miércoles, 23 de mayo de 2012

EL DESARME DE LOS MORISCOS DE CREVILLENT (1563) (III)




Cayetano Mas Galvañ
Extraído de Internet   
El documento es de un gran importancia desde distintos puntos de vista. Ante todo, contiene una relación detallada de las casas de moriscos existentes en ese momento en Crevillent, la misma que fue vaciada en su momento por Lapeyre y tomada, en su conocido estudio, por Vicente Gozálvez[1] como primer “censo” de Crevillent. Arroja un total de 205 vecinos moriscos[2], frente a los 208 que contabilizó Lapeyre. Es decir, estamos hablando de hogares, y por tanto, hemos de multiplicar ese número por un coeficiente, nunca preciso, para calcular el número real de habitantes. Manteniendo el empleado por Lapeyre y Gozálvez (4,5) obtendríamos una población morisca de 922 o 923 personas en dicho año 1563. Digamos, de paso, que en el momento de la expulsión (1609) el número de habitantes se había prácticamente duplicado, al llegar a unos 400 hogares y unos 1.800 personas. La explicación del solo crecimiento vegetativo, ciertamente potente, quizá deba ser complementada por otras vías.
            Aunque sin duda la población siguió siendo mayoritariamente morisca, la lista del desarme no debe ser tomada, sin embargo, como un censo detallado, ni siquiera en cuanto al total de hogares existentes. Sin ir más lejos, personajes como el cura, el testigo Pero Rodríguez y el alcaide del Castillo muestran la existencia de un contingente cristiano viejo, seguramente muy escaso, que vivía en Crevillent desempeñando funciones como las referidas, al servicio de la Iglesia o de la administración señorial. La lista muestra también alusiones -aunque muy escasas- a gentes que bien podían no ser moriscas, como Joan Quiles, “guarda”. Pero la abrumadora mayoría de los vecinos mencionados eran sin duda moriscos y varones: sólo se mencionan los hogares de 8 viudas. De dichos moriscos, 8 se hallaban ausentes, y 3 eran foráneos: uno de Cox (“Joan Pellilo de Coix”) y 2 granadinos (Hernando y García). En algunos casos se llegan a indicar los oficios: Mirón, el hornero; Sabe, fustero [sic]; Faraig, molinero; y “un lacayo” cuyo nombre no se indica. Por lo demás, como quiera que la lista nos proporciona los nombres completos, asistimos a la curiosa impresión que nos produce la combinación –propia de los moriscos- entre el nombre cristiano y el apellido morisco: Luis Duramen, Martín Ascar, Joan Bensalema, Francesc Siquili, Joan Hidi, Martín Bariduán, Pedro Pelilo, Joan Maymón, Miguel Algemia, Lope Pindo, Joan Sabe, Francisco Faraig, Gaspar Rinda, Francesc Alfaxar, Diego Alcaysi o Hernando Almacs... son nombres representativos de estas curiosas combinaciones, en la que posiblemente sea la primera lista conocida, detallada, de gentes que habitaron nuestro pueblo.


[1] Vicente Gozálvez Pérez, Crevillente. Estudio urbano, demográfico e industrial, Alicante, 1983.
[2] Salvo en un caso, donde se consignan los nombres del padre y el hijo (Rodrigo y Gaspar Pana), sólo se proporciona el nombre del titular del domicilio.

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