Por Ricardo García Moya
Las Provincias 6 de Julio de 1997
Si
usted accede por Internet a las páginas virtuales de la Generalidad Valenciana
constatará un hecho: están en purísimo
catalán del Institut d'Estudis Catalans. Doña Rita Barberá, por tanto, ha sido consecuente eon la politica
lingüistica que se está perpetrando en el Reino de Valencia, pero tendría que
haber esperado (o disimulado) algo más, pues la capital todavía no se ha
rendido al catalanismo. Ella sabe los miles de millones que la Generalidad
quema en maestros catalaneros, publicaciones como "Saò" (mimada de la Diputación de Valencia), o actividades como
la Escola d'Estiu y los siniestros Gripau.
Los
Gripau ya están preparados a miles
para ser entregados a los estudìantes de BUP en octubre. Los Gripau son textos de cincuenta páginas
donde la Generalidad Valenciana corrompe lingüísticamente a los menores
valencianos al imponer las normas del Institut
d'Estudis Catalans, normas alienas que deberán usar para acceder a carrera
universitaria o ser funcionario. Los Gripau
han sido ideados por lo más sórdido del catalanismo militante. Los Gripau, con el apoyo de la Generalidad
y la Conselleria de Mr. Amb (siempre juran el cargo con esta preposición catalana)
fueron ideados para destrozar el idioma valenciano e introducir sintaxis,
léxico y ortografía del IEC.
Los Gripau consolidan
la prohibición de uno de los elementos singulares de la lengua valenciana:
el articulo lo. Por
ejemplo, quien escriba "Va fer lo que era més convenient", deberá modificarlo por "Va
fer el que era mes convenient"
(p. 16). Ocultan que el artículo lo
es coetáneo de Jaime I y permanece vivo en la lengua valenciana actual, no en
la catalana.
Los
Gripau utilizan este léxico:"Desenvolupament. Constitueix el nucli,
doncs, I'anàlisi" (p.11 ) y promueve construcciones anfibológicas con
el verbo estimar, como en Barcelona:
"dos germans s´estimen molt la mare"
(p. 18). Los Gripau, ensalzan el
adverbìo avui catalán, aunque
ocultan que es una corrupción del siglo XVIII: Agrada bastant la pilota, però
avui ja hi ha" (p. 18)".
Nuestros hijos son violentados lingüísticamente por los Gripau que utilìzan los a més a més (p. 3), los petit (p. 9), las terminaciones
verbales catalanas consisteix; afegeixen;
los arcaísmos y caprichos del Institut d'Estudis Catalans: síntesi, tipus, emparar, avaria, rancor, revanja, sergent, fetus, butlletí, etc. Y
quien no utilice esta disparatada jerga catalana, ya sabe lo que le
espera: emigrar del indefenso Reìno de Valencia.
A
todo bombo y con múltiples banderas de Cataluña vuelve el libro de la Escola de Estiu del País Valencià,
generosamente subvencionada por la Generalidad,
la Diputación de Julio de España
y la CAM. Los mismos de todos los veranos
(de la Rovira i Virgili de
Tarragona y del Pompeu Fabra de Barcelona)
aleccionarán sobre "el
Ilenguatge a nens i nenes
del País Valencià" (p. 35).
Para que no falte la alegría un taller tratará sobre "balls del
País Valencià" (p. 65). Por si fuera poco, con dinero que
generosamente entrega la Generalidad, también anuncian las jornadas sarda-
neras de la "Tardor”en
Algemesí (prefieren el catalán tardor al valenciano otony, como consta en el Thesaurus de 1575, o el Escrig de 1851 ).
La
agresión excede al tema de la lengua.
Están jugando con nosotros y las palabras de los políticos no coinciden
con los hechos. Valencia, en comparación con
Barcelona, Madrid, Sevilla o Alicante
está quedando marginada. Da la impresión de que buscan otra capital para
la Comunidad Valenciana, pues la actual es un obstáculo para los políticos que
sólo pretenden pactar y sobrevivir, engañando al Reino. En cierta ocasión, el alcalde
catalanero de una ciudad turronera me comentó que el único obstáculo para la
catalanización del Reino (él dice PV)
era Valencia. Su deseo, expresado en plena discusión,
consistía en que "una riada se
Ilevara Valencia al mar". EI
metafórico plan lo están cumpliendo con otros
medios: marginación,
indiferencia y engaño.
Quizá
en el 2000 la despersonalización esté lograda. Poco a poco van alzándose toscos
bloques paralelepípedos entre ruinas de
bellísima arquitectura popular. EI barroco donde el Padre Toscá delineaba sus
planos, o las casas donde las valencianas preparaban munición para vencer a los
franceses en 1808 se desploman aquejadas de osteoporosis social. Entre la burla
soterrada y el escarnio descarado, la basura urbanística infecta el rítmico
bordado arquitectónico. Una sucia chimenea oxidada frente a la joya del Mercado
Central o los hexaedros de rebaja que destruyen a la perspectiva barroca de
Santa Catalina con los símbolos actuales frente a la Expo de Sevilla, las
Olimpiadas de Barcelona,
la boda real, el nuevo Puerto de Alicante (40.000
millones), etc. Cajas de zapatos de ladriIlo barato, con agujeros que
simulan ser ventanas y puertas aterrorizan al asombrado visitante que constata
un hecho singular: Valencia es la
única ciudad del mundo cìvilizado que está destruyendo su bellísimo legado
urbanístico. Desde Sarajevo a Alicante cuidan
y restauran meticulosamente su arquitectura
popular, religiosa o militar
¿Quién engaña a Valencia?
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