martes, 1 de marzo de 2011

DENOMINACIÓN DE LA LENGUA VALENCIANA DEL SIGLO XIII AL XVI (I)


Extraido de: www.peroquemeestascontando.es
- Decir en primer lugar, que muchos de estos documentos han logrado salir a la luz, gracias a la investigación y estudio de personas, que en muchos casos, lo han hecho altruistamente, poniendo los medios económicos y esfuerzo humano. Porque para el estudio de la lengua valenciana, es decir, para poder aclarar de una vez su origen e identidad propia, no hay dinero, a veces, ni siquiera de las instituciones valencianas. -
En este apartado, intentaremos aclarar de que manera nuestro romance valenciano, que existía en el año 1238 a la llegada de Jaime I, con la lógica influencia de los cinco siglos de dominación musulmana, se fue imponiendo al latín oficial que trajeron los nuevos conquistadores. Daremos pues, innumerables testimonios que sacan de toda duda sobre el idioma que utilizaban nuestros antepasados desde el siglo XIII, así como cual era su denominación por parte de los mismos usuarios, "romanç", "lengua materna", "lengua materna valenciana", "vulgar lengua valenciana", "nostra valenciana lengua", "valenciana prosa", "llengua valenciana", "valentina lingua", se le llame como se le llame, era la lengua valenciana evidentemente, nunca se le llamó catalana. Estos testimonios dejan en ridículo a todo aquel, que sin ninguna prueba, a propagado la teoría de que esto de que la lengua valenciana es distinta de la catalana es algo contemporaneo e incitado para conseguir una separacion lingüística de la "lengua madre catalana", donde nunca hubo unión no puede haber separación, sin tener en cuenta, que ni tan siquiera los catalanes de la edad media tenían ninguna duda sobre esta diferencia entre ambas lenguas hermanas.
 El primer testimonio son los Fori Antiqui Valentiae, Fueros otorgados a la Ciudad y Reino de Valencia por el rey Jaime I, redactados en latín entre 1239 y 1240, y que recogen numerosas palabras en valenciano, decimos en valenciano, pues las leyes se dan para el pueblo que deben regir, y no es lógico suponer que se va a emplear una lengua extranjera, más aún teniendo en cuenta que se trata de palabras de uso cotidiano y coloquial, por ejemplo: cequia, faneque, farina, carniceria, arroba, sucre, borra, pel, botes, drap, regalicia, regnes, ploma, etc.
La exigencia social de la comprensión del contenido de los Fueros, produjo la necesidad de su traducción a la lengua vulgar del pueblo al que iba destinado, a la del pueblo valenciano. Así, en un privilegio del 11 de abril de 1261 concedido por Jaime I, consta la celebración en Valencia de unas Cortes Generales que aprobaron la traducción general de los Fueros y Costumbres del latín al valenciano, traducción que, parece ser, se realizó en Valencia o Benifassà por tres sabios o Juristas letrados: Guillem, Vidal y Bernardo. Convirtiendonse los Fori Antiqui Valentiae en Els Furs, en cuya redacción, tomó parte activa el rey Jaime I: "est fur arromança lo Senyor Rey", y en ellos se reitera la utilización del romance por parte del pueblo valenciano. "Los jutges en romanç diguen les sentencies...", "Metges axi fisichs com cirurgians les receptes que ditaran hajen a dictar en romanç declarant lo nom de les herbes en lur nom comu, e vulgar". Lógicas indicaciones por parte de los Fueros hacia los médicos, jueces y cirujanos para que los pacientes y acusados entendieran las recetas y sentencias. 
Durante los siglos XIII y XIV coexistieron las expresiones "romanç" y "lengua materna", en una etapa de concienciación idiomática valenciana. El latín seguia siendo el idioma oficial de la Cancillería Real, teniendo una mayor consideración que los idiomas vernáculos.

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