VALENCIA HUI
28.03.07 |
23:41.
Ya
dijo Burriel cuando fue delegado del Gobierno socialista que no se puede poner
fronteras a las ondas. Entonces ya había sus más y sus menos en materia de
frecuencias televisivas.
Aunque
sólo cayó Valvipri, una emisorita que emitía desde el Vedat de Torrent en los
comienzos de los años 80 y como era pirata y clandestina pronto alcanzó gran
fama.
Había hambre de televisión, al menos de televisión no oficial, y aquella tenía su gracia. Duró poco, no la dejaron respirar apenas. Se le tuvo miedo y la silenciaron.
La que no acallaron nunca, pese a la ilegalidad de sus emisiones fue a la TV3 catalana, pero no lo hicieron los socialistas, ni los populares, a pesar de que era una televisión autorizada sólo para Cataluña.
Había hambre de televisión, al menos de televisión no oficial, y aquella tenía su gracia. Duró poco, no la dejaron respirar apenas. Se le tuvo miedo y la silenciaron.
La que no acallaron nunca, pese a la ilegalidad de sus emisiones fue a la TV3 catalana, pero no lo hicieron los socialistas, ni los populares, a pesar de que era una televisión autorizada sólo para Cataluña.
Los
catalanistas de aquí, muy sagaces, se percataron que el mejor instrumento de
catalanización del territorio valenciano era que el personal de aquí pudiera
ver y escuchar la TV3 y Catalunya Radio.
No
perdieron el tiempo en cabalgatas, ni ‘mascletaes’, ni pasacalles, ni cosas de
esas que son muy bonitas, pero que a la hora de la verdad, ‘de forment ni un
gra’. Los catalanistas fueron al grano.
Instalaron
repetidores ilegales por toda la geografía valenciana y difundieron por todos
los rincones la señal de la TV3 catalana con gran contento de la minoría
catalanista por el nuevo logro conseguido.
Han
sido 20 años de apología del catalanismo, de difusión de la lengua catalana,
sin que nadie, ni el PSOE, ni el PP, se acordaran de ella.
El
orquestado carnaval catalanista, los anexionistas, han puesto el grito en el
cielo, se han rasgado las vestiduras, porque el PP ahora quiere cerrarles la
emisión. El PSOE hizo lo que tenía que hacer, hacerse el loco, pues para algo
son catalanistas. No cerró la TV3, le encantaba, estaban en sintonía con su
onda.
Pero
lo del PP no tiene perdón. Durante todos los años de su mandato nunca hizo nada
por acallar y apagar la TV3. Abdicó de sus obligaciones legales y morales. Dejó
que el pancatalanismo trabajara a través de esta potente arma de catalanización
del pueblo valenciano.
Sólo
ahora, cuando se lo juega todo a una sola carta, para ver si gana las
elecciones, se ha puesto más valencianista que nadie y ha dicho, sólo ha dicho,
cuidado, no corran, que va a cerrar las emisiones de la TV3 para las tierras
valencianas.
Durante todos los años que ha estado gobernando esta autonomía, ni se acordó de hacerlo. Es, en elecciones, el todo vale.
Durante todos los años que ha estado gobernando esta autonomía, ni se acordó de hacerlo. Es, en elecciones, el todo vale.
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