Por Ricardo García Moya
Las Provincias 3 de Noviembre de 1996
Sábado, 26 de
octubre. En la 2 proyectaban "Trans
gens, los genes de la muerte", película de terror calificada en LAS PROVlNClAS como "basura gore, infecta e
insoportable", con monstruos y todo. Di al botón y surgieron Eliseu
Climent, Rosanna Pastor y (el que
más miedo daba) Andreu Alfaro, el de las varillas de marras y barras.
Con vocecita de inocente víctima de la
"insolidaritat i intolerància", la locutora Rosanna Pastor presentaba el espectáculo cómico-taurino de los
Premis Octubre en compañía un tal Manu
di Bango, trompetero camerunés aficionado a la "lluita per la
solidaritat, tolerància” y la paella. Según Ro- sanna, interpretó canciones de la
"nostra terra"; pero, en
subtítulos para toda España, leíamos: "Temes catalans".
La música de Manu y las cuatro barras como fondo
provocaron una agitación de pañuelos y traseros, risitas y
guiños. Las alumnas
y maestras de catalán comenzaron a corretear bailando entre las mesas de
los políticos que contratan, amparan y subvencionan la expansión de Cataluña
(con dinero de nuestros impuestos) en el Reino de Valencia. Allí, satisfechos y
sonrientes, lucían sus poderes los conseIlers de la Generalitat de Cataluña, Xavier Pomés y Joan Pujals; los asiduos e incondicionales Cipriano y Carmen Alborch;
los parlanchines tránsfugas Rahola y
Colom, etc.
AI acto de exaltación de los Països Catalans no podían faltar los doce rectores-apóstoles de la
inmersión y de las universidades del eje. Sonreían complacidos al ver a la
juventud que ellos educan dando saltitos para no ser calificados como españoles
por un grupo que entonaba el "boti,
boti, boti, espanyol qui no boti". Toda España pudo admirar este
detalle de tolerancia, democracia y solidaridad, como repetía incansablemente
la presentadora. Y el nombre de España fue mentado en otra ocasión (y
nunca más) por la angelical muchacha al recordar los
"padecimientos sufridos por el
dominio de España" en Cuba. iQué mala es España y qué buena es
Cataluña!, ¿verdad?
Lánguidamente, imitando a Julia Otero, la actriz (?) preguntaba cosas a Manu di Bango. Y Manu
-que entendía menos valenciano que Pedreño- contestaba un surrealista "Sí,
señór" (sic) a la pre- sentadora
de Alboraya que,
en cada frase, insistía con los avui, avui, país, país, nosaltres,
nosal- tres, catalá, catalá...
Como en la
terrorífica Trans Gens anunciada
en LAS PROVINCIAS, unos mutantes
aparecían en el escenario. Todos, desde el presidente de la Unión Musical de Liria hasta el
tamborilero del año pasado (Carlos
Santos, sospecho) se les caía la baba con lo de "nostra terra
catalana, nostra cultura catalana, nostre idioma català". Y me dio la
impresión que los doce rectores del eje,
en placentero éxtasis, levitaban unos centímetros sobre el suelo
"catalán" de la Feria de Muestras de Valencia.
En toda
película de terror no puede faltar la nota cómica, y allí estaba el mago
de las varillas An- dreu Alfaro que, en esperanto (?), dijo algo así como
"me han donat una chuleta (sic), pero no me la sé". EI
público -atiborrado de morapio y paté- no le rio la memez; ni López Garrido (pegado a Eliseu Climent), ni los alcaldes de Alcoy, Gandía, Elche o los doce rectores estaban para sutilezas
que no fueran la manduca o los gritos a favor de "les terres
catalanes". Todos aplaudían cada vez que alguien como el premiado
BaIlester -al comprobar que, aparte de las varillas de Alfaro, le entregaban dos kilos de money- citaba lo de Paisos
Catalans. AI mismo tiempo, bajo el mando de la mano de Maniu di Mango, que dirigía un mambo, los jóvenes bailaban
siguiendo la táctica de ciertas sectas siniestras. Pretendían aparentar una
normalidad jovial en lo que no era más que una payasada contra el Reino de
Valencia.
AI final todos se pusieron firmes, muy formalitos y
con las orejas tiesas al escuchar la Moixaranga.
Mientras, la bandera aragonesa usurpada por Cataluña provocaba estremecimiento
de placer de los catalaneros de siempre: los doce rectores del eje, el
vertebrador Cipriano (que al día
siguiente, después del "bote, bote", acompañaba a un Felipe González desmelenado por la
unidad de España); la amiga del Liceo, Carmen
Alborch; el director de la Unión Musical de Liria y demás quimeras de la
razón.
EI negocio inmersor marcha. Los libros premiados
serán de compra obligada para los escolares valencianos en el curso 97-98, y
todos a disimular y fomentar la inmersión, no sea que se enfade el doctor Eliseu Climent; el capo que rige todo,
desde la política lingüística a la simbólica. Su poder es temido por rectores y
políticos, que se humiIlan a sus pies y le ofrecen la TVE para toda España. No me sorprendería que el año que viene fuera
Eurovisión la que transmitiera a todo el continente su mensaje tolerante y
solidario: "boti, boti, boti,
espanyol qui no boti".
Y todavía estoy sordo por el ensordecedor silencio y
sumisión de los doce personajes que -altivos bajo sus birretes ante las
autoridades democráticas- apoyan
complacidos estas lamentables astracanadas.
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