jueves, 5 de agosto de 2010

HISTORIA DEL VALENCIANO (I)


Autor: Desconocido


Valencia fue fundada por los romanos en el año 138 a.C., (Valentia), primera colonia romana en España, de la época íbera quedan vestigios en monedas y lápidas donde aparecen nombres de personas, ciudades, villas, ríos y de montañas ibéricas, romanizadas durante la dominación romana; por eso se puede afirmar que más de las tres cuartas partes de las palabras que constituyen el tesoro léxico de la Lengua Valenciana, (al igual que la Catalana y la Mallorquina), tienen raíces de la lengua romana, bien vulgar, bien clásica. Aunque estudios sobre filología de las lenguas románicas en España, encuentran abundantes sedimentos lingüísticos procedentes de la fusión de palabras íberas y celtas en la lengua romana vulgar o romance.
Dominio Musulmán
Durante la ocupación islámica de la península Ibérica, iniciada en el siglo VIII d.C., permanecieron muchos pobladores iberorromanos en los territorios dominados por los árabes. Esto fue así primordialmente por un par de razones. No existían unos medios de transporte eficaces para la huída, por lo que la movilidad de la población era muy reducida. Y también porque, de forma generalizada, no se masacraba a la población civil conquistada, sino que se le permitía continuar viviendo con sus costumbres siempre que se sometiesen como siervos, no causaran problemas y contribuyesen con el pago de impuestos y servicios al mantenimiento de la nueva clase dominante (los musulmanes). En otras palabras: los vencidos eran la mano de obra explotada que generaba la riqueza disfrutada por los vencedores.

Los "mozárabes" o pobladores autóctonos iberorromanos sometidos por los árabes hablaban en latín vulgar. Dicho latín vulgar con el paso del tiempo fue perdiendo su uniformidad, (si es que en algún tiempo la tuvo), evolucionando y diferenciándose de unas zonas de la península a otras.
La lengua mozárabe hablada en la mayor parte de los territorios de la actual Comunidad Valenciana ya participaba de rasgos que le son propios al actual Valenciano, tal y como ha llegado a demostrar Lleopolt Penyarroja en su libro "El Mozárabe de Valencia".
Como bien apunta este autor, el problema del "mozarabismo", a la hora de explicar el nacimiento del Valenciano a partir de él, es que se identifica al "mozárabe" únicamente con "el iberorromano cristiano que vivía en tierras musulmanas", sin plantearse que "mozárabe" en la verdadera vertiente lingüística de la palabra sería "el iberorromano, de religión cristiana o convertido al Islam, que vivía en territorio musulmán y que continuaba manteniendo su lengua romance".

Así pues, aunque cierto número de iberorromanos hubieran podido llegar a ser islamizados (por la fuerza o no) y hubiesen abandonado su religión cristiana, eso no significaría necesariamente que hubieran perdido su lengua derivada del latín vulgar y hablaran exclusivamente en árabe.
Solo tenemos que darnos cuenta lo difícil que resulta hoy día, a pesar de los medios técnicos con los que contamos, erradicar de un grupo social y humano su idioma y sustituirlo por otro extraño. Por tanto, mucho más complicado sería en aquellos tiempos hacer que los mozárabes dejasen de hablar en romance, más aún si tenemos en cuenta que musulmanes y mozárabes no convivían mezclados, sino en poblaciones o arrabales separados unos de otros, y con estrictas normas sociales que prohibían y castigaban las relaciones entre ambos grupos (tal y como luego continuó sucediendo cuando los cristianos reconquistaron las tierras musulmanas hispánicas).
Reconquista cristiana
En el momento de la reconquista cristiana del Taifa de Valencia por parte del rey aragonés Jaume I "el Conquistador" y sus tropas cristianas, habría que preguntarse qué cantidad de "mozárabes" existían en tierras valencianas. Evidentemente, no estamos hablando de "mozárabes cristianos" solamente, sino de todos aquellos iberorromanos que continuaban hablando romance, aún reconvertidos a la religión islámica (entre otras cosas para evitar las represalias de los fundamentalistas islámicos).
Además, de la misma forma que existieron "criptojudíos" y "criptoislámicos", (judíos o moros "convertidos" al cristianismo solo en apariencia y que mantenían a escondidas su original religión hebrea o islámica), también existieron los "criptocristianos"; mozárabes que adoptaron la religión islámica solo en apariencia, mientras que de forma secreta mantenían sus creencias cristianas y su lengua romance. Es lógico pensar que todos estos "criptocristianos", tras la reconquista, regresarían a través de una nueva "conversión" a su original religión cristiana, engrosando el número de personas de habla mozárabe entre los cristianos de las tierras valencianas.

En la constitución de los fueros del Reino de Valencia, Jaime I mandó la traducción de los fueros al valenciano ("Para que los valencianos de todo el reino los entiendan y puedan cumplirlos" ordenó que se tradujeran a la lengua que el pueblo hablaba: el romance).

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