Por Ricardo García Moya
Las Provincias 29 de Diciembre de 1996
EI 25 de diciembre de 1758, mientras el
rey de Valencia escuchaba en su corte madrileña villancicos cantados por Farinelli
el "Castrati" -la mejor voz tiple de Europa- las capillas
musicales del Reino de Valencia ofrecían composiciones alusivas al nacimiento
de Jesús; aunque una de sus letras -como quien no quiera la cosa-
reivindicaba el uso de la lengua valenciana y su equivalencia a los restantes
idiomas europeos.
Aquella mañana, siguiendo la tradición,
los coros de la Seo interpretaron melodías compuestas por el maestro de capilla
don Pasqual Fuentes Alcácer. Todo era normal hasta que Ilegó el
villancico cuarto y -ante el asombro general- se oyeron alabanzas al Niño Dios
en el idioma más dulce de la tierra:
"El
Cel y la Terra, la Esfera, el Abisme,
els
Angels, y els Homens, ab tot lo criat,
publiquen, celebren, veneren y ensalsen
ab pompa
festiva la Nativitat"
A la introducción seguían cuatro voces
castellanas que, sorprendidas, interrogaban sobre "aquella extraña armonía
que, aun mal entendida, el alma, y la vida nos Ilega a robar".
Aquí, el maestro de capilla silenciaba
los coros para hacer audible el mensaje, y entraba un nítido solo de tiple
anunciando que era VALENCIA (mayúsculas en el original) quien cantaba a
Jesús: "Perque te sels de escoltar tots los anys que li canten
Castella, Italia, Fransa y Portugal". EI autor recurre a la
prosopopeya -artificio poético que permite el habla a ríos, árboles o naciones-
para que la voz del Reino exprese su enfado porque los cantos sólo son en
castellano, italiano, francés y portugués.
Don Pasqual Fuentes, nacido en Aldaya en 1718, conocía el mundo del pentagrama desde
los diez años, cuando fue infante del coro catedralicio. De ahí que los versos
23 y 24 tengan interés al sugerir que, "en este Sigle", no se había
cantado a la Navidad en valenciano:
"y en este Sigle no es troba memoria
de que hacha (sic) Valencia
vengut a cantar"
La voz tiple pregonaba que la lengua
valenciana, "por su brevedad y elegancia, ninguna otra la podía
superar"; juicio similar al emitido por Cervantes en el Persiles. A
continuación, desafiante, el solista anunciaba que: "Y per tant, ab
llicencia o sens ella.alegre y gustosa, torna a publicar". EI
"torna a publicar" indicaba que el coro volvía a hacer pública la
introducción en valenciano: "EI Cel y la Terra, etc.". La respuesta
castellana daba razón a la demanda: "Pues que pide razón y justicia, al
Niño en su Idioma divierta".
Seguidamente surge un diálogo entre coro
y solista en valenciano moderno, cercano al actual y opuesto al catalán que
impone la inmersión. Así, en el verso 40, donde dice: "esta nit en
Valencia", los inmersores del Institut d'Estudis Catalans (que han
prohibido el uso de la en delante de nombres propios) lo mudarían en "aquesta
nit a Valencia", como dicen los de Canal 9.
AI villancico valenciano de 1758 -obra
popular de autor culto- siguió otro en la Navidad de 1759. En ambos encontramos
las terminaciones en ea, como bellea y noblea; no las castellanas
y catalanas bellesa y noblesa. De igual modo, los verbos rehúyen guiones
en enclíticos, "entregarli" (v. 52), no
"entregar-li". Don Pasqual Fuentes escribía eixemple, no
exemples; navaixes, no navalles; yo, no jo; en huit, no
amb vuit; y lo, no i el; ilustre ciutat, no il.lustre. También
encontramos el adverbio ahón (adonde), conservado por Escrich en 1851 y
eliminado por el IEC.
De la misma década tenemos en la Biblioteca
de Cataluña (por cierto, qué desagradables son los encargados de la Sala de
Reserva) un villancico en catalán, donde leemos "naixament, saltan i
vallan, noi, mocado, janer, gentilessa, bellessa" (Bib. Cat. Ms.. 49);
que, en el valenciano moderno de Pasqual
Fuentes, serían: naiximent, boten
y ballen, chiquet, mocador, giner, gentilea, beIlea, etc.
Como es habitual, la pirática Gran Enciclopedia Catalana ha
capturado a Pasqual Fuentes en sus páginas, Ilamándole "músico catalán", aunque
jamás pisó el principado sin príncipe. Pero en Navidad es mejor olvidar la pesadilla expansionista, y recordar con
orgullo a los que en
1758 (el notario Ros, el cronista Sales, el dominico
Galiana y -quizá en brazos de su madre-, el niño Vicent Martín, futuro rival de
Mozart) pudieron escuchar la lengua
valenciana moderna, sin los
barbarismos del IEC. Estos fueron los versos que cerraban la festiva mañana
navideña:
"Aria a 4 voces:
Y entre tant repetixca el
fervor
dels cors valencians,
perque tinga son fi el Villancico
de
ahòn va comenzar
Coros:
El
Cel y la Terra, la Esfera, el Abisme,
els
Angels y els Homens, ab tot lo criat..."
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