Por: Ricardo de la Cierva
Todos
los
demás reyes de la Corona de Aragón -hasta Juan Carlos I- han sido a la vez
reyes de Valencia, y ostentaron por lo tanto la doble numeración de su
dinastía. Sucedió a Jaime I su hijo Pedro I, que dominó la última rebeliónn
general de los moros sometidos, al conquistar su último reducto en el castillo
de Montesa en 1277; de esta campaña surgió la cuarta de las grandes órdenes
militares españolas, tras las de Santiago, Calatrava y Alcántara, cuyo Maestrazgo
asumió, como en el caso de las demás, el rey Fernando el Católico. Ya sabemos
que una quinta orden nacida entre Alcántara y Montesa, la orden naval de Santa
María de España, instituida en Cartagena por el rey Sabio AIfonso X pora fechos allend mar (lema que
hoy ostenta a fragata Infanta
Elena, de la Marina de guerra española), fue absorbida por la orden de
Santiago cuando casi todos los caballeros de Santiago habían perecido en una
derrota contra los moros de Granada; la propia Corona de Castilla ordenó la
inmolación de la orden naval-militar para salvar la más antigua de todas. Pedro
I defendió los fueros del Reiino de Valencia, rechazados por la nobleza de
Aragón. En su tiempo, 1283, se instala en Valencia, antes que en Mallorca y
Barcelona, un Consulado del Mar.
Alfonso
I de Valencia, y II de Aragón, hijo de Pedro I, reina de 1286 a 1291. A1
proclamarse re y de Valencia arreciaron las protestas de los nobles aragoneses,
que preferin considerar al Regne como parte
de Aragón. Los valencianos se oponen y obtienen del rey el privilegio general
de rechazo de los fueros aragoneses. La Corona optó entonces por otorgar a cada
pueblo el fuero que deseara; 31 de esos pueblos, dominados por la oligarquía
nobiliaria, optaron por el fuero de Aragón y todos los demás, una gran mayoría,
por los furs de Jaime I.
Entre 1291 y 1327 reinó
Jaime II, que mantuvo una guerra contra Castilla; avanzó hacia el
sur del reino, y tomó Alicante, Orihuela y Murcia. En el tratado de Campillo
1304 se extendieron los límites meridionales del Reino da Valencia hasta
comprender Orihuela; entre este municipio y el vecino y ya murciano de Beniel
discurría –y ahora se mantiene- un camino -ya alcanza un alto valor símbólico
que la frontera entre los dos reinos Hermanos de Valencia y de Castilla sea
eso, un camino- que hasta hoy se denomina, entre naranjales, La vereda del reino, jalonada por dos
grandes tueros en su cruce con el
camino real Orihuela-Murcia. He paseado muchas veces en torno a ese cruce, por
la Vereda del Reino, que vista desde el de Valencia se refiere al de Castilla,
y vista desde Castilla anuncia el de Valencia. El habla y la arquitectura se
dividen suavemente, como uniéndose a uno y otro lado de esa Vereda cuyo
profundo significado debieran conocer quienes desde uno u otro exclusivismo
tratan de pontificar sobre lo que ignoran. A1 extinguirse en 1312, tras una
dura persecución europea y romana, la Orden del Temple, el rey de Valencia
obtiene del papa Juan XXII la erección canónica de la Orden de Montesa, cuyo
nacimiento hemos citado ya y que absorbió a muchos templarios. Todo el Reino
de Valencia apoya a Jaime II en la conquista de Cerdeña, y todo el
Mediterráneo occidental se llena con las hazañas del almirante valenciano
Carroç.
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