sábado, 17 de abril de 2010

LA CONQUISTA DE VALENCIA (IV)


Autor: Ramón Menéndez Pidal
Historia de España (1212-1350) Tomo XIII – Capítulo III
Madrid 1996

La rendición de Valencia.

Fracasados todos los intentos del rey Zayyán para salvar Valencia, éste no tuvo mas remedio que iniciar conversaciones para rendirla. Las negociaciones debieron ser largas y difíciles. La capitulación se firmó en Ruzafa, en las afueras de la entonces ciudad, el día 28 de septiembre de 1238, con estas condiciones:

Los moros, tanto hombres como mujeres, que quisiesen abandonar Valencia, podrían salir y marchar salvo y seguros, llevando todas sus armas y su ropa mueble. Tendrían ésta opción durante los primeros veinte días siguientes.
Los moros que quisiesen permanecer en el término de Valencia se quedarían salvo y seguros bajo la protección del rey, y deberían ponerse de acuerdo con quien tuviesen las heredades.
Jaime I prometía treguas a Zayyán, valederas por siete años, comprometiéndose a que ni él ni sus vasallos le hiciesen daño, mal o guerra, ni por mar, ni por tierra, ni en Denia, ni en Cullera y en sus términos. Si algún vasallo u hombre del rey quebrantase esta tregua, Jaime I se comprometía a enmendarla íntegramente.
El rey Jaime I juraba e hizo jurar a sus nobles que mantendrían el pacto.
Zayyán prometía a Jaime I entregarle en el plazo de veinte días todos sus castillos que tenía al norte del Júcar, no entrando en el acuerdo los castillos de Cullera y Denia.

Los pactos se cumplieron puntualmente, y los sitiadores iniciaron la entrada en la ciudad en el atardecer del día 28 de septiembre siguiente; el siguiente día 30 el rey Jaime I ya otorgaba un documento dentro de la ciudad, en la que convivía con Zayyán, que abandonó su palacio el día 8 de octubre. Posiblemente, el día 9 de octubre Jaime I se instalaba en el palacio real y asistía a la consagración de la mezquita mayor como catedral.

La gran masa de población musulmana continuó habitando en Valencia, pagando tributo a los nuevos dueños. Los inmigrantes que originó la conquista fueron escasos en número. Teniendo en cuenta los que lucraron las gracias espirituales de la “cruzada” y los que se contentaron con el botín del momento, se puede aceptar que los cristianos que se asentaron en el Reino de Valencia no aumentaron el contingente autóctono valenciano en un 5 por 100.

La ciudad de Valencia era cristiana. Pero al norte quedaban todavía varios núcleos que no habían sido reducido y seguían obedeciendo la ley musulmana. Así, Liria fue tomada en 1240; Onda, en 1241, y las poblaciones musulmanas de la sierra de Eslida se adhirieron a la monarquía de Jaime I de Aragón el 29 de mayo de 1242.

La creación del “Reino de Valencia”.

Según cuenta el rey en su Crónica, los nobles aragoneses consideraron las nuevas conquistas como una prolongación de sus tierras aragonesas, de la misma forma que lo habían hecho antes con las que habían pertenecido a Abú Zeyt, de Segorbe. Y con ello surgieron una seria de conflictos que duraron varias décadas.

Con objeto de solucionar todos los problemas, el rey Jaime I creó el “Reino cristiano de Valencia” otorgándole una situación jurídica que se definió en los “Fueros”, cuyo texto mas antiguo se refundió en versiones mas modernas, aunque siempre dentro del mismo reinado de Jaime I, en lo que se denonima “Fori Antiquae regni Valentiae”, en latín; que en romance valenciano se designan como “Furs”. Allí señaló que el “Reino de Valencia” alcanzaría desde el río Ulldecona hasta Biar, y desde las tierras de Albentosa y Requena hasta el mar. Pero esta imprecisión iba a plantear en lo futuro problemas sobre delimitaciones territoriales.

La fecha de creación del “Reino de Valencia” todavía no está fijadas definitivamente. Es posterior al día 17 de abril de 1239 y anterior al 21 de mayo siguiente.

El final de la reconquista valenciana.

La Crónica de Jaime I y la documentación están otra vez encontradas en sus testimonios. De la revisión antes señalada se pueden sacar las siguientes conclusiones.

Bien tras el abandono de Valencia por el rey Zayyán, o al mismo tiempo que éste comenzaba las negociaciones, el alcalde de Bayrén inició gestiones para entregar el castillo que tenía, hecho que no estaba previsto en las capitulaciones de Ruzafa. Zayyán y Jaime I se entrevistaron, y el alcalde de Bayrén prometió entregar el castillo al cabo de siete meses, lo que debió de hacer en abril o mayo de 1239. El castillo de Bayrén lo dio Jaime I al noble Peregrín de Atrosillo. Coincidiendo con estas gestiones, los nobles pidieron a Jaime I que realizase una expedición por tierras de Murcia, expedición que la Crónica narra dos veces como si fuesen dos expediciones distintas.

La hueste contra Murcia la realizaron el infante Don Fernando y los nobles Pedro Cornel, Artal de Alagón y Rodrigo de Lizana, con los calatravos de Alcañíz. Primero asediaron Villena, donde fracasaron, y luego fueron contra Sax, donde murió Atal de Alagón. Esta expedición debió de realizarse entre abril y mayo de 1239.

En la primavera de 1239 se produjo un acontecimiento importante, que iba a varias los acontecimientos. Las treguas firmadas entre Jaime I y Zayyán no incluían naturalmente los dominios del reino de Murcia, que dependían de una serie de no muy conocidos reyes, como Ibn Hud (. 1238), Al-Watiq (enero-agosto de 1238) e Ibn Jattab (1238-1239), que dominaban tanto en Murcia como en las tierras valencianas del sur del Júcar, como Alcira y Játiva.

El día 19 de abril de 1239 fue depuesto Ibn Jattab y los murcianos ofrecieron el trono así depuesto rey de Valencia Zayyán, que entró en Murcia el 23 de abril citado, reconociendo seguidamente a Abu Zakkariya, rey de Túnez, que pronto lo confirmó en su puesto. Con la proclamación de Zayyán como rey de Murcia las tierras al sur del Júcar quedaban automáticamente incluidas en las treguas firmadas en Ruzafa el día 28 de septiembre de 1238.

Las treguas firmadas entre Jaime I y Zayyán fueron rotas en dos ocasiones. Hacia junio de 1239, el de la Marca Hispánica Guillén de Agulló atacó y conquistó Rebollet. Jaime I devolvió a los musulmanes tal población y Guillén de Agulló tuvo que expatriarse. U hacia enero-febrero de 1240, el aragonés Pedro de Alcalá realizó una expedición contra Játiva, siendo cogido prisionera; Jaime I restituyó la paz, desentendiéndose del quebrantador de las treguas.

Las treguas firmadas por siete años el 28 de septiembre de 1238 entre Jaime I y Zayyán podían considerarse terminadas en diferentes fechas según el cómputo cronológico que se usase. Jaime I parece que aceptó como final el día 25 de diciembre de 1243. Ante los preparativos para continuar la Reconquista, el arraez de Alcira inició gestiones para entregar la población, gestiones que duraron cinco días. Alcira fue ocupada el 30 de septiembre de 1243. Denia era entrada el 12 de mayo de 1244, mientras que las tropas de Jaime I permanecían en el asedio de Játiva, si bien las fechas se deducen de la documentación, que presenta a Jaime I en el sitio de Játiva ya el 7 de enero de 1244 y continuaba el día 22 de mayo. La fecha de la conquista de Játiva está por precisar, aunque está comprendida entre el día 22 de mayo de 1244 y el siguiente 6 de junio.

Estando en el sitio de Játiva se produjeron algunos roces entre Jaime I y el infante Alfonso de Castilla (el futuro Alfonso X el Sabio) que se solucionaron en el pacto de Almizra, firmado el 26 de marzo de 1244, que establecía que serian para Jaime I las poblaciones y sus términos de Castalla, Biar, Relléu, Jijona, Alarch (en Altea), Finestrat, Torres (en Villajoyosa), Polop, La Mola junto a Aguas de Busot y Altea. Para cumplimentar el acuerdo de Almizra, Jaime I de Aragón inició el asedio de Biar, que es narrado ampliamente en su Crónica. La documentación habla de que el rey estaba preparado entre el 5 y el 22 de septiembre de 1244 “in exercitu de Biar”; el día 24 ya se había fijado el asedio, y las noticias documentales continuan hasta el 19 de diciembre. Según la Crónica, Jaime I conquistó Biar en febrero de 1245, lo que pudiera ser cierto. En cuanto a las restantes poblaciones, la documentación publicada no precisa dato alguno, lo que obliga a aceptar que la reconquista valenciana se terminó en febrero de 1245.

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