miércoles, 23 de mayo de 2012

LA GUERRA DE SUCESIÓN (XV)




Extraído de Internet
LOS BANDOS
A pesar de que en un principio Barcelona acató al nuevo monarca Felipe V, lo cierto es que poco después se decantaría por el Archiduque Carlos al que nombró emperador en 1711. En Aragón y Valencia la situación era bien diferente y comenzaba a plantearse una cuestión de centralismo castellano frente al federalismo aragonés decantándose por el apoyo al Archiduque. Este apoyo fue decisivo para la pérdida de sus derechos forales tras la aplicación de los decretos de Nueva Planta.
LA RETIRADA HACIA BARCELONA
Dada la proximidad de las tropas borbónicas que habían conseguido controlar varios territorios como Caudete, Villena, Elda, Novelda, Elche, etc y ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos a principios de 1707, el Archiduque Carlos decidió abandonar la ciudad de Valencia donde se encontraba para marchar hacia Barcelona con la intención de instalar su corte en estos territorios.
LA ENTRADA NATURAL DESDE CASTILLA: ALMANSA
Los generales austracistas Galway y Das Minas se anticiparon al ejército borbónico y elaboraron un plan para asestar un duro golpe a las tropas de Berwick. Éste se encontraba en las proximidades de Almansa  esperando los refuerzos que tenían que llegar por el norte a cargo del duque de Orleans. El factor sorpresa fue insuficiente para contrarrestar la superioridad de la caballería borbónica  que acabó con el inexperto, variopinto y desorganizado ejército austracista. Su derrota despejó y allanó el camino de las tropas borbónicas hacia Valencia que cayó un mes más tarde, junto a numerosas ciudades y villas de toda la región.
CONTINGENTE DE TROPAS Y DISPOSICIÓN DE LA BATALLA
Berwick contó con la caballería española y la francesa, además de una unidad irlandesa.
Berwick formó su ejército en dos líneas justo enfrente de Almansa, con la caballería española en el ala derecha y la caballería francesa en el ala izquierda. La infantería en el centro.
El orden de la disposición de Galway fue ligeramente diferente. Dispuso sus fuerzas en dos líneas pero mezcló la caballería y la infantería en ambas alas. Componía este ejército un total aproximado de 15 a 16000 hombres de muy diversa procedencia, holandeses, hugonotes, británicos y portugueses. Das Minas había solicitado que la caballería portuguesa se colocase en el ala derecha.
Las unidades británicas presentes eran los Bays, dragones 3,4 y 8, así como los dragones de Peterborough y Pearce, también un batallón mixto de granaderos y de la guardia Coldstream, los batallones de línea 2,6,9,11,17,28,33,35 y 36, así como la Infantería de Mountjoy, Breton, Bowle y Mark Kerr.
RELATO DEL MARISCAL BERWICK
"Los cañones de nuestra derecha comenzaron a disparar a las tres, pero apenas habían lanzado 20 andanadas cuando el enemigo, habiendo pasado un gran camino en hondo, que estaba enfrente de su izquierda, se apoderó de la altura donde estaba emplazada esta batería, ante lo cual ordené a nuestro ejército que avanzase para atacar.
La Batalla comenzó por la derecha; nuestra caballería cargó sobre la izquierda del enemigo con tanta bravura que consiguió abrir brecha en ella, pero la infantería enemiga hizo fuego tan intenso sobre los nuestros, que se vieron obligados a ceder; nuestra caballería, sin embargo, se rehizo de nuevo y volvió a cargar sobre el enemigo, que se había rehecho al amparo de su infantería ; con este ataque el enemigo fue nuevamente quebrantado, pero el fuego de los batallones obligó una vez más a nuestra caballería a retirarse. Viendo que sería difícil para nuestra ala derecha tener éxito sin infantería, hice que la brigada de Maine, mandada por M. de Bulkeley, avanzase desde la segunda línea; esta brigada atacó a la infantería enemiga y la derrotó por completo; nuestra caballería cargó al propio tiempo y entonces el ala izquierda fue completamente derrotada.
Nuestra izquierda, mandada por M. d’Avary, había efectuado varias cargas, pero aunque ganó algún terreno y hasta fue ayudada por la brigada de La Sarre, no había sido capaz de penetrar en la línea enemiga. Nuestra derecha, después de haber empujado todo lo que había ante ella, avanzó en orden de batalla sobre el flanco izquierdo de la derecha del enemigo, intentando éste retirarse, pero fue empujado tan de cerca, que pronto se dispersó, y huyendo a plena velocidad, su infantería fue destrozada.
La batalla no se desarrolló con tanta fortuna en el centro, pues el enemigo había derrotado el cuerpo principal de nuestra infantería, y dos de sus batallones, que habían llegado a abrirse camino a través de nuestras dos líneas, avanzaron hasta las murallas de Almansa. Don José Amézaga, Intendente de Caballería, avanzó con dos escuadrones de Órdenes Viejo, cargó y los derrotó.
El resto de la infantería enemiga, viendo que la nuestra atacaba, que había aún algunas brigadas que no habían cargado todavía, que su ala izquierda estaba batida y que su derecha huía en desorden, intentó retirarse, pero en su retirada varios batallones fueron atacados y destrozados. El general Conde de Dehna, con 13 batallones, se refugió en un monte cubierto de bosques, y a la mañana siguiente, viéndose rodeado, sin esperanzas de poder escapar, se rindió prisionero de guerra”.

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