Por Ricardo García Moya
Las Provincias 25 de Marzo de 1994
Como es sabido, los monjes de Montserrat
organizan cada cierto tiempo actividades relacionadas con la Comunidad
Valenciana. De ahí su apoyo, hace L décadas, a Raimon, Fuster,
"normalització" del Misterio de Elig, etc. Ahora ha surgido la idea de convocar a un
grupo de valencianos para que visiten a la Virgen de Montserrat en una fecha
inapropiada, ya que coincide con el fin de semana en que se celebra la fiesta
de la Virgen de los Desamparados.
Quizá nos equivoquemos, pero pudiera
existir truco en la reunión de valencianos apellidados Montserrat en el
monasterio homónimo. Por si las moscas (místicas), intentaremos vacunar
documentalmente a los que se atreven a cruzar la frontera del Cenia -cambiando
el homenaje a la Patrona del Reino por el de la Patrona del condado-, no sea
que nos los devuelvan entonando
"Els Segadors".
Es cierto que el nombre y apellido
Montserrat está extendido en el Reino, pero ello no quiere decir que sus titulares
desciendan de catalanes. Incluso en la frontera sur del Reino encontramos
iglesias bajo la advocación de la Virgen de Montserrat o Monserrate.
Veamos, como ejemplo, el origen de la
existente en Orihuela: "Los monjes de Montserrat, de Cataluña, enviaron un
procurador a esta ciudad de Orihuela, para impedir que no tuviese otra imagen
el titulo de Monserrate, si no la de Cataluña. Pero esta ciudad y cabildo
enviaron a Roma al canónigo Juan Vicente, el cual alcanzó de Sixto IV (12 de
agosto de 1483) que la Iglesia de esta santa imagen tuviese invocación de
Monserrate, "y le pareció mucha
razón que si para habitación divina hay una casa de Nuestra Señora de
Monserrate en Cataluña, no seamos menos felices en el Reyno de Valencia"
(Cortés, M.: Sermón. Orihuela, 1965, p.17).
Es decir, se desarrollaba -contrariando a los
catalanes-, la devoción a la Virgen de Montserrat en el Reino, con el
consiguiente incremento de nombrar y apellidar Monserrat a los hijos. Hay que
recordar que los apellidos no se generalizaron hasta fines de la Edad Media, y
con frecuencia se tomaban del oficio o lugar de nacimiento: Pere el Carabaçer,
Joan el Velluter o Rafala
la de Montserrat (no de Cataluña, sino de la parroquia o barrio de su
lugar de nacimiento). Los hijos o nietos ya eran bautizados sin la preposición
o artículo: Lluis Torner, Vicent Piquer o Amparo Montserrat. Y eso no sólo
sucedió en el Reino de Valencia.
En Navarra,
sin ir más lejos, también existieron numerosos lugares dedicados a la Virgen de Montserrat. En Pamplona, la
cofradía de Languinobrari, existente en 1300, reedificó a su costa en 1384 un
hospital de su propiedad, donde se veneró a la Virgen catalana (Jimeno, J. M.:
Navarra y Cataluña. Pamplona, 1972, p.23). Existían iglesias, ermitas y
cofradías de Monserrat en toda la geografía navarra, incluso en pueblos de
montaña, como Esnoz, Lizoáin e Iroz.
Por cierto, si se convocara en Pamplona a los
valencianos de apellido "Navarro" -numerosísi- mos en la provincia de
Alicante- nos quedaríamos solos. Los "Navarros superan en un ochenta por
cien a los "Catalá". ¿Comentarán en el coloquio montserratino esta
curiosa proporción?. ¿Y qué decir de los López, Pérez y García, documentados
desde la Conquista?
También tenemos un apellido mariano a
destacar: los Lledó, mucho más abundante que los Montserrat. En 1626, un
erudito catalán recordaba que: "en lo mejor de la vega de Castellón de la
Plana, no ha ochenta años que un hombre arando cerca de un árbol que en lengua valenciana llaman lledoner
halló una imagen de la Virgen" (Martorrel, F.: Historia de la sagrada
cinta. Tortosa, 1626, p. 156). Además, la "Festa del Lledó" es el 1
de mayo, y no boicotearían a la Mare dels Desamparats.
Apellidarse Montserrat, o ser su devoto, no
equivale a catalanización; las apariencias engañan. En 1648 "se celebró la
bienvenida de la Virgen de Montserrat al nuevo y real monasterio que se erigió
en esta corte" (Vitores, fray Alonso: Oración, Madrid, 1648; p. 2). Los
que fundaron este santuario en Madrid eran frailes castellanos expulsados a
patadas por los monjes catalanes de Monserrat, en 1640; en la guerra "dels
Segadors".
De todas formas, los valencianos que se
acerquen al santuario catalán deben recordar que se apellidan Montserrat, no Panoli. Por cierto, esta palabra es la única
valenciana que todavía nos atribuye el diccionario de la RAE, después del
saqueo. EI vocablo panoli, según el DRAE, deriva del valenciano "pa en
oli" (como "café en Ilet"). No se atrevieron a
catalanizarlo, pues quedaba muy chusco
lo de "pamboli" o pamoli". La humilde preposición de compañía
"en" (tan despreciada por los propios valencianistas) venció ella
sola a los temibles Pere Gimferrer, Martí de Riquer y demás académicos de la
Lengua.
Respecto a lo de Monserrat, que tomen nota de
que nos hemos percatado de la maniobra que -si fuera intencionada- podríamos
calificarla de maquiavélica. Piensen que el lunes siguiente al traslado de la
Patrona del Reino, veríamos por televisión a un grupo de valencianos postrados
ante la Patrona de Cataluña. En fin, nos preguntamos lo mismo que usted: ¨No
podrían los monjes de Montserrat dedicarse al gregoriano, como los de Silos, y
dejar ese tipo de actividades para Angel Colom y Pilar Rahola?. Los valencianos
lo agradeceríamos sinceramente.
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