En septiembre Raimundo IV tomó Tolosa con la ayuda
de un ejército aragonés dirigido por el regente Sancho, el conde de Rosellón y
Cerdaña, pero éste se retiró poco después ante la amenaza de excomunión que
lanzó Honorio III. Simón de Montfort inició una serie de ataques a la ciudad.
Los cátaros todavía no estaban acabados. Ni los valdenses tampoco, a pesar de
que ese año murió Pedro Valdo. En 1218, habiendo desaparecido la férrea
autoridad de su fundador, los valdenses se dividieron definitivamente en dos
ramas antagónicas: los franceses y
los lombardos. Simón de Montfort
murió de una pedrada mientras asediaba Tolosa. Fue sucedido por su hijo Amaury
de Montfort, pero Raimundo VI no tuvo dificultad en expulsarlo de su condado
con la ayuda de la población.
Simón de Montfort había heredado por vía materna un
condado inglés, el condado de Leicester, y éste fue heredado por su tercer
hijo, llamado también Simón de Montfort.
Domingo de Guzmán dispersó a sus dieciséis
religiosos, que envió a París, Madrid, Bolonia y Roma. Él se dedicó a predicar
y a organizar su orden, que el año anterior había tomado el nombre definitivo
de Hermanos Predicadores, aunque
fueron más conocidos como dominicos.
En París se establecieron en la calle de Saint-Jacques,
lo que les valió el nombre de jacobinos.
La virgen María se le apareció a un mercader de
origen francés que vivía en Barcelona y que se llamaba Pedro Nolasco. La virgen
le pidió que fundara una orden en su honor que, bajo su advocación, se dedicara
a la redenció de cristianos cautivos de los moros. Pocos días después Pedro
fundaba, con la ayuda del rey Jaime I, una orden militar que recibió el nombre
de Orden de Santa Eulalia, porque su
primera sede fue el hospital de Santa
Eulalia.
Ese año murió el duque de Borgoña Eudes III, que
había sido uno de los principales dirigentes de la cruzada Albigense. Fue
sucedido por su hijo Hugo IV.
También murió el Emperador Otón IV, y los nobles
leales a él fueron reconociendo paulatinamente la autoridad de Federico II. En
cambio, Florencia entró en guerra con Pisa, a quien disputaba la supremacía
sobre la Toscana. La división local entre güelfos y gibelinos se extendió ahora
a las demás ciudades de la región, según se alinearan con Florencia o con Pisa.
En general, el partido güelfo dominó en Florencia, Bolonia, Milán, Mantua,
Ferrara y Padua, mientras que los gibelinos lo hicieron en Pisa, Cremona,
Pavía, Módena, Siena, Rímini y Lucca.
En Inglaterra la situación política se había
normalizado bajo Enrique III y su protector, el conde de Pembroke Guillermo el
Mariscal. Stephen Langton fue restituido en su cargo de arzobispo de
Canterbury.
Los reyes Alfonso IX de León y su hijo Fernando III
de Castilla cayeron en la cuenta de que estaban perdiendo el tiempo luchando
entre ellos cuando los almohades habían quedado completamente desestabilizados
tras la batalla de las Navas de Tolosa, por lo que nunca lo habían tenido tan
fácil para conquistar Al-Ándalus. Así pues, hicieron las paces y sus ejércitos
se volvieron hacia el sur.
En Bulgaria, el apoyo de los bogomilos hizo que
finalmente Juan III Asen pudiera derrocar a su primo Boril y ser reconocido
como rey.
El Emperador Teodoro I de Nicea contrajo matrimonio
con María, hija de la Emperatriz Latina Yolanda, en un intento de recuperar
Constantinopla.
En Chipre murió el rey Hugo I y fue sucedido por su
hijo Enrique I de Lusignan, que tenía entonces un año de edad.
Juan de Brienne, el regente de Jerusalén, declaró la
guerra a Safadino y asedió el puerto de Damieta, en Egipto, donde se le unió
una parte de los contingentes de la quinta cruzada. El sultán dejó a su hijo
al-Kámil en El Cairo y marchó a Siria para dirigir la lucha contra los cruzados
que habían quedado en Palestina, pero murió poco después. Fue sucedido por
al-Kámil, quien perdió Damieta en 1219. Francisco de Asís se unió a los
cruzados y trató de convertir a al-Kámil.
El obispo de Barcelona, Berenguer de Palau, llamó a
Raimundo de Peñafort, un religioso catalán que, tras haber estudiado derecho en
Bolonia durante seis años, llevaba ya tres ejerciendo el magisterio. Puso por
escrito sus enseñanzas en su Summa Iuris.
Ahora fue nombrado canónigo de la catedral de Barcelona y prestó su apoyo a
Pedro Nolasco y su orden de Santa Eulalia.
Luis el León, el hijo de Felipe II de Francia, atacó
sin éxito el condado de Tolosa.
El rey Alfonso IX de León fundó la Universidad de
Salamanca.
El rey Valdemar II de Dinamarca reunió una flota con
la que derrotó a los estonios y se dispuso a convertirlos al cristianismo.
Fundó la ciudad de Reval.
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