miércoles, 15 de mayo de 2013

LA EFEMÉRIDES DEL 9 DE OCTUBRE





 Autor: José Vte. Gómez Bayarri

Históricamente, la festividad del 9 de Octubre conmemora la entrada oficial del rey don Jaime I en la ciudad de Valencia y la celebración de la primera misa en la consagrada Santa Iglesia Catedral en 1238.
La ciudad de Valencia comenzó a celebrar la procesión cívica en 1338, año en que su Consell General decidió que se festejara esta efeméride de manera solemne con una procesión al Monasterio de San Vicente Mártir y la donación a los pobres y religiosos de las órdenes mendicantes de las limosnas que se recolectaban. Posteriormente, se instituyó el “Sermo de la Conquesta”.
A partir del siglo XV la fiesta tuvo un carácter más alegre y lúdico y aparecen la pólvora y los dulces, dos símbolos de nuestra idiosincrasia. Actualmente, esta fecha, tiene una simbología de identificación, reivindicación de nuestras señas de identidad y de recuperación de nuestro autogobierno, habiéndose consolidado el acto de exaltación del día de los valencianos con diversos actos culturales y protocolarios.
Tras la toma y entrada oficial en la ciudad de Valencia don Jaime se plantea la labor de dotar a las tierras valencianas conquistadas de una legislación propia que le facultara engrosar su patrimonio. El Rey les otorgó la categoría de Reino y les concedió, bajo su Corona, la independencia de otros territorios, dándonos leyes propias que reflejaban el espíritu del Soberano. Consecuentemente debemos entender que el Reino de Valencia es una fundación creada por voluntad propia de dicho Monarca e instituido como plasmación de su pensamiento político al configurarlo como una unidad política y administrativa a la que otorgó una serie de instituciones de derecho público que permitieron cierto grado de autogobierno al Pueblo Valenciano.
El “Corpus” legislativo conformado fue trascendental para la organización de esta entidad política. “Corpus” que se fue configurando y modificándose según las necesidades del momento. El mismo rey Jaime I reconoce que los tiempos imponen variaciones en las leyes y propone rectificaciones, enmiendas, aclaraciones o ratificaciones en algunos “furs”, sin hacer grandes modificaciones en el contenido primigenio. La compilación de los “Furs” concedidos recogió el sentido de la plenitud del poder real, el criterio patrimonial del “Regnum” y la creación de las Cortes medievales. El rey erigió la ciudad de Valencia, una vez capitulada, en “Cap i Casal del Regne”. Las nuevas disposiciones dictadas por los monarcas darán origen al Aureum opus.
El Soberano supo conjugar el pensar y el actuar. El binomio “autoridad” y “libertad” se unió en las instituciones políticas bajo la premisa de que el rey y el pueblo han de someterse al imperio de la ley: “La primera cosa que’s cove a tot Rey es de guardar tots los manament de sa lig, e que mostre al poble que ell te fermament sa lig, e que la volentat s’acord ab lo feyt”, según se recoge en el Libre de Saviesa.
La figura del rey don Jaime I, artífice de la incorporación de este territorio a la ámbito cristiano, ha sido calificada por los historiadores de rey conquistador, legislador, sabio, leal, valiente, humano, etc.
El Reino de Valencia se fue constituyendo de manera estable y definitiva a lo largo de los siglos forales medievales, condicionado por los hechos de conquista y repoblación y por las circunstancias sociopolíticas. El carácter de la Monarquía pactista, la influencia del romanismo legal, las limitaciones feudales, la potenciación de una sociedad mesocrática, artesana y mercantil y las características culturales determinaron el funcionamiento y consolidación del “Regne” durante los siglos XIII al XV.

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