martes, 21 de mayo de 2013

APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DE ELCHE A TRAVÉS DE SU NOMBRE (y II)





 De Castilla a Aragón


Autor: Valenciad’elig

 Sobre el año 1244, el musulmán Reino de Murcia (y Elche, al que pertenecía territorialmente pero del que en buena medida se mantenía políticamente independiente al igual que Crevillente), pasó a rendir vasallaje al cristiano Reino de Castilla a cambio de protección ante una previsible invasión y guerra por parte de su vecino, el musulmán Reino de Granada.
 Desgraciadamente, de esos años medievales o anteriores, no existe documentación escrita en los archivos ilicitanos que puedan confirmar o desmentir la presencia en el "Elsh" musulmán de población cristiana de origen hispanogodo descendientes de la "ILLICI" original.
 En todo caso cabría hacer mención al libro "Cristianos bajo el Islam. Los mozárabes hasta la reconquista de Valencia" de Leopoldo Peñarroja, en el que el autor presenta una serie de evidencias que permiten contemplar una pervivencia del mundo mozárabe en tierras valencianas que alcanza incluso las fechas de reconquista cristiana.
 
La ayuda militar del rey aragonés Jaume I al Reino de Castilla.

 
 En 1265 el rey aragonés Jaume I "el Conquistador" entró en Elche habiendo sofocado, mediante pacto, la rebelión mudéjar de está localidad, iniciada unos pocos años antes en todo el Reino de Murcia y Andalucía.
 En contra de lo que popularmente se cree, no fueron los cristianos de las huestes del rey aragonés los primeros en instalarse en Elche, ni tampoco fué en esa fecha cuando Elche entró a formar parte de la Corona de Aragón. Una cierta repoblación cristiana castellana, anterior a 1265, en tierras murcianas, (entre las que geográficamente se incluía Elche), es un hecho documentalmente constatado.
 
 Jaume I devolvió, una vez pacificado, todo el Reino de Murcia (al que pertenecía Elche), al Reino de Castilla. Su campaña bélica no fué sino la ayuda que el monarca aragonés daba a su yerno, el futuro rey castellano Alfonso X "el Sabio", para sofocar la revuelta mudejar murciana y evitar que la misma se propagase al recién conquistado Reino de Valencia (cuya frontera sur, lindando con el Reino de Murcia, estaba más o menos a la altura de Jijona).
 
 Posiblemente fué a partir de 1265, tras las capitulaciones musulmanas murcianas ante el rey aragonés Jaume I (representante del rey castellano), cuando, habiéndose incorporado sin restricciones el Reino de Murcia al dominio de Castilla y siendo desposeídos los musulmanes de muchos de sus derechos y propiedades, se iniciaron una serie de repoblamientos cristianos de mayor envergadura y alcance a los efectuados hasta el momento.
 
 Se sabe que en 1265, tras la rendición de los mudéjares ilicitanos éstos hubieron de abandonar sus posesiones en el interior de la "vila murada", entregándoselas a los cristianos, e instalarse extramuros en un emplazamiento más al sur que sería conocido como "la moreria de la vila".
 Entonces sería cuando el rey aragonés Jaume I, en nombre del rey de Castilla, efectuaría donaciones de tierras y propiedades en Elche a integrantes de sus tropas. Tropas que en ningún momento estaban compuestas exclusivamente por catalanes, sino que en ellas participaban una mezcla de gentes procedentes de diversos puntos geográficos (Aragón, Castilla, Navarra, condados catalanes y también, en menor medida, de Occitania (todo el sur francés de este a oeste)).
 
 Tan solo un par de años más tarde de estos repartimientos del rey aragonés, se iniciaron una serie de repoblamientos en Elche, ahora bajo mandato del infante castellano Don Manuel (titular del señorio de Elche por concesión de su padre el rey Ferrando III de Castilla), tal y como recoge diferente documentación ilicitana de la época.
 
 Para la época en la que el infante Don Manuel (o sus herederos), dirigieron el señorío de Elche, el nombre de la villa que aparece escrito en la documentación conservada es idéntico al nombre castellano que posee actualmente nuestra ciudad: "ELCHE".
 Los documentos existentes comienzan en 1267 y están todos ellos escritos en castellano antíguo. Son fechas en las que Elche aún pertenece al Reino de Murcia y por tanto, a la Corona de Castilla.
 
La Corona de Aragón.

 
 Sin embargo, a partir de 1296 una serie de acontecimientos harán que la villa de Elche entre en un nuevo marco político que la llevará, tras unos años de incertidumbre, a formar parte del Reino de Valencia y por consiguiente, de la Corona de Aragón. (Pulsar aquí para saber acerca del falso e inadecuado término "Corona catalano-aragonesa").
 
 En 1296 el rey aragonés Jaume II "el Just", nieto de Jaume I, tomó por las armas el castellano Reino de Murcia amparándose en la cesión que de este reino había hecho a los aragoneses uno de los candidatos al trono de Castilla, a cambio del apoyo aragonés a su causa dentro del conflicto sucesorio que padecía la corona castellana.
 Parece ser que fueron una serie de pactos secretos con el rey de Francia (enemigo del rey aragonés), realizados por la otra parte castellana implicada en el conflicto sucesorio, lo que desencadenó la invasión aragonesa sobre el Reino de Murcia.
 
 Tras la ocupación aragonesa, el monarca Jaume II no llegó a conseguir la lealtad de todas las tropas establecidas en tierras murcianas durante la anterior etapa castellana. Dicha circunstancia no favoreció en absoluto las pretensiones de imponer su autoridad en este reino y su reconocimiento como rey.
 Finalmente, debido a que el trono del Reino de Castilla fué ocupado por el candidato que no había establecido acuerdos con el rey aragonés, y con el ánimo de evitar una guerra entre la Corona de Aragón y la de Castilla a causa del conflicto murciano, ambas coronas, a través de la mediación de un tribunal, llegaron al acuerdo en 1304 de dividir las tierras del Reino de Murcia en dos partes, una para cada corona.
 
 La parte del Reino de Murcia que correspondió a la Corona de Aragón comprendía, a "grosso modo", desde algo más abajo de Jijona hasta Orihuela. Esta porción del Reino de Murcia se agregó en 1308 al Reino de Valencia bajo el nombre de "Reino de Valencia ultra Sexonam" (más allá de Jijona), poseyendo su propia gobernación, diferente de la de Valencia, situada en Orihuela.
 
 Resulta curioso comprobar como la historia nos desvela que Elche no llegó a ser valenciano sino 70 años más tarde de la fundación del Reino de Valencia (1238) por parte del rey aragonés Jaume I "el Conquistador" y que tampoco lo fué en el año 1265 cuando el mismo monarca vino a Elche para sofocar la rebelión mudéjar que padecía el Reino de Murcia.
 Elche y los territorios de la antígua Gobernación de Orihuela son poseedores, por tanto, de una historia propia y particular dentro de la que corresponde al conjunto del Reino de Valencia. Por lo que es muy posible que nuestro Valenciano esté marcado por esa particular historia valenciana que se ha desarrollado en nuestras tierras.
 
La mudanza de nombres de la Villa.

 
 Respecto al nombre de la villa de Elche durante estos años tumultuosos y de transición de una corona a otra (finales del siglo XIII y principios del XIV), apreciamos cierta mudanza y vacilación de nombres dependiendo del escribano que realice el documento, que en algunas ocasiones están redactados en castellano y otras en valenciano antíguo.
 
 Así aparece "ELCHE", "ELCH" en documentos escritos en castellano antíguo y "ELCHE", "ELCH", "ELTX", "ELX" en aquellos redactados en valenciano antíguo.
 
 Medio siglo más tarde, para poco más de mediados del siglo XIV, la forma que predomina para el nombre de la villa es: "ELTX".
 
 Y a finales del XIV y principios del XV, (con un siglo de pertenencia de la villa de Elche a la Corona de Aragón), encontramos en la documentación (en valenciano antíguo), los nombres "ELTX", "ELTG", "ELG" y quizás también "ELIG", aunque éste último con reservas.
 Se han podido comprobar casos en los que la forma "ELIG" no es tal, sino un "ELTG" con una "T" tan pequeña y transformada que se confunde con una "I", dando lugar a equívoco.
 A mi entender, esta variación gráfica de la "T", que fácilmente puede ser confundida con una "I" es lo que pudo haber propiciado el nacimiento de la forma "ELIG" posterior.
 
 El nombre "ELIG", desde mediados del siglo XV, se convertirá en el nombre habitual de Elche en toda la documentación ilicitana hasta el año 1707, en el que Felipe V, primer rey Borbón, promulgó el "Decreto de Nueva Planta" por el que se hacía obligatorio el uso del castellano en la documentación oficial de todos los reinos de la Corona de España. Algo que determinó que a partir de ese momento volviese a utilizarse la forma castellana: "ELCHE".
 
El actual nombre valenciano de Elche.

 
 En la actualidad, gracias a la co-oficialidad de las lenguas Valenciana y Castellana en nuestra Comunidad Autónoma Valenciana tenemos la posibilidad de emplear para el nombre de nuestra ciudad, indistintamente, la forma valenciana o la castellana.
Sin embargo, a mi modesto entender, para la opción valenciana se ha oficializado la forma "ELX" que no posee ni una tradición histórica tan larga como "ELIG", ni se ajusta ortográficamente a la fonética propia de la lengua Valenciana de nuestros días.
 
 La forma "ELX" pervivió escasamente medio siglo de nuestra historia, junto a otras formas que competían con ella. Justo eran aquellos momentos en los que la vacilación, indefinición y mayor número de variantes estaba presente.
 Sin embargo, la forma "ELIG" pervivió en exclusividad a lo largo de dos siglos y medio sin que otra forma le restara protagonismo, en una etapa histórica más próxima a nosotros y por tanto más afín a las características lingüísticas que poseemos hoy día los ilicitanos.
 
 Además, la "-X" de "ELX" se pronunciaría, según se desprende de su ortografía, con un sonido similar al de la "CH" francesa o "SH" inglesa. Pronunciación que en ningún momento le damos los ilicitanos al nombre de nuestra ciudad.
 Sin embargo, la "-IG" de "ELIG" se pronunciaría, según su ortografía, con el sonido de la "CH" valenciana (similar a la castellana). Pronunciación que se ajusta a la forma en que lo hacemos los ilicitanos respecto al nombre de nuestra ciudad en lengua Valenciana.
 
 
 En conclusión, la forma "ELIG" se corresponde tanto por su pronunciación, como por su historia, al nombre más adecuado en Valenciano para nuestra ciudad.
 
 Si el acontecer político hizo que nuestra ciudad ostente hoy día el nombre de "ELX", de la misma manera habría de rectificarse lo ejecutado y entregar a la ciudad de "ELIG" el nombre propio que en mayor rigor le corresponde.
style='� c a �ߨ 蟬 mbol;mso-symbol-font-family: "Times New Roman"'>r que (salvo excepciones como "alif" ("a/e")), solo se escriben las consonantes sin que aparezcan vocales entre ellas. (Es como si para escribir la palabra "careta" solo pusieramos "crt"). El lector tiene que recrear las vocales ausentes dependiendo del contexto semántico del escrito. En árabe, llegar a saber cuál son las vocales apropiadas para una raíz consonántica no es tan complicado como en castellano, ya que cada raíz consonántica suele poseer un juego de significados afines y no varios inconexos entre si como sucede en castellano.
 Por tanto, escribiendo en árabe "Elsh" aún cabría la posibilidad de poderse pronunciar una "I", no escrita, entre la "l" y la "sh" ("Elish") e incluso añadir una vocal, tampoco escrita, al final de la palabra ("Elishi", "Elishe").
 
 Haciendo uso una vez más de la magnífica obra de Aureliano Ibarra Manzoni, "Illici, su situación y antigüedades" (donde el autor ya adelantó y consignó algunas de las cosas que aparecen en el presente texto), localizamos "ELIXE" como el nombre árabe que nuestra localidad recibía en "La división de las provincias de España, llevada a cabo del 746 al 748 por Jusuf el Fehri".
Aún sin llegar a aparecer el nombre escrito en grafía árabe no se puede más que considerar que su escritura no sería otra que la anteriormente aducida para "Elsh" ("alif", "lam" y "shim"), pues como ya se ha dicho, las vocales no se escriben en árabe y la "X" del presente caso no es sino otra forma de transliterar la letra "shim" a nuestro alfabeto latino ("E-L-i-X-e"). Unicamente cabría matizar algo que no se ha dicho hasta ahora, y es que en la escritura árabe se pueden utilizar, opcionalmente, unos signos diacríticos, que se sitúan por encima o debajo de las consonantes, que indican la vocal que se ha de pronunciar. Dicho ésto, sería necesario comprobar la original escritura árabe de "ELIXE" dada por Jusuf el Fehri, para saber si se ha hecho uso de tales signos diacríticos o no.
 
 En cualquier caso, lo que está claro es que el nombre de nuestra localidad empleado por los musulmanes derivó directamente del usado por los hispanogodos habitantes de "ILLICI", (heredado a su vez de hispanorromanos e íberos), transformándose en mayor o menor medida en función de la fonética propia de la lengua hablada por los invasores islamitas.
Resulta también evidente la enorme coincidencia del nombre musulmán de la ciudad con los que posteriormente recibiría por parte de los diferentes reinos cristianos que tuvieron bajo su dominio a la villa ilicitana. Aspecto éste que será debatido en otro capítulo a fín de no alargar excesivamente el que ahora nos ocupa.

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