Autor: JOSÉ VICENTE GOMEZ BAYARRI
Extraído de Internet
Prácticamente la totalidad de los
libros de texto que son admitidos como oficiales por la Conselleria de
Educación de la Generalitat recogen, únicamente, la hipótesis que mantiene que
el denominado catalán nos lo trasmitieron los repobladores que procedían de
este dominio lingüístico; pues mantienen que en tierras valencianas antes de la
conquista cristiana del XIII exclusivamente se hablaba árabe, hasta convertir
esta afirmación en un axioma incuestionable. Pocos son los autores que
constatan que existen otras teorías, razonablemente sustentadas en tesis
doctorales, que defienden otros supuestos.
Para mantener la hipótesis del unilingüismo arabófono -solamente se hablaba el
arábigo- en la Valencia musulmana se ha escrito que en el siglo XII los
fanáticos almorávides -africanos- con su intolerancia religiosa destruyeron virtualmente
las mozarabías- premisa que consideran básica para argüir la desaparición del
"romanç valencià".
Para rechazar este postulado y demostrar lo poco consistente que resulta esta
afirmación basta analizar el breve periodo almorávide en tierras valencianes y
las consecuencias de las cabalgadas de Alfonso el Batallador por territorio de
Valencia.
Ciertos autores argumentan que la política almorávide causó una depresión
demográfica en les comunidades mozárabes y una arabización idiomática de esa
población. No obstante, es significativo que el mismo Alî Ibn Yusuf no
conociera la lengua arábiga, según se desprende de la descripción que de él
hace el cronista Al-Maqqarî. La lengua de los almorávides fue el beréber, que
se diferenciaba del árabe.
La vitalidad de las lenguas románicas en el este peninsular lo atestigua Ibn
Sîda en el reino de la taifa de Denia, Ibn Gabir para el Valle del Ebro, Ibn
Buklâriš para distintas regiones, incluida Valencia, y el Anónimo Sevillano
para todo el Al Ándalus. El mencionado lexicógrafo Ibn Sîda, que vivió en la
corte 'amarî de Mugâhid de Denia afirmó: "¿Y cómo no he de cometerlos yo
[los errores] en tiempos tan alejados [de cuando el árabe se hablaba con
pureza] y teniendo que vivir con personas que hablan romance?".
A los siglos XI y XII corresponden las jarchas valencianas de los poetas Ibn al-Labbana de Denia, que murió en 1113, y las dos jarchas románicas de Ibn Ruhaym, autor nacido en Bocairent y que vivió hasta unos años después del 1121. Una de ellas, contenida al final de una composición laudatoria, pone en boca de una doncella la belleza del amado en lengua "'agami", es decir, románica.
A los siglos XI y XII corresponden las jarchas valencianas de los poetas Ibn al-Labbana de Denia, que murió en 1113, y las dos jarchas románicas de Ibn Ruhaym, autor nacido en Bocairent y que vivió hasta unos años después del 1121. Una de ellas, contenida al final de una composición laudatoria, pone en boca de una doncella la belleza del amado en lengua "'agami", es decir, románica.
Hasta ese momento histórico se acepta mayoritariamente, según señalan los
estudiosos del tema, la coexistencia de un bilingüismo imperfecto en la
población valenciana, atribuyéndose la desaparición del "romanç
valencià" a la supuesta aniquilación de la mozarabía a raíz de la
conquista de estas tierras por los almorávides y al abandono de los
valenciano-musulmanes de su "parla vernácula". Se fundamenta esta
hipótesis en tres premisas: a) solamente los mozárabes valencianos conservarían
la lengua "romanç"; premisa insostenible; b) la virtual extinción de
la mozarabía valenciana, supuesto discutible; c) la actitud represiva y aniquiladora
ejercida sobre todos los mozárabes valencianos que no habían emigrado con el
Batallador a su paso por estas tierras al regresar de sus cabalgadas por
tierras de Al Ándalus oriental; apreciación inexacta y carente de rigor
científico.
Para rebatir tal hipótesis es necesario enjuiciar los hechos siguientes:
1. Quiénes, cómo y cuál fue la actitud de los almorávides que se asentaron en
el área de Valencia, además de destacar que el periodo de dominación almorávide
en Valencia apenas superó los cuarenta años (1102-1145), como analizó el
profesor Antonio Ubieto.
2. Valorar en su justo término la trascendencia de las cabalgadas de Alfonso I
el Batallador, estudiadas, entre otros, por Simonet, Menéndez Pidal, Duforcq,
Fontaine, Lacarra, Canellas, Huici Miranda. Este último arabista y latinista
afirmó que estas expediciones no fueron ni tan generales ni graves como se ha
manifestado.
3. Que el arábigo vulgar y el latín vulgar fueron dos hablas usadas indistintamente, grosso modo por las mismas personas, según situaciones y grupos sociales; tesis mantenida, entre otros historiadores y arabistas, por J. Ribera i Tarragó.
3. Que el arábigo vulgar y el latín vulgar fueron dos hablas usadas indistintamente, grosso modo por las mismas personas, según situaciones y grupos sociales; tesis mantenida, entre otros historiadores y arabistas, por J. Ribera i Tarragó.
4. Que el "romanç valencia" se mantuvo a lo largo de los siglos XI al
XIII como testimonian los glosarios, la toponimia, diversas fuentes y se extrae
de documentos de origen cristiano, inmediatamente posteriores a la conquista
cristiana del Reino de Valencia.
Estos argumentos demuestran la inconsistencia de la hipótesis del unilingüismo
arabófono en los cinco siglos de dominación de la Valencia musulmana.
¿No sería conveniente después de argumentar estas precisiones que los libros de
texto oficiales de la Comunidad Valenciana ofrezcan la posibilidad de
contemplar esta teoría que enriquecería los planteamientos sobre el origen del
valenciano, cuestión tan debatida entre nosotros?
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