Por Ricardo
García Moya
30 de mayo de 1999
Cocinado por Milà i Fontanals (como luego veremos), el sofrito
latino duel ha sido introducido por
la inmersión como si fuera una voz tan valenciana como samaruc; pero duel no
existe en idioma valenciano. Lo más parecido que encontramos es duell, que significa piquera o agujero
en tonel de vino, no combate real o metafórico entre caballeros, políticos o
equipos de fútbol.
EI duelo se regulaba por fueros: "Batallers han de ser iguals, y com dehuen ser medits" (Ginart:
"Repertori de Furs", Valencia 1607, p. 28). Los contendientes podían
sacar un brazo fuera del campo de honor sin ser sancionados por los jueces,
"encara que traga un membre fora lo camp, pot usar aquell contra son
adversari"; pero no debían gesticular ni hablar, "en lo camp, ningu
pot fer senyes, ni parlar" (id.). AI duelista se le denominaba bataller o combatidor, estipulándose "com se deu vestir y quines armes
deu portar". EI duelo se Ilamaba desafiu
en idioma valenciano: "Desafius
nos poden fer en secret. Desafius se
deuen fer segons forma de fur" (p. 76). Respecto a la voz dol, equivalía al castellano duelo o
luto: "per mort" del Rey,
pera dol quatrecentes Iliures"
(p. 80).
EI marketing del Institut d'Estudis Catalans vende duel como voz clásica. Según Corominas,
se documenta en el XV, pero misteriosamente sólo se en- cuentra en el Curial, y no fue usada por otro
literato del XV, ni del XVI, ni del XVIII... Aquí conviene recordar que los
investigadores desconfían de textos que muestran anacronismos léxicos o
históricos. Por ejemplo, si en el "Repertori"
de Nofre Ginart, publicado en 1607, leyéramos: "Ferraro diu que UV vol cremar lo Micalet", desconfiaríamos de
la antigüedad del libro. Pues ídem de ídem sucede con el duel que Corominas remonta al 1450.
Tenemos la forma duellum
(guerra o combate) en textos latinos; pero duel
no existió en idioma valenciano, y ya pueden los inmersores buscar con lupa en
Martorell, Fenollar, Pou, Ros o Galiana. Y todo indica que tampoco existió en
catalán, pues es sospechoso que sólo aparezca en el "Curial e Guelfa", novela de autor anónimo que emerge entre la
niebla nacionalista que rodeaba a Milà i Fontanals, erudito del Penedés que
inventó el truco de Ilamar dialecto occidental catalán al idioma valenciano en
1861. Ahora comprendemos que en el Congrés de Filología de 1991. el paleógrafo
Jaume Riera afirmara que el "Curial" era un pastiche escrito en el
XIX por Milà i Fontanals, experto en
literatura caballeresca y provenzal. Por meticuloso que sea el fraude, pasa
como en el "Ben Hur", de
Wyler.
Millones de dólares para reproducir la Roma de Nerón y te sale el
extra patoso con reloj en la muñeca. De modo similar, como si fueran los
hermanos Tonetti, en el
"Curial" irrumpen antes de tiempo dos vocablos haciendo el payaso: duel y amb. Con lupa o microscopio traten de hallar la fantasmal
preposición amb en otro texto
coetáneo, pues fue en la segunda mitad del siglo XIX cuando los amigachos de Milà -como Pin i Soler- comenzaron a introducir esta preposición de bricolaje.
EI activo Gulsoy, miembro del Institut d'Estudis Catalans, aportaba en 1965 el
testimonio de los amb del
"Curìal" para legitimar el barbarismo. Estos enredadores debieran
estar rumiando el "trágame tierra", pero sucede todo lo contrario; la
Enciclopedia Catalana sigue editando libros donde ofrece como paradigma de preposición
clásica el amb del Curial (Segarra, M.: Hist. Norm.
catalana. Barcelona 1985, p.166).
Los Tonetti léxicos del
XV, duel y amb (fraudes léxicos del XIX), son estrellas invitadas y
permanentes en las academias de catalán Canal
9 y Punt 2. Los locutores fingen
naturalidad al pronunciar duel y amb, pero no se dejen engañar, son
vocablos inexistentes en idioma valencíano. Todo está al revés. Los que
defienden las señas de identidad y la lengua son expulsados como delincuentes
por agentes de una autoridad digna de las paradojas inversas de Lewis Carroll.
Hay más payasos en el circo léxico del Institut d'Estudis
Catalans. Uno de los más impactantes por su vestuario estrambótico es assutzena. No me negarán que lo han
puesto guapo con la s sorda y el
grupo consonántico tz. ¿Procederá
del hebreo cabalístico o de algún manuscrito de Paracelso? ¿Estará documentado
en Ausias March? Pues no, el payaso "assutzena"
es otro intruso en la lengua del Reino, ya que la tz y la s sorda son
pelucones puestos por los filólogos barceloneses en el siglo XX para diferenciarse
de los romances hispánicos. Corominas apenas halló documentación sobre el
sustantivo, pero conocía la forma valenciana. En 1935 su amigo Giner March le escribió desde Xixona
diciéndole que allí siempre se pronunciaba y escribía asuséna, con s sonora y
sin el churrigueresco tz. Este dato
lo despreció el etimólogo catalán, de igual modo que el açucena recogido por
Escrig en su diccionario valenciano de 1851, o "la azucena fragant", de las poesías valencianas de Escoriguela,
en 1794.
La actuación de los aplaudidos payasos léxicos duel, amb y assutzena se
prolongará en los recintos habituales (Universidad, Generalidad, Cajas de
Ahorro...) mientras la Iluvia de millones del contribuyente inunde el circo
inmersor. Después, recogerán bártulos y cruzarán el Cenia.
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