Juan Ferrando Badia (q.e.p.d.)
El descubrimiento de las Américas fue un
acontecimiento extraordinario para todos los españoles, y aunque fue obra de
Isabel la Católica, también se debió en buena parte a que un valenciano, Luis
de Santángel, convenció a la reina para que no permitiese a Colón solicitar el
patrocinio del viaje a las Indias al rey de Francia. Y fue también Luis de
Santángel quien ante la realidad de que la reina Católica ya no tenía dinero ni
alhaja alguna que empeñar, le prestó "de su casa" el millón ciento
veinte mil maravedíes que a la reina le faltaban para entregérselos a Colón.
Otro gran acontecimiento fue la publicación,
en 1492, del que puede considerarse propiamente el primer gran diccionarío de
la lengua castellana, el lexicon de Antonio Nebrija. Sin embargo, tres años
antes de que el lexicon de Nebrija se publicase, apareció una especie de
diccionario valenciano; el Liber Elegantiorum, cuyo autor fue el notario
público por autoridad real Joan Esteve.
Otros acontecimientos dignos de subrayarse,
cuyo quinto centenario se cumplió en 1992, son el nacimiento de Luis Vives,
primer humanista europeo, forjador de la nueva conciencia europea, y la exaltación
al Pontificado de Roma bajo el nombre de Alejandro VI, del cardenal valenciano
Rodrigo de Borja.
Gracias a este Papa se pudieron forjar, en
buena medida, mediante las bulas intercaeteras, pacíficos y armónicos
descubrimientos y evangelizaciones de España y Portugal. No puede olvidarse
tampoco lo que significó este Papa para el Renacimiento italiano y europeo.
Cabe, por último, detenernos, a exponer la trascendental importancia que tuvo
el Siglo de Oro Valenciano tanto para las letras valencianas y catalanas, así
como para las castellanas.
El siglo XV. El antiguo Reino de Valencia,
ciertamente, es pieza clave en las conmemoraciones de estos centenarios
aludidos. Y ello es así porque fue Valencia la ciudad española más traspasada
por la atmósfera del Renacimiento de todas las ciudades entonces existentes.
Valencia, nos dirá Pierre Vilar, se hallará en pleno Siglo de Oro; su siglo XV,
se distinguirá por su riqueza agrícola y su producción de lujo, la sedería. En
los libros del comerciante veneciano Barbarigo, Valencia aparece como una
factoría apreciada.
Y las naves valencianas forman la masa del
comercio mercantil. En aquel entonces era Valencia la ciudad más poblada de
España, con unnúmero estimado de 82.000 habitantes, cuando la segunda, que era
Sevilla, tenía 35.000 y Zaragoza 30.000; Madrid contaba con sólo 15.000
habitantes y Barcelona apenas llegaba a los 14.000.
Valencia era la capital cultural de España;
el principal centro comercial del Mar Mediterráneo. Florecían aquí el comercio,
la industria, las artes plásticas, la literatura; era el tiempo en que se
escribía "Tirant lo Blanch"; nacían los poetas Jaume Gasull, Jaume
Roig, Ausias March, Roiç de Corella y Sor Isabel de Villena; Arnau de Vilanova
destacaba en la ciencia; Jacomart, Lluis Dalmau y Roderic D’Osona en la
pintura; Damiá Forment, Pere Compte y Pere Balaguer en la escultura y
arquitectura; y una lista interminable de escritores en lengua valenciana que
no cabría en este breve artículo.
La Lengua Valenciana, la
primera Lengua Clásica...
Precisamente dos años antes del
Descubrimiento, es decir, en 1490, queda la cultura valenciana inmortalizada
con la edición en nuestra ciudad del "Tirant lo Blanch", de Joanot
Martorell. De esta obra se hicieron 715 ejemplares, lo que prueba de manera
inequívoca la gran cantidad de lectores entonces ya existentes, confirmación
del alto nivel cultural que consagra a Valencia como cabeza de la cultura
española. Y que la lengua valenciana pasó a ser la primera en lograr la
categoría de lengua clásica entre todas las lenguas de España.
Merece destacarse que todos los clásicos del
siglo XV sin excepción, tienen una clara conciencia lingüística y literaria
propias; para ellos la lengua en que escribían se denominaba lengua valenciana
y se sentían valencianos. Piénsese, por ejemplo, en J. Martorell y en su máxima
obra "Tirant lo Blanch".
También es en el siglo XV valenciano
"Siglo de Oro y gran Siglo de Europa", cuando junto a la creación
literaria en lengua valenciana, nace el "Llibre del Consolat del Mar"
y se levantan edificios como la Lonja (1482-1498), las Torres de Quart
(1441-1460), la Catedral (s. XIII-XIV), el Miguelete (s. XV), la Generalitat
(1482-), las Atarazanas (s. ) y tantos más. Si quisiéramos sintetizar toda
aquella época en un solo monumento, mencionaríamos la Lonja de la Seda, que ahí
queda como una canción del arte, del progreso y del trabajo de toda la Valencia
del siglo XV, convertida en piedra para perenne memoria.
Un Pueblo no debe olvidar
sus raíces.
Valencia no debe olvidar su pasado, sino revitalizarlo
mediante su constante revisión crítica. Quizá la historia de Valencia no sea
una historia blanca, pero tampoco es una historia negra. Parafraseando a
Unamuno, diríamos que como toda realidad humana, tiene sus claroscuros. Y si un
pueblo no quiere estar condenado a la frustración, debe recordar sus raíces,
porque, como ya decía Vázquez de Mella, "los pueblos se casan con la
muerte cuando se divorcian de sus raíces históricas".
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