lunes, 16 de mayo de 2016

LAS DOS BARRAS DE ORO CORONADAS

 

Por Ricardo García Moya
Las Provincias 9 de Octubre de 1997

Como es sabido, la imagen de la Real Señera en pergaminos medievales como el de 1410 (B.N.París, Ge. B. 8268) testifica la presencia de la  franja azul con la corona y, también, las dos barras de la antigua señal real de Jaime I.
En 1459, cuando era habitual el modelo de cuatro, Jaume Roig citaba los bastones de oro coronados ("Spill"), aludiendo a la corona otorgada por el rey y que -a fines del XIV- ya figuraba sobre las dos barras de la moneda del Reino de Valencia.
Siglos después, un barcelonés que se inspiraba en Roig, escribía: "Las barras que en el escudo / se ven de oro coronadas” (Liberós, E.: Barcelona,  año 1620).
En el XVI proliferaron sospechosas coronas y títulos. EI hidalgo deseaba ser marqués; el condado, reino. Exageraban prosapia tan abusivamente que Felipe  II,  escamado,  ordenaba infructuosamente el 4 de octubre de 1576: "Que no se llame Don a nadie en Cataluña, pues de poco acá se van usurpando títulos de Noble y Don"  (A.C. Aragón, L. 651). Coetáneamente, sobre el escudo del condado y el de la Generalidad catalana comenzó a figurar el Rat Penat valenciano y la corona; aunque el monarca, que se sepa, nunca otorgó tal honor. Por el contrario, nuestra Real Señera fue voluntad soberana, y los albaranes que detallan el costo de "brodar la corona" con hilos de oro, así como "les alnes de tela gostança blava"y la plata del Rat Penat demuestran que nuestros antepasados querían que la enseña fuera una joya vexilológica. Para los actos festivos encarga- ban otras de menor valor a artesanos como Joan Cardona, autor de señeras "barrades de or y de grana ab ses corones de dalt daurades y laborades al oli" para la entrada de Carlos I.
Curiosamente, tras la publicación del Tratado de la Real Señera (dónde se exponía que la de Jaime I sólo tenía dos barras), los  barceloneses  comprobaron estupefactos que su escudo y bandera sólo mostraba dos barras y la cruz. Tras un debate -con Pilar Rahola de protagonista-, el  Ayuntamiento  de Barcelona modificó oficialmente este verano de 1997 el primitivo escudo de Barcelona (en realidad, de  Catalúña) para incrementar hasta cuatro las dos barras  que,  desde  el  siglo  XIII, formaban uno de los cuadrantes del escudo, alternando con  la cruz del condado de Cataluña.
La primicia dada en LAS PROVINCIAS (6-10-85) sobre las dos barras provocó la inquietud in- mersora, pero los catalanes reaccionaron con su pragmatismo habitual, proclamando que también les pertenecía la señera de dos barras, de igual modo que el Rat Penat, la corona, el idioma, la cerámica y el  sursuncorda.  Ahora, los que se burlaban del Tratado de la Real Señera, reivindicaban  que  la primitiva bandera de Cataluña era de "dues barres" (EI Temps; 9-6-97, p. 63), y que la "bandera de España es una usurpación de la antigua bandera catalana de dos barras" (p. 56). Olvidan un detalle: la primitiva señera pertenecía al monarca aragonés (según proclamaban todos los textos de los siglos XII y XIII, como el del provenzal Peire en 1285: "fai nomnar rey darago, lo senhal del basto").
También la filigrana con escudo  de  dos  barras  coronadas, marca de agua del papel valenciano en la Edad Media, la hacen fígurar bajo la palabra Cataluña "Historia del papel en México"(México,  1990). Y es que Hans Lenz, autor del libro, se basa en el "Paper and watermarks in Catalonia"  (Amsterdam,  1970) del catalán Oriol (p. 145) y las marcas o filigranas del papel allí fabricado. Oriol usa el eufemismo "levante” para no nombrar al Reino de Valencia, y el pomposo de Principado de Cataluña para referirse al condado, y enredando sobre la filigrana de cuatro barras que,  barrunta,  representaba  al "Kingdom   of   Catalonia" (p. 257), sin aclarar quién otorgó tal título de reino. Además da a entender que las fábricas de papel de Valencia y Xàtiva pertenecían a Cataluña. Nadie, hasta la fecha, ha dicho ni mu contra estas fantasias papeleras.
Menos mal que en obras imparciales como "Les filigranes, (Leipzig,1923) las cosas quedan claras. Briquet reproduce la filigrana de dos barras coronadas del papel de Campanar, "représentent les armoiries de Valence” (p.151)  y, extrañado, comenta que el investigador "Zonghi a trouvé I'écú de Valence sans couronne" (p.151); Briquet estaba sorprendido ante una filigrana del Reino de Valencia sin corona, pues los modelos que él reproduce son de dos barras coronadas,  marca  de agua que Oriols asocia al "Kingdom  of Catalonia", confundiendo al manito de la "Historia del papel en México”.
Parece un sainete de Escalante, pero son personajes de carne, hueso y subvención (Oriol Valls, el del papel, la tenía de la fundación Labarre) que siembran errores y trampas en la historìa de los valencianos. Pero hoy es 9 de octubre, así que ignorando a los que tratan de destruir nuestra historia  (también  la  heráldica) custodiaremos a nuestra Real Senyera por las calles de la (todavía) capital del Reino. Quizá en unfuturo, cuando desaparezca la inmersìón, sea restaurado el Centenar de la Ploma para que la bandera sea Ilevada "jinete a la estradiota", recobrando la solemnidad adecuada.



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