Per Federico Ferrando Roda
Los primeros albores del valencianismo político, después del Decreto de Nueva Planta de Felipe V, aparecen en el Siglo XIX cuando los Carlistas asumen la defensa de la Tradición jurídica y recuperación de los Fueros valencianos, opción que se mantiene hasta la actualidad. Después, las ofensivas catalanistas comienzan a finales de dicho siglo y ya a finales de los años 20 del pasado siglo, surgen diferentes grupos políticos valencianistas que perduran hasta al final de la Guerra Civil de 1936-1939, como Unión Valencianista ó Derecha Regional Valenciana, así como los republicanos de ARDE. A partir del fallecimiento del anterior Jefe del Estado Español, aparece un nuevo valencianismo que responde a mayores ataques de un catalanismo organizado desde las Universidades, y que obedece al agrupamiento de todas las Entidades Culturales del Reino de Valencia, devenidas posteriormente en un partido que asume la defensa del valencianismo ante la ingente multitud valencianista que se ha venido manifestando en Valencia y otras ciudades contra los Païses Catalanes, defensa de la Senyera Coronada con fondo azul, la Lengua Valenciana y la denominación Reino de Valencia. Nace Unión Valenciana.
Ya metidos en el Siglo XXI, aparece el “neovalencianismo”. Un valencianismo que, con la experiencia del transcurso de los años y las derivaciones políticas como el nacionalismo, junto a las deserciones del partido hacia otro de ámbito nacional, llegando casi a desaparecer, reitero un valencianismo nuevo que reaparece para cubrir la defensa de la identidad valenciana, pero políticamente mucho más asentado sobre firmes planteamientos ideológicos que cimentan en roca toda la defensa de nuestro Reino de Valencia.
Consiste fundamentalmente en al asunción de la Tradición jurídica y política valenciana, defensa de la actualización y puesta en marcha de los Fueros valencianos y de su sistema jurídico, todo ello apoyado por pensadores valencianos foralistas como D. Antonio Aparisi y Guijaro, Polo y Peyrolón, Donoso Cortés, Jaime Balmes etc. que proporcionan la base de roca sobre la que quiere construirse el nuevo valencianismo.
Implica que sobre estos fundamentos y la defensa del Reino de Valencia, los neovalencianistas están mucho mejor preparados que hace quince años, dado que cuentan con equipos asesores para desarrollar estos principios y dar respuesta y soluciones a las demandas de la sociedad valenciana.
El desarrollo de un Estatuto Foral, que convierta al Reino de Valencia en comunidad foral, al igual que lo es la del Reino de Navarra, su límite de competencias será mucho mayor que cualquier Estatuto “al modo” de los actuales, y que llevará a medio plazo a la presencia de la sociedad valenciana en las instituciones sociales y políticas, devolviendo a la sociedad el protagonismo que nunca debió perder y al que únicamente, hoy en día, se le otorga el derecho al voto cada cuatro años sobre propuestas políticas que no entiende ni le interesan, aunque sí que le implican en cuanto a su observancia.
El hecho del foralismo, basado únicamente en la sociedad para la cual está indicado y en la que se inscriben sus costumbres jurídicas, hace obligatorio como primer escalón que mantiene el contacto directo con la sociedad, el Ayuntamiento, al cual se le debe dotar de la mayor de las libertades para atender todas las necesidades de las personas que habitan bajo su jurisdicción. Junto a ello, o sea, la política local que requiere de reformas, la participación legislativa de los cuerpos intermedios que asumen competencias en estos momentos centralizadas en Madrid y que debe recuperar la sociedad: Ejército, con el derecho a que sus miembros puedan tener sus opiniones políticas y manifestarlas para mejor defensa del territorio valenciano, la Iglesia Católica, creadora por mandato de Jaime I dels Furs de lo Regne de Valencia, a fin de que su voz y la de los católicos y cristianos valencianos puedan, asimismo, recuperar el derecho a orientar las nuevas legislaciones nacidas del desarrollo y actualización de los Fueros. Siguen Gremios, Patronal, Sindicatos, Asociaciones de Vecinos, Asociaciones de Caridad, de apoyo e inserción en nuestra sociedad de inmigrantes, Sociedades de autónomos, Colegios Profesionales, el mundo de la cultura y la ciencia valenciana.
Un neovalencianismo volcado en la ayuda y recuperación por la sociedad valenciana de los derechos que se ha investido asimismo el Estado central.
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