Ricardo García Moya
Diario
de Valencia 24 de Diciembre de 2000
Aquí,
secularmente, se cantó a la Navidad en valenciano; hasta que Cataluña nos dijo
que para salvar la lengua valenciana teníamos que usar la catalana. Los
sumisos obtendrían recompensa. Al rico panal acudieron menesterosos intelectuales
y algún rebelde como López Chavarri que, en 1910, remitía villancicos barrocos
de Ortells para su publicación en Barcelona. No obstante, Chavarri mantuvo la
denominación de la lengua que Ortells había hecho constar en el texto del
siglo XVII: “Villancico para el Nacimiento de Xto (Cristo) en idioma
valenciano” (Butlletí de l’Orfeó Catalá, Barcelona 1910, p.170).
En los
versos de la tonada, el aragonés Antonio Ortells (n. 1649) utiliza el recurso
de asociar nación a lengua, recordando que Castilla, Francia y Portugal
cantaban a la Navidad, “y fins a hui, Valencia no ha eixit a cantar”. En consecuencia,
decide que la letra sea en valenciano: “pues vacha (sic) de valenciá / y el
recient naixent que plora / aixina es divertirá” (ib.). El dato no era cierto,
pues, está documentado que en las catedrales españolas (Sevilla, Granada,
Lérida, Toledo, etc.) se cantaban villancicos en valenciano, pero Ortells
dramatiza el estado de la lengua para espolear a los regnícolas.
La
Navidad no sería lo mismo sin belenes sugeridores de un cordial paisaje
palestino. Pero Papa Noel arrincona tradiciones e incluso palabras valencianas
como pesebre. Hace siglos, Timoneda escribía en versos navideños: “son fill
en un pesebre” (Timoneda: Pera la nit de Nadal, h.1560) El etimólogo Corominas
recuerda que “el valenciano pesebre -en catalán: menjadora, gripia- parece sea
mozarabismo autóctono” (DCECH) No tiene desperdicio el comentario. Destaca la
diferencia entre el vocablo valenciano pesebre y los catalanes menjadora,
gripia; y atribuye a mozárabes valencianos la probable evolución del étimo
latino praesepe. El etimólogo añade: “en España las figuras del belén fueran
introducidas por artistas valencianos(...) y puede indicar que en América se
introdujo desde Valencia” (DCECH). Tras el punto y seguido, a Corominas le
crecen agudos caninos y garras al aventurar que tendría origen catalán el pesebre
iberoamericano. Un párrafo antes afirmaba que “pesebre es ajeno al catalán”.
En
Palestina usaban papiro y junco de las riberas del Jordán para cestos y cunas.
En el pesebre valenciano, la cuna del Niño sería de junco, abundante en
humedales del Reino. Y aquí conecto con el tema que me atormenta desde hace meses,
por culpa de un enorme cartel que la Generalidad ha puesto en las obras del
barranco que vierte aguas a la Albufereta alicantina. Todos los días topo con
él, lo mismo que miles de conductores, y todos leemos en letras descomunales
que se trata del barranco del “Joncaret”, voz ignota para los matusalenes
valenciano hablantes del lugar. Pese a ello, nadie protesta. Suponen que la
Generalidad no osaría introducir torpes barbarismos. Pero se equivocan. La
costosa institución es la máquina más eficaz que
tiene la inmersión para envilecer y catalanizar la lengua valenciana. Lleva
décadas haciéndolo. Con lo invertido en la enseñanza catalanera se podría haber
financiado el AVE Valencia-Pekín.
La Generalidad y su onomatopeya porcina jonc, jonc,
jonc me amargarán la Navidad. Los jonc, joncar y jonquera eran corrupciones
condales del latín juncus; y , como alanos léxicos, el Reino los tenía a raya;
a raya fronteriza de la ruta valenciana a Lérida. Las infiltraciones léxicas
habidas por el permeable Maestrazgo eran derrotadas por la artillería literaria
del Reino; y nosotros, sin más potencial que la lengua viva y las armas del
pretérito, las utilizaremos para que ganen batallas desde el más allá.
Nuestros adalides serán los clásicos Jaume Roig, que escribía “de junc corona” (h.1460), y Martorell, “junc marí” (a.1490). En 1614, en poesía donde el autor afirma que la compone en idioma valenciano, leemos: “prop del riu, sols com lo junch” (Salcedo: Vida de G.Simón, 1614, p.193) En el siglo XVIII, los ilustrados mantuvieron la correcta morfología del sustantivo en verso y en prosa literaria y científica. Del gramático y lexicógrafo Carlos Ros seleccionamos un derivado: “eren com a juncars” (Cartillas valencianas, 1751), y del novelista Galiana, una frase tópica: “a soles com lo junch” (Galiana: Rond., 1768, p.22). En todo el Reino hay ejemplos: “estora de junch” (Archiu Mun. Elig, Llibre del Mostassaf. Sigle XVII) y como en todos los idiomas, variables reflejadas en la grafía: “y les nits les pase en casa, asoletes (sic) com un chunc” (Escalante: A la vora d´un sequiol, 1870)
Nuestros adalides serán los clásicos Jaume Roig, que escribía “de junc corona” (h.1460), y Martorell, “junc marí” (a.1490). En 1614, en poesía donde el autor afirma que la compone en idioma valenciano, leemos: “prop del riu, sols com lo junch” (Salcedo: Vida de G.Simón, 1614, p.193) En el siglo XVIII, los ilustrados mantuvieron la correcta morfología del sustantivo en verso y en prosa literaria y científica. Del gramático y lexicógrafo Carlos Ros seleccionamos un derivado: “eren com a juncars” (Cartillas valencianas, 1751), y del novelista Galiana, una frase tópica: “a soles com lo junch” (Galiana: Rond., 1768, p.22). En todo el Reino hay ejemplos: “estora de junch” (Archiu Mun. Elig, Llibre del Mostassaf. Sigle XVII) y como en todos los idiomas, variables reflejadas en la grafía: “y les nits les pase en casa, asoletes (sic) com un chunc” (Escalante: A la vora d´un sequiol, 1870)
En prosa científica poseemos el legado de Cavanilles, el mejor botánico
peninsular del XVIII. Director del Jardín Botánico de Madrid y autor de
apabullantes volúmenes sobre flora peninsular, daba los nombres vegetales en
valenciano, francés, latín y castellano. En sus caminatas por el Reino, Cavanilles
apunta las diferentes plantas y, entre ellas, el “junch esparcit” y la “junsa
chufera” (Obs.1787). La “junsa chufera”, planta de la chufa, derivaba del
adjetivo latino juncea, “similar al junco”. En catalán sería jonça, corrupción
que impone la enloquecida Generalidad y sus secuaces.
Nadal del Mileni. Per la matiná, boira; per la vesprá, fret. Estem a
soles com lo junc, y la Generalitat crema millons pera afonar nostra llengua.
En cartells jagants introduix el “Joncaret” pera mosatros; als chicotius els
endenya en bonicos llibres ahón fica “el jonc” (El mon vegetal. Generalitat
Valenciana. Bib.infantil,p.27) En fi, no vullc ofendre en morfologia y
paraules prohibides. Cambio de idioma. Me llega Saó, gratis, con las habituales
loas a Cataluña y desprecios a la malvada España; burlas al “nacionalisme
espanyol”, a Juan Antonio Reig, a la Real Academia de la Historia, etc. Todo
con ayuda de la Generalitat y Bancaixa. En la revista que comprende a ETA
reaparece el cura trabuquer Pera Riutort con piel de cordero sobre la sotana,
insistiendo en criminalizar culturalmente a la ciudad de Valencia y ensalzar
a Cataluña. Todo indica que ha conseguido pelas de alguna institución o incauto
para relanzar su idea de catalanizar textos religiosos editados en el
Reino. Su Vaticano catalán lo edificará en Tárbena, pueblo ya
catalanizado por los políticos y el mesón del botijo fálico. El santo proyecto
se llama, casualmente, “La mata de jonc” (Saó. 244) Por cierto, en el barranc
del Juncaret hay una alquería con piara de porcs normalitzats que siempre que
paso me gruñen ¡jonc, jonc, jonc! ¿Estarán subscritos a Saó?.
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