martes, 2 de octubre de 2012

PERVIVENCIA DEL "ROMANÇ VALENCIÀ"



Autor:  José Vicente Gómez Bayarri
Extraído de Intrnet

Prácticamente la totalidad de los libros de texto que son admitidos como oficiales por la Conselleria de Educación de la Generalitat recogen, únicamente, la hipótesis que mantiene que el denominado catalán nos lo trasmitieron los repobladores que procedían de este dominio lingüístico; pues mantienen que en tierras valencianas antes de la conquista cristiana del XIII exclusivamente se hablaba árabe, hasta convertir esta afirmación en un axioma incuestionable. Pocos son los autores que constatan que existen otras teorías, razonablemente sustentadas en tesis doctorales, que defienden otros supuestos.

Para mantener la hipótesis del unilingüismo arabófono -solamente se hablaba el arábigo- en la Valencia musulmana se ha escrito que en el siglo XII los fanáticos almorávides -africanos- con su intolerancia religiosa destruyeron virtualmente las mozarabías- premisa que consideran básica para argüir la desaparición del "romanç valencià".

Para rechazar este postulado y demostrar lo poco consistente que resulta esta afirmación basta analizar el breve periodo almorávide en tierras valencianes y las consecuencias de las cabalgadas de Alfonso el Batallador por territorio de Valencia.

Ciertos autores argumentan que la política almorávide causó una depresión demográfica en les comunidades mozárabes y una arabización idiomática de esa población. No obstante, es significativo que el mismo Alî Ibn Yusuf no conociera la lengua arábiga, según se desprende de la descripción que de él hace el cronista Al-Maqqarî. La lengua de los almorávides fue el beréber, que se diferenciaba del árabe.

La vitalidad de las lenguas románicas en el este peninsular lo atestigua Ibn Sîda en el reino de la taifa de Denia, Ibn Gabir para el Valle del Ebro, Ibn Buklâriš para distintas regiones, incluida Valencia, y el Anónimo Sevillano para todo el Al Ándalus. El mencionado lexicógrafo Ibn Sîda, que vivió en la corte ´amarî de Mugâhid de Denia afirmó: "¿Y cómo no he de cometerlos yo [los errores] en tiempos tan alejados [de cuando el árabe se hablaba con pureza] y teniendo que vivir con personas que hablan romance?".

A los siglos XI y XII corresponden las jarchas valencianas de los poetas Ibn al-Labbana de Denia, que murió en 1113, y las dos jarchas románicas de Ibn Ruhaym, autor nacido en Bocairent y que vivió hasta unos años después del 1121. Una de ellas, contenida al final de una composición laudatoria, pone en boca de una doncella la belleza del amado en lengua "´agami", es decir, románica.

Hasta ese momento histórico se acepta mayoritariamente, según señalan los estudiosos del tema, la coexistencia de un bilingüismo imperfecto en la población valenciana, atribuyéndose la desaparición del "romanç valencià" a la supuesta aniquilación de la mozarabía a raíz de la conquista de estas tierras por los almorávides y al abandono de los valenciano-musulmanes de su "parla vernácula". Se fundamenta esta hipótesis en tres premisas: a) solamente los mozárabes valencianos conservarían la lengua "romanç"; premisa insostenible; b) la virtual extinción de la mozarabía valenciana, supuesto discutible; c) la actitud represiva y aniquiladora ejercida sobre todos los mozárabes valencianos que no habían emigrado con el Batallador a su paso por estas tierras al regresar de sus cabalgadas por tierras de Al Ándalus oriental; apreciación inexacta y carente de rigor científico.

Para rebatir tal hipótesis es necesario enjuiciar los hechos siguientes:

1. Quiénes, cómo y cuál fue la actitud de los almorávides que se asentaron en el área de Valencia, además de destacar que el periodo de dominación almorávide en Valencia apenas superó los cuarenta años (1102-1145), como analizó el profesor Antonio Ubieto.

2. Valorar en su justo término la trascendencia de las cabalgadas de Alfonso I el Batallador, estudiadas, entre otros, por Simonet, Menéndez Pidal, Duforcq, Fontaine, Lacarra, Canellas, Huici Miranda. Este último arabista y latinista afirmó que estas expediciones no fueron ni tan generales ni graves como se ha manifestado.

3. Que el arábigo vulgar y el latín vulgar fueron dos hablas usadas indistintamente, grosso modo por las mismas personas, según situaciones y grupos sociales; tesis mantenida, entre otros historiadores y arabistas, por J. Ribera i Tarragó.

4. Que el "romanç valencia" se mantuvo a lo largo de los siglos XI al XIII como testimonian los glosarios, la toponimia, diversas fuentes y se extrae de documentos de origen cristiano, inmediatamente posteriores a la conquista cristiana del Reino de Valencia.

Estos argumentos demuestran la inconsistencia de la hipótesis del unilingüismo arabófono en los cinco siglos de dominación de la Valencia musulmana.

¿No sería conveniente después de argumentar estas precisiones que los libros de texto oficiales de la Comunidad Valenciana ofrezcan la posibilidad de contemplar esta teoría que enriquecería los planteamientos sobre el origen del valenciano, cuestión tan debatida entre nosotros?

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