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especto
al problema vasco, el Sr. Aznar y todo el PP detrás de él parece que han
llegado a unas conclusiones y a unas
ideas bastante claras sobre las condiciones previas que requiere cualquier diálogo entre el
gobierno de España y los partidos nacionalistas.: Un respeto a la Constitución
y un rechazo sin paliativos a la violencia y al terrorismo. Sobre la mesa de
las negociaciones no se pueden poner ni las pistolas ni ninguna propuesta que
atente contra la unidad de España tal como la define y avala la Constitución
del pueblo español. Consecuentemente el actual gobierno del PP avisado y
escarmentado por la famosa tregua-trampa de ETA, no quiere caer ahora en la
oferta de un diálogo-trampa.
A mi, la verdad, me gustaría que
tanto el Sr. Azar como el Sr. Zaplana, como el PP, tuvieran las ideas igualmente claras sobre el
problema de la Lengua Valenciana, avalada por nuestro Estatuto y,
consiguientemente, por la Constitución Española. Y, de la misma manera que al PP, víctima preferida de la violencia etarra y
objetivo principal de los ataques verbales del ultranacionalismo, no le valen a
solas las palabras si estas no vienen confirmadas por los hechos, tampoco a mi
y a muchos valencianos valen ya las palabras cuando los hechos les están
desmintiendo continuamente.
Es un
hecho que la Lengua Valenciana, uno de los mas importantes símbolos históricos
de nuestra identidad, desde hace mas de treinta años vienen padeciendo
violencia, no la del tiro en la nuca, sino una mes sutil y mas lenta, la de una
insoportablemente larga operación quirúrgica, en vivo o con anestesia, que la
quiere transformar y convertir poco a poco en una lengua diferente, que tiene
su nombre propio. Es un hecho también
que como si hubiera un pacto secreto de hace muchos años, todos los partidos políticos de mayor
implantación, tanto a nivel del Estado
como en el ámbito autonómico, o han sido parte activa y militante en esta
operación despersonalizadora, o han sido parte
consentidora y tolerante: la Lengua Valenciana no es mencionada apenas
entre las lenguas de España, no tiene un propio apartado en la publicación de
libros como el de la catalana, la vasca y la gallega, no está oficialmente
reconocida todavía como lengua minoritaria a proteger en el Parlamento Europeo,
no es enseñada como tal en las universidades,
institutos y escuelas de la Comunidad Valenciana, ni es la que usan los
medios de comunicación y los organismos oficiales de nuestra autonomía. Hay
toda una generación ya, a la que han enseñado y enseñan una lengua desvestida
de sus características seculares y a la que el nombre de valenciana, o se le
niega, o se le otorga mas como una
concesión que como un derecho propio y exclusivo.
Ahora parece que va a
constituirse la nueva AVL[1], como consecuencia de la una ley acompañada de
un informe que es parte constitutivo de ella, según el cual, no solamente se consolida todo el proceso
despersonalizador hasta ahora seguido i vigente, sino que ni en él, ni en toda
la ley, ni en la denominación de la nueva Academia aparece el nombre de Lengua
Valenciana, para la que supuestamente
está constituida.
Delante de este hecho clamoroso
y de sus antecedentes, todas las buenas palabras del mundo no son bastantes
para borrar el recelo de que ésta no sea una AVL-trampa, como lo fueron las Normas del 32[2] y el informe del CVC[3],
que hizo como quien escuchaba a todas las instituciones[4],
pero acabó redactando lo que bien le pareció, mejor dicho, lo que ya estaba
decidido de antemano.
Mi mensaje
es bien claro: o la AVL se define sin circunloquios por la Lengua Valenciana,
en nombre y contenido, o habrá nacido, después de un difícil parto, muerta y malquerida. La Historia dura mas que
la vida de una persona, y mucho mas que los éxitos inmediatos políticos. Hace
ya cuatrocientos años que la Lengua Valenciana ha estado arrinconada siempre, y
a menudo perseguida. Pero ha sobrevivido. Y piense el Sr. Zaplana, politico
exitoso, que la Historia no lo recordará por Terra Mítica o el Museo de las
Ciencias, ni tan solo por el empuje económico que ha dado a la Comunidad
Valenciana. Lo recordará como el Presidente que contribuyó a salvar la Lengua
Valenciana, o a acabar de hundirla, ahogarla y hacerle el entierro. Porque en
la lengua vive, y ella representa mas que nada, el alma y el verdadero sentido
de identidad del pueblo valenciano. Y un pueblo sin alma ni sentido de ser
nunca será un pueblo.
Joan Costa S.J. Escritor
[1] Academia Valenciana de la
Lengua.
[2] Se refiere a las Normas del
32 (Castellón) manipuladas posteriormente por el Instituto de Estudios
Catalanes.
[3] Consejo Valenciano de
Cultura, organismo netamente político
cuyos componentes son nombrados por las Cortes Valencianas.
[4] Se refiere a las
instituciones culturales valencianas y valencianistas defensoras de nuestra
autentica Lengua Valenciana, heredada de nuestros antepasados y de profundas
raíces en nuestro pueblo, poseedora de un Siglo de Oro de las letras, el XV.
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