domingo, 2 de septiembre de 2012

MENTIRAS DE LA HISTORIA (XII)


Por: Ricardo de la Cierva
Editorial  Planeta

Segunda edición: febrero 1991



CATALUÑA, ESPEJO DEL PATRIOTISMO ESPAÑOL, EN EL SIGLO XIX

La mas culpable ocultación, la mas intolerable manipulación de la historia ultracatalanista –fuera de la aberrante y antihistórica evocación de unos Países catalanes que jamás existieron- es omitir un hecho capital en la historia contemporánea de Cataluña: el hecho de que Cataluña fue, desde fines del siglo XVIII a fines del siglo XIX, la región de España que dio pruebas mas constantes y heroicas de patriotismo español. Entre ejemplos sin número seleccionaré tres momentos admirables, irrefutables.

1.      La Cruzada de 1793-1795 contra la Revolución Francesa. Ferran Soldevila, Resum historia... (1974, p. 154);  “La Convención nacional francesa, que señala el momento culminante de la Revolución (1793), se ocupará de Cataluña. Agentes de la Revolución la recorren. Pero los catalanes, pese a la simpatía que la República sentía por ellos, y pese a los proyectos de instauración de una República catalana, lucharon tenazmente cuando Francia declara la guerra a España. Esta guerra se llamó en Cataluña La Guerra Gran.” Ninguna nación reaccionó tan intensamente como Cataluña a la declaración de Cruzada que lanzó la Iglesia de España contra los  revolucionarios regicidas. Cataluña entera se volcó en apoyo del general Ricardos, cuya penetración en el antiguo Rosellón se interpretó como una reconquista catalana. “Estos catalanes del Rosellón –escribía en convencional Frabe- son mas españoles que franceses.” Y cuando se hundió el ejército regular español y los franceses invadieron Cataluña, resurgió, bajo la bandera  de España, la coronela o guardia de la ciudad de Barcelona; revivió el somatén, alzamiento en masa previsto en los Usatges; el capitán general de Cataluña presidió en Gerona una asamblea que decidió reclutar y armar  a todos los catalanes entre los dieciséis y cincuenta años; migueletes y somatenes, a las órdenes de jefes populares,  con todas las partidas dirigidas por el ejército, frenaron al invasor, le derrotaron en Potós, Fluviá y Puigcerdá y liberaron todo el territorio de la Cataluña española. (Soldevila, Historia de España, VI, p. 114.) Así el ejército revolucionario francés, que temió la segunda invasión catalana del Rosellón, se vio impulsado a la paz, que firmaría en Basilea e impuso la retirada francesa del País Vasco. Así salvó Cataluña a España y particularmente a Vasconia en la  última guerra del siglo XVIII. Nunca había estado Cataluña tan unida a España; nunca, hasta el episodio siguiente.
2.      La guerra de la independencia de España en Cataluña.  Algunos historiadores ultracatalanistas interpretan esta actitud de Cataluña como “disminución del sentimiento nacional de los catalanes”, eso es una pequeñez, cuando lo que se desbordaba era realmente  el sentimiento nacional español en el principado. La prueba mas formidable es el comportamiento de los catalanes en la guerra de la independencia, Cataluña es vencida de Francia, pero Francia pese a ocupar las plazas principales, jamás fue dueña del campo y el territorio catalán. Napoleón halagó a los catalanes hasta extremos poco creíbles; declaró oficial la lengua catalana, concedió ventajas de todo tipo, separó teóricamente a Cataluña de España, la dividió en departamentos (franceses), la anexionó al Imperio. Los catalanes no se dieron por enterados. Inventaron un fantástico sistema militar que combinaba en cuerpos francos al ejército regular y a las guerrillas. Siguieron a jefes militares y populares incansables, como Rovira y el coronel Milans del Bosch; derrotaron a los generales del Imperio en numerosos choques,  desde el principio de la guerra, como en la importante y simbólica batalla de los Bruchs hasta la fases finales, con la sorpresa admirable de La Bisbal; enconaron, al servicio de España, la resistencia ciudadana en  Barcelona la resistencia militar en Hostalrich, Tarragona y la legendaria Gerona; sirvieron de modelo vivo a la intuición certera de Carlos Marx, el único observador del siglo XIX que comprendió a fondo (durante sus momentos de lucidez liberal) el carácter popular de la lucha contra Napoleón en España. Por supuesto que los diputados catalanes en las Cortes de Cádiz no presentaron, en nombre de su pueblo en lucha, la mas mínima reivindicación autonómica . La Junta de Tarragona proclamaba el 16 de junio de 1808 “que ya ha llegado la hora de manifestar y acreditar con pruebas eficaces que somos catalanes y que sabemos sostener con gloria la Santa Ley que profesamos, los derechos de nuestro único rey y señor Fernando VII, el honor de la Nación y el nombre de nuestros mayores”. Entonces si que éramos todos juntos una nación, una sola nación. Cuando Fernando VII salió de su confinamiento en Valençay para regresar a España, los ejércitos francés y español le presentaron armas, formados a una y otra orilla del Fluviá. Renacía en Cataluña la España vencedora y libre de enemigos, bajo su Corona secular recuperada.
3.      La resistencia española de los catalanes en América. Cuando la Casa de Borbón le abrió las puertas del Atlántico, Cataluña que ya estaba en América, se volcó en América. El Oeste americano, con su florón de California, mantiene aun hoy vivas sus raíces españolas con savia espiritual y colonizadora de Cataluña y otras regiones del Mediterráneo; y cuando Bolívar terminó en Carabobo con la resistencia organizada de España en la Gran Colombia, colonias catalanas mantuvieron meses y años  izadas en sus establecimientos costeros las últimas banderas de España. Canarios, guipuzcoanos y catalanes fueron los mas tenaces defensores de la Corona y la bandera de España en el Caribe; aunque España lo haya olvidado absurdamente, culpablemente. Un acorde final del Imperio en América fue catalán; gran tema para una tesis todavía inédita.

1 comentario:

Vicente Rubio dijo...

Estos catalanes tienen mas imaginación de Walt Disney.
La historia es contraria como no podía ser a las creencias de los catalanistas que han inventado toda su historia que es mas bien triste y normalita y muy precedida al del resto de la España.
No es serio que las autoridades de España no ponga en su sitio a estos usurpadores de la historia de nuestro Pais antes llamado España, pero ademas de forma autoritaria y sin dejar fisuras.
Un saludo muy cordial