LA ÉPOCA DE LOS
THESAURUS PUERILIS
Por Ricardo García Moya
Las Provincias 22 de Noviembre de 1993
Los
"Thesaurus Puerilis"; claro está, no son saurios del Jurásico, sino
humildes vocabularios que un gerundense afincado en Valencia editó con su
dinero, y la mejor voluntad del mundo. EI bueno de Onophrio Povio (Onofre Pou
para los amigos) fue "candidato Philosophiae" en la Universidad de
Valencia, y aprovechó su estancia en el Reino para completar el vocabulario
trilingüe en valenciano, catalán y latín; según especificó en el prólogo.
La
edición príncipe salió en Valencia el año 1575, siendo el "Thesaurus"
un híbrido entre el Lexicón" típico de la época -en el que podían
encontrarse vocablos en varios idiomas, más su traducción latina- y los
actuales opúsculos con frases para aprender una lengua en quince días.
Con el
léxico valenciano del Thesaurus -que Onofre escuchaba a sus compañeros de la
Universidad de Valencia- podemos saber cómo hablaban y escribían nuestros
antepasados en 1575.
Por
ejemplo: "Lo mes chic dels estudiants y el cavallet chiquet; la rajola
chica; carchofa, Ilatuga". Las frases son acompañadas por su versión
latina, "macho del carro o mulus quadrigarius".
En la
edición barcelonesa de 1580 apenas se modifica el texto, aunque escribe que está
en lengua "Cathalana y Valenciana" cuando en la primera puso
"Valenciana y Cathalana".
También
cambia alguna terminación (torra por torre), pero la permanencia del valenciano
es notable. Así, al tratar de las medidas: "un dit, es la mes chica
mesura"; y que "la punta del dit chic estesa la ma, en Valencia
quatre fan alma" (f.55); alma era una medida exclusiva del Reino.
También
cita "les taronges de Xátiva", y no olvida "les barraques,
alqueríes, iglesies y ornaments" (f. 110) .
Curiosamente,
incluso en la edición de Perpiñán (año 1591 ) usa los verbos valencianos
"charrar" (f.117)y "eixir" (f.17), ignorando el
"surtir".
No hay
duda que en Perpiñán nadie pronunciaba ni escribía "chic y chiqueta,
eixida, chuIles, servicis, punches, olives del cuquillo", etc. La finalidad de Onofre no era unificar las
lenguas, pues respetaba la dualidad de vocablos para un mismo concepto:
"otonyo, tardor"; "safanoria, pastanaga"; "arena,
sorra"; "ballena, balena".
Es
decir, no eliminaba palabras como "otonyo" (f.209) por su coincidencia
castellana. Onofre era latinista y sabía la legitimidad etimológica de este
derivado de "autumnus".
También
está el adverbio hoy en valenciano y catalán, "huy" y
"vuy", respectivamente. La corrupción "avui" no había
nacido aún.
No hay
duda que Onofre había escuchado en Valencia frases como "hora y
mija", "estufes o llochs pera suar", "lo cochero de dos
cavalls", y no dudó en incorporarlas al "Thesaurus" con el mayor
respeto.
Además
¿por qué iba a cuestionar una lengua que tenía su intérprete en la corte de
Felipe II?
Este
verano, en el Archivo de la Corona de Aragón, localicé un manuscrito del año
1586 que confirmaba que los reyes utilizaban a nobles valencianos que residían
en Madrid --desde el valido marqués de Denia al jurista Crespí de Valldaura
como intérpretes de los memoriales procedentes del Reino.
Analicen
el exordio del documento:
"Envío
a Vuestra Majestad una relación de lo que la ciudad de Valencia tiene resuelto
hacer para solemnizar la entrada. Suplícole a Vuestra Majestad la mande ver,
aunque escrita en Lengua Valenciana, pues podrá servir de intérprete el Marqués
de Denia". (A.C.A.; Cortes, Leg. 1350, Doc. 31 /3. Año 1586) .
En
esta "Memoria de Ies invencions pera la entrada del don Phelip"
-traducida por el marqués de Denia al emperador- el escribano del consell
utiliza vocablos y ortografía como la del Thesaurus de Onofre Pou ("joyes
pera les invencions de font de vi y aigua en el sarau de la Llonja").
EI
documento no es único , pues otro posterior dirigido a Felipe III repite idéntica
fórmula: "aunque escrito en Lengua Valenciana", deber ser
traducido al monarca. (D. 31/12).
También
Carlos V tuvo su traductor de valenciano en Honorato Juan, consejero políglota
y preceptor de Felipe II. Su actividad no se limitó a traducir, sino que trató
de divulgar los clásicos valencianos en la corte. A tal fin utilizó un
manuscrito de Ausiás March al que añadió comentarios en castellano y colaboró
en un vocabulario para facilitar la lectura del poeta.
Por
tanto, a fines del XVI la lengua valenciana era respetada por políticos
valencianos, latinistas catalanes y gramáticos castellanos; no existía un
complejo de inferioridad como el que tenemos en la actualidad. Veamos el
ejemplo de una palabra modesta: el catalán Pou escribe "chulla" en
1575; como palabra valenciana; y en 1611, el gramático tico castellano
Covarrubias recalca que chulla, chuleta, es vocablo exclusivamente valenciano.
Ahora, filólogos interesados -los mismos que pretendían eliminar la ñ del
castellano- alteran, burlan y desprestigian los vocablos autóctonos con el fin
que todos sabemos: implantar el catalán.
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