Ricardo García Moya
Diario de Valencia 16 de Septiembre de 2001
Colaborador del catalán “Levante” y gris diletante de
la catalanización, Nelet S. Jardí me recuerda a mi amigo Caboteta de mixto;
pero éste es valencianista, mientras que el otro es un niño de papá Ferrán que
atribuye locura a los de la AVL (“la Loca Academia”, Levante, 10-9-01), y
anima a que todo sea “en catalán”, aunque él no da ejemplo y usa el español. En
fin, en río revuelto ganancia de catalaneros; piensen que mientras el mundo
observa horrorizado la hecatombe de Nueva York, los estudiantes valencianos
se examinan de Selectividad y tienen que demostrar su catalanización ante los comisarios
lingüísticos. De igual modo, las revistas independentistas subvencionadas por
los organismos regidos por el PP siguen infectando los centros de enseñanza,
alimentando el fascismo catalanero. Pese a este panorama, seguiremos contando
lo que nos oculta la inmersión.
Este verano cayó en mis manos el Tropezón de la risa,
libro de poesías de Jacinto Alonso de Maluenda, “natural de la ciudad de
Valencia”. En la Gran Enciclopedia Catalana dicen que nació en el "País
Valencíá” (silencian, claro, el título de Reino), y que fue autor de unas
endechas “en catalán, que se considera una de las muestras más sobresalientes
de la lírica barroca catalana”. Esta reseña que manipula el título del territorio,
robando un autor a la literatura en idioma valenciano, esta firmada por
Sanchís Guarner, otro colaboracionista que se superaba en las tareas encargadas
por la GEC. Es cierto que Maluenda incluye las citadas endechas en el Tropezón
de la risa, pero la GEC (es decir, Guarner) oculta que fueron escritas “en lengua
valenciana” (f.97), según declara el poeta en la edición de 1628, no en 1674
como sugiere Guarner (el impresor de la misma, Silvestre Esparza, había
fallecido años antes). Las endechas de Maluenda muestran combinación estrófica
de cuatro versos asonantes de seis sílabas que, alejándose del carácter
luctuoso o triste que tenía la endecha medieval, son dedicados a ensalzar la
belleza de la amada en lengua valenciana.
La sintaxis
de Maluenda es similar a la del idioma valenciano actual (no el catalán),
mientras que el léxico combina arcaísmos con voces que acabarían por
imponerse. Las endechas comienzan así: “Filis llauradora, / que al sol dones
llustre, / choguet de crestall, / milacre de sucre” (Tropezón, f.97). Entre
los sustantivos que el pueblo iba moldeando morfológicamente hallamos “choguet”
y “milacre”, acompañando al antiguo occitanismo “crestall”. De este modo, ya en
el XVII se diferenciaba el choguet valenciano del joguina catalán y el juguete
castellano; aunque los diccionarios etimológicos fingen ignorar esta documentación
léxica que generaría derivados como chogueter, alejado del joguetaire
catalán. Maluenda escribe “tan airosos chuguen” en esta pieza “sobresaliente
de la lírica barroca” (S.G.).
Los poemas de Maluenda abarcan desde lances amatorios
a crueles burlas a la vejez o fealdad, acordes con el modelo quevedesco. Las
décimas dedicadas a un “hombre pequeñito y narigón” alternan con la sátira
contra el tabaco o el “Soneto a una mujer que tenía celos de un capón”. Más sereno
es el bucólico romance que muestra un río Turia como escenografía paradisíaca:
“orlada tiene su orilla / de jazmín y de arrayán... culebra se hace de plata”.
El poeta gozaba del aprecio de Solorzano, Juan de
Villarrasa, Jusepe Miravet, Senet Clavell, Pedro Morlá y Jusepe Giner;
escritores que no dudaban de la independencia de la lengua valenciana y, por
tanto, ninguno de ellos entraría en la Academia de Ascensión o “Loca
Academia" (Nelet dixit).
Entre los verbos usados por Maluenda hallamos “assomar"
(del latín summus), hoy prohibido por la pusilanimidad de unos y el
catalanismo de otros. Semánticamente, “assomar” alberga matices diferenciadores
con aguaitar; pues los valencianos podemos construir la frase “per la vesprá,
el cego assomat”; es decir, el invidente estaría gozando del frescor del
atardecer, y no escudriñando al vecindario como seria en el caso de “aguaitar”.
No obstante, si introducimos la frase en el túrmix de catalán SALT de la
Generalidad (regalo de Zaplana y Tarancón a las universidades, ayuntamientos e
institutos) obtenemos esta traducción al esperanto del Institut d’Estudis
Catalans: “A la tarda, el cec aguaitat” (El bravo Tarancón y su jefe autorizan
la inclusión del esperpento catalán “tarda” como valenciano culto) El verbo
“aguaitar” alude en idioma valenciano al acto consciente de observar o
escudriñar; incluso poseemos el sustantivo “aguaitador, mirador o balcón
cerrado de cristales o persianas y cubierto con un tejadillo” (Escrig, 1887).
Es decir, se puede aguaitar (es castellano también) sin asomarnos, pero
podríamos estar “assomats, aguaitant y desullantmos”.
Maluenda
usaba en 1630 el verbo “desullarse” con el significado que tiene en lengua
valenciana actual, el de esforzarse en mirar algo: “al mirar tos ulls, pastora,
em desulle”; en construcción similar a los ejemplos de Alcover: “desullantse
per vore lo que diu aquell cartell”. El poeta barroco también recurría a la
bestia negra del catalanismo, la ch palatal africada sorda, siguiendo la
herencia morfológica renacentista: “encara quem punches” (v.30), y “observen
les chufes” (v.32). Pero todo esto les da igual a los Nelets y a los miembros
de la Academia de Ascensión. Sólo valen los mandatos de Cataluña.
La pesadilla continúa. Otra vez me llega gratis
(pagada por ustedes) la revista de los místicos valencianos “SAÓ”. Los que
antaño comprendían a ETA e impulsan el desprecio al idioma valenciano y a
España, ahora incitan a los de la antiglobalización con sutiles mensajes en
puro catalán: “avui dia, la Europa dels comerciants ens coloca en un carreró
sense sortida que sols desperta ira i frustació. Qui crea la violéncia?” (SAÓ,
agost 2001) ¡Qué miedo! Los motilones catalaneros de SAÓ están en un callejón
sin salida y llenos de odio y frustración contra la Europa capitalista ¿Devolverán
las pelas de Bancaixa y la Diputación del PP que les permite publicar el
panfleto? ¿Atacarán con botafumeiros volantes al Micalet? ¿Excomulgarán a los
de Gescartera? Aquí, entre fanáticos curas catalaneros y comisarios lingüísticos
(que viven del presupuesto), se está gestando una Cataluña con nosotros
dentro, pero la inmersión olvida que existirá un punto de inflexión donde será
inevitable la confrontación contra el terrorismo expansionista. De momento,
la hipocresía política sigue engordando al monstruo, cegándonos con Terra
Mítica y la Ciudad de las Ciencias.
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