Autor: Michel Braveheart
Depósito Legal: PM-1405-2002
Vestigios
hebreos que pululaban por doquier aún en el siglo XIX según relato de D. Juan
Dameto en su obra Historia General del reino de Mallorca. Vestigios como el
gran rosetón de la Catedral de Mallorca (s. XIII), en donde se puede apreciar
perfectamente en su estructura una estrella de David del ancho del diámetro del
rosetón. De los que menciona el Sr. Dameto hay uno en especial que nos confirma
la antigüedad del pueblo balear como descendientes de antiquísimos israelitas,
y que por su importancia transcribimos aquí para general conocimiento y
especial regocijo de cazadores de curiosidades. (sic) (escrito está con
ortografía castellana del s.XIX)
“... Otra inscripcion existía en una
de las habitaciones bajas de la casa (de la casa principal de la alquería
Aufàbi ) Alfabia, que al copiarla el célebre anticuario D. Francisco Whater,
Teniente Coronel de Suizos, consideró que era algun monograma efímero ó
insignificante, como el mismo dice en sus memorias manuscritas que tenemos á la
vista. También tuvo el señor Whater por caractéres insignificantes, según lo
insinúa en sus apuntes manuscritos, los de que se compone la inscripcion
arábiga de una antigua rodela que existia en el consistorio de Palma entre las
armaduras de los conquistadores de esta isla, que hoy se conservan en la
armería de la Reina nuestra señora. Pero el P. Artígues, arriba citado,
habiendo visto una copia que le dirijimos en 1831, sacada con la posible
exactitud, le dió la version castellana que dice así: “Aquí está mi fuerza
principal para conseguir mi intento. ¡O Dios! Con tu ausilio pelearé contra la
turba de la caballeria de Corazan y Ayla. De Dios es el ausilio y la victoria,
él sabe quien será el fuerte y el valiente, él nos dió el hierro del que se hacen
las armas. Es propiedad de Moraddinalá y se hizo para combatir los enemigos de
Omar.” Téngase presente que Corazan es
una provincia al norte de Persia, y Ayla una antigua ciudad de Arabia, ámbas
muy célebres por criarse en ellas escelentes caballos. Según el sentido de la
inscripción parece que Moraddinalá es un capitan árabe, y Omar el príncipe á
quien servia Moraddinalá. Aunque veneramos muchísimo el mérito del erudito
Whater, cuyas luces reconocemos por muy superiores á las nuestras, no podemos dejar
de manifestar que los caractéres de Alfavia, que seguramente le fueron
desconocidos, son: Tzade, un Caph, un Aleph y un Shin del alfabeto caldeo, y
por consiguiente la inscripción está en hebreo vulgar, ó en caldáico-sirio,
según se hablaba en tiempo de Jesucrito. Sin embargo, no aventuraremos
nuestra opinion acerca de este monumento, á pesar de que hemos visto otros de
su clase en esta isla y en la de Menorca, porque solo el verlo colocado en el
alcázar de un personaje árabe nos llena de confusion.”
Monumento
lingüístico-histórico éste (y otros que no ponemos aquí porque creemos que con
uno es sobrada la prueba), que corrobora lo anteriormente dicho. Población
israelita balear que se hallaba perfectamente organizada y con un gobierno
propio, separado del del rey árabe que dominaba la capital, reconocido
oficialmente(6) y llamado “Gràn Consey”(7) (Gran Consejo) al que
posteriormente, Jaime II de Mallorca lo rebautizó bajo el nombre de “Gràn y Generàl Consey” (8) (Gran y
General Consejo), cuya primera reunión o sesión la tuvieron el día 10 de
Diciembre de 1279 en la iglesia de Santa Eulalia de Palma, presidiendo la misma
el mentado Rey. Suponemos que lo de añadirle “general”, fue debido a que a
partir de ese instante hubo también cristianos en su composición y no sólo
judíos.
A
pesar de lo antedicho, los nazional-catalanistas de Baleares, para dar cierto
aire de validez a su teoría de la repoblación, andan buscando por toda la
geografía de Cataluña nombres de lugarejos, aldeas, poblaciones o ciudades, de
nombre parecido o igual a los de los pueblos de Baleares. Y así, no hace muchos
años que han hecho creer a la población del pueblo mallorquín de “Porréras”, que son descendientes de los
antiguos habitantes de la aldea (s, XIII) de Porrera, que supuestamente en el
1300 cuando supuestamente se promulgó la fundación de dicho pueblo mallorquín,
vinieron a poblarlo y por ello tiene el nombre de “Porréras” (hoy catalanizado
por el de Porreres). Cuando la realidad
es, que dicho pueblo ya existía en época de la conquista, pues cuando en
1285 Alfonso III de Aragón, I de Valencia y Conde de Barcelona, arrebató por la
fuerza de las armas el reino de Mallorca a su tío Jaime II de Mallorca, Conde
de Rossellón, Cerdaña y Conflent, Vizconde de Omelades y Carlades, y Señor de
Montpelier, el pueblo de “Porréras”
comisionó a seis jurados o representantes (en balear “ets indicàds” los indicados, o “s’indicàd”
el indicado, y que posteriormente derivó en “sindicàt” sindicato y “síndich”
síndico) para rendir juramento de fidelidad a Alfonso III.
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