AUTOR: JORGE BORRAS FRAGO
¡Qué gran lección nos está dando el
nacionalismo catalán! ¡Qué impagable demostración de cuales son sus principios
y su pensamiento! ¡Qué enseñanza tan clara e inequívoca de cual es su estilo y
su método!
Ahora ya sabemos lo que nos espera si por
casualidad nos atrevemos a llevarles la contraria. Si cometemos la terrible
osadía de rebelarnos y decirles que no, que los aragoneses no hablamos catalán,
que aragonesa es nuestra palabra. Ahora ya sabemos cual será su respuesta y su
modo de actuar: la coacción y la amenaza, el insulto y el desprecio, el
escándalo y el linchamiento público.
Debemos tenerlo claro. Los aragoneses
orientales, como los valencianos, no tenemos derecho a defender nuestra
identidad a través de una lengua propia. Ni se nos ocurra intentarlo. No
tenemos derecho a defender nuestra historia, a leer en aragonés nuestros fueros
de hace 900 años, a decidir lo que a nuestra tierra pertenece. No. El monopolio
de la palabra y la verdad sólo a los catalanes pertenece. Lo nuestro es una
despreciable mentira. Lo aragonés es un insulto a su inteligencia y a su
ciencia única.
De esta lección magistral nos queda la
moraleja, la consecuencia y la actitud, el modo y manera con la que se debe
tratar al disidente, al objetor de conciencia, al que piensa por sí mismo y no
sigue el camino marcado. Que se enteren de una vez los despistados, todos esos
aragoneses que hacen oídos sordos a nuestra denuncia, se puede decir más alto
pero no más claro, lo suyo no es un juicio científico, lo que están haciendo es
una exigencia y un chantaje basado en la fuerza del poder político.
Que sepan que esa “bondadosa actitud”, que la
enseñanza y la educación de esos principios y esos valores es la que debemos
esperar los aragoneses si cometemos el error de reconocer oficialmente el
catalán en Aragón: el fundamentalismo lingüístico, el pensamiento único, el
desprecio y la marginación de lo aragonés. Sólo hay una palabra: la suya.
Magnífica demostración de lo que son: una lengua, una nación, un destino en
Europa, una identidad, un pueblo, un orgullo.
No les basta con decidir y mandar en su
tierra. Basándose en aparentes razones lingüísticas y en el poder de sus votos
privados y partidistas quieren también decidir y mandar fuera de los límites de
sus competencias, mangonear, extralimitarse, ir más allá, saltarse leyes y
fronteras ajenas y tachar lo que no les gusta. Un solo idioma, una sola nación.
Ellos tienen “derechos históricos”, los demás no. Los demás somos comarcas,
franjas, marionetas de su reino sometido y manejado por la palabra única.
Para ellos defender la “unidad” de su lengua
es cuestión de ser o no ser, y es cuestión tan importante y trascendental
porque tienen miedo, porque la “aparente similitud” de su lengua con otras es
el único argumento que tienen para justificarse a sí mismos y negar a los
demás, es la coartada perfecta para seguir manipulando la realidad y
reconstruir a su medida imperios artificiales y falsas coronas.
Están aterrados porque si sus vasallos
lingüísticos descubren su mentira y se rebelan quedará en evidencia su
aparatoso montaje. Toda la mercadotecnia, las publicaciones, la propaganda y
las promesas dadas serán papel mojado; todo el dinero, las generosas
subvenciones, las instituciones creadas, las voluntades afines y la palabra
asalariada serán inútiles; todos sus peones situados estratégicamente fuera de
Cataluña serán derrocados; todo ese ingente esfuerzo y descomunal maquinaria no
habrán servido para nada. Todo su repetitivo discurso basado en vender y
fabricar esa idea perderá su sentido automáticamente y los muros que sostienen
su teatro de cartón piedra se derrumbarán estrepitosamente provocando su cierre
definitivo por derribo, y eso, sencillamente, no lo pueden permitir de ninguna
de las maneras.
Por eso para ellos es muy simple: se está con
ellos o contra ellos. No hay alternativa, no hay duda, sólo hay hombres y
libros que mienten. Sólo hay enemigos y opositores, sólo el catalán existe,
sólo el catalán puede ser reconocido. Sólo hay una emisora, una misma canción,
un sólo locutor y un sólo mensaje. Y ese es el modelo, el buen ejemplo que se
quiere imponer en Aragón: hablar de Aragón con su palabra y no con la nuestra.
Esa es la actitud tolerante, la rabieta que
hace levantarse de las sillas y abandonar las reuniones dejando a los demás con
un palmo de narices y la palabra en la boca si no se dice lo que ellos quieren.
Ese es el talante y el modo. Lo que los demás tengan que decir no vale nada,
sólo la burla y el más absoluto desprecio. Porque los demás somos sus criados,
pueblerinos que gracias a ellos sabemos hablar y escribir correctamente,
desagradecidos que quieren abandonar su negocio y hacerles la competencia desleal
montándoselo por su cuenta. Delincuentes que hay que llevar ante la justicia
por calumnias e injurias.
Y esos son para algunos los socios ideales
para hacer política, esos son los socios en igualdad y respeto con los que
algunos quieren hacer negocios y crear eurorregiones de mercado y ocasión. Con
esas reglas y ese ejemplo quieren entrar en el juego, con imposiciones y
prepotencias, y no con las normas de la generosidad, la igualdad y el respeto
por los demás, de la tolerancia por la opinión del otro y su derecho a
expresarse y decidir libremente sobre su palabra y su identidad, a tener plena
independencia para mandar en su casa sin padecer insultos ni coacciones.oficiales y entenderán el éxito de venta de la cadena catalana de
Ferrán Reída. Cumpliendo su misión, inserta textos en catalán para los estudiantes
alicantinos, y sacude navajadas a la vertebración valenciana. Ferrán Belda,
subdirector de esta cadena de “nombrosos diaria arreu del Països Catalans”
confiesa en El Temps que: “Zaplana, si no pot comprar-te, t’asetja”(sic). De
momento, la Generalidad compra miles y miles de ejemplares de Levante e
Información, mientras el equipo de Ferrán le propina zurriagazos, «Es Zaplana
quien agrede a Elche...” (Información 24-1-01), para que siga adquiriendo más
prensa catalana y editando CD con toponimia en catalán. La prensa catalana,
inflexible verdugo, controla que la Generalidad siga catalanizando el viejo
Reino.
Esto es Jauja. Ya han regalado los 10.000 discos del
traductor al valenciano (ya saben, catalán del IEC) editados por la Generalidad,
y que el diario catalán Levante exigió que se distribuyeran (Levante,
19-12-2000). Saquen calculadora: miles de CD, millares de diarios catalanes,
cientos de millones para 1a inmersión; miles de millones para la enseñanza del
catalán, etc. Nuestro Reino es Jauja de corachanes y putágoras.
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