una angustiosa dualidad o un enfrentamiento dudoso y ambiguo. Por un lado, aceptar pacífica y cívicamente devolver la Dama a quien nos la cedió -Ministerio de Cultura- e incluso con agradecimiento por autorizar la cesión cuando pudo de nuevo rechazarla como en años anteriores ante las repetidas e insistentes solicitudes de nuestro Ayuntamiento.
Por otro lado, el corazón y el alma nos juegan malas pasadas. Los sentimientos encienden nuestra sangre ilicitana. La pasión y el fervor nos hacen desear retenerla, mantenerla y protegerla contra esa devolución legal pero dolorosa como despedida aunque se trate de un 'hasta pronto'. Nos habíamos acostumbrado a su presencia en casa desde mayo a noviembre. Su estancia ha sido tan benefactora para la ciudad -aportando turismo, ayudando a la economía y al comercio locales- que como una preciada joya o amuleto, la Dama nos ha traido suerte en general con esas mejorías en el calzado y el comercio tras el verano. Casualidad o no, lo cierto es que la Dama es un revitalizador y un potente catalizador. Alrededor de ella han girado técnicos profesionales, investigadores y especialistas. Ha generado e impulsado economía y empleo. Se realizaron diversas actividades modernizándose infraestructuras, etcétera.
Llegó la hora de la despedida y cuesta decidir. Al hablar de la Dama y de su regreso a Madrid, la cabeza y el corazón se contradicen y eso duele. Mi pensamiento quiere devolverla pero mi sentimiento se aferra a su urna, se agarra al pedestal para que nadie se la lleve, para que no se mueva de donde está, forcejeando contra los enérgicos brazos enguantados de los técnicos que vienen a por ella. ¡Qué angustia sentí! Cuando desperté del sueño supe que regresó a Madrid.
Hasta luego, Dama. Vuelve pronto. Y para siempre.

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