AUTOR: JAUME DE LA SERRA
(Nomes versio en Castellà · Solo versión en Castellano)
La inmersión catalanera en tierras valencianas, acometida con saña por las instituciones y el sistema educativo valenciano desde la época legislativa del PSPV, hace tiempo que viene dando sus frutos entre los brotes más tiernos de la sociedad valenciana.
No resulta extraño encontrar entre las generaciones más jóvenes (y menos jóvenes de valencianos) una inmensa legión de acomplejados hacia su lengua materna, que del todo desorientados por el adoctrinamiento pancatalanista dispensado desde el sistema educativo consideran a su genuina forma de hablar un "Valenciano mal hablado", de escasa categoría, y del que cabe todo menos sentirse orgulloso.
Años y años de adoctrinamiento escolar catalanero, donde, desde la más tierna infancia, la maestría a sueldo, se ha encargado de incrustar en la mente de los pupilos valencianos, esa falsa y subvencionada teoría de que el idioma Valenciano es un "catalán mal hablado" no ha hecho más que poner a la deriva la autoestima de los valencianos hacia su propia lengua y hacerles creer que lo que hablan no es un idioma, sino un dialecto (del catalán).
La naturalización al Valenciano (por parte de los inmersores catalaneros a sueldo, entiéndase Academia Valenciana de la Lengua), de palabras y usos propios del catalán extraños a la Lengua Valenciana ha sido y es, ingente. Su ánimo no es otro que el de asemejar artificiosamente el catalán al Valenciano y tener así excusa para decir que son el mismo idioma, sin ser ésto cierto. Con todo ello, a lo máximo que han llegado es a desarrollar en la inmensa mayoría de valencianos un autismo crónico hacia ese híbrido estéril de lengua "catalano-valenciana" que predican y un sórdido sentimiento "de culpa" por no hablar correctamente la lengua del "imperio catalano-catalán".
Por desgracia, este adoctrinamiento catalanero, que sobrevive gracias a los impuestos y las subvenciones, o sea, el dinero de todos los valencianos, no solo genera confusión y dejadez en torno al idioma Valenciano. También fomenta la aparición de individuos de corte fundamentalista para los que las tesis catalaneras son la razón de ser y base de su existencia.
Años y años de adoctrinamiento pancatalanista escolar y universitario han instalado la mentira y la falsedad en la mente de estos, antaño, indefensos niños, hoy día adultos cuadriculados que, por alguna extraña catarsis mental, rechazan a ultranza el servilismo "españolista" mientras aceptan con satisfacción "quasi" mística la desnaturalización que los desdibuja desde el norte catalán. Todo ello sin vislumbrar la posibilidad de abrazar una identidad valenciana propia y diferenciada, independiente de cualquier servilismo o ingerencia forastera.
Si bien es cierto que estos casos no son el común de la sociedad valenciana, también es verdad que este colectivo mantiene un fervoroso activismo fanatizado y cridanero del que se auto-alimenta y sobre el que valida su autoproclamada misión de "salva-patrias o salva-país catalán (de sub-región valenciana)".
"Salvación" que ningún valenciano, o acaso bien pocos, parece desear, algo que no parece importarle mucho a esta clase de adocenados, ni a sus "cosins-germans" norteños que los subvencionan como avanzadilla estratégica autóctona y coartada de la presencia del expansionismo imperialista catalán en el Reino de Valencia.
Resulta penoso comprobar como algunos valencianos, obligados a mamar desde la infancia de una corrupta ubre farcida de mentira pancatalanista, han llegado a interiorizar y dar como cierto que el Valenciano es un dialecto del catalán o que los valencianos son de "nación catalana".
Es un verdadero disparate que el propio sistema educativo valenciano este adoctrinando a todos los hijos de los valencianos en un pancatalanismo desnaturalizador que los pone en contra de sus propias raices e identidad valenciana y los reconduce a asimilar la forastera catalana como propia.
Es una lástima y un desperdicio, pues, ese antinatural y forzado cruce entre el regio caballo del Reino de Valencia y el burro catalán, del que solo nace un estéril mulo "catalano-valenciano", útil tan solo para labores de catalanización, que no ofrece ningún proyecto de futuro a la genuina sociedad valenciana.
2005 © Idioma Valencià
(Nomes versio en Castellà · Solo versión en Castellano)
La inmersión catalanera en tierras valencianas, acometida con saña por las instituciones y el sistema educativo valenciano desde la época legislativa del PSPV, hace tiempo que viene dando sus frutos entre los brotes más tiernos de la sociedad valenciana.
No resulta extraño encontrar entre las generaciones más jóvenes (y menos jóvenes de valencianos) una inmensa legión de acomplejados hacia su lengua materna, que del todo desorientados por el adoctrinamiento pancatalanista dispensado desde el sistema educativo consideran a su genuina forma de hablar un "Valenciano mal hablado", de escasa categoría, y del que cabe todo menos sentirse orgulloso.
Años y años de adoctrinamiento escolar catalanero, donde, desde la más tierna infancia, la maestría a sueldo, se ha encargado de incrustar en la mente de los pupilos valencianos, esa falsa y subvencionada teoría de que el idioma Valenciano es un "catalán mal hablado" no ha hecho más que poner a la deriva la autoestima de los valencianos hacia su propia lengua y hacerles creer que lo que hablan no es un idioma, sino un dialecto (del catalán).
La naturalización al Valenciano (por parte de los inmersores catalaneros a sueldo, entiéndase Academia Valenciana de la Lengua), de palabras y usos propios del catalán extraños a la Lengua Valenciana ha sido y es, ingente. Su ánimo no es otro que el de asemejar artificiosamente el catalán al Valenciano y tener así excusa para decir que son el mismo idioma, sin ser ésto cierto. Con todo ello, a lo máximo que han llegado es a desarrollar en la inmensa mayoría de valencianos un autismo crónico hacia ese híbrido estéril de lengua "catalano-valenciana" que predican y un sórdido sentimiento "de culpa" por no hablar correctamente la lengua del "imperio catalano-catalán".
Por desgracia, este adoctrinamiento catalanero, que sobrevive gracias a los impuestos y las subvenciones, o sea, el dinero de todos los valencianos, no solo genera confusión y dejadez en torno al idioma Valenciano. También fomenta la aparición de individuos de corte fundamentalista para los que las tesis catalaneras son la razón de ser y base de su existencia.
Años y años de adoctrinamiento pancatalanista escolar y universitario han instalado la mentira y la falsedad en la mente de estos, antaño, indefensos niños, hoy día adultos cuadriculados que, por alguna extraña catarsis mental, rechazan a ultranza el servilismo "españolista" mientras aceptan con satisfacción "quasi" mística la desnaturalización que los desdibuja desde el norte catalán. Todo ello sin vislumbrar la posibilidad de abrazar una identidad valenciana propia y diferenciada, independiente de cualquier servilismo o ingerencia forastera.
Si bien es cierto que estos casos no son el común de la sociedad valenciana, también es verdad que este colectivo mantiene un fervoroso activismo fanatizado y cridanero del que se auto-alimenta y sobre el que valida su autoproclamada misión de "salva-patrias o salva-país catalán (de sub-región valenciana)".
"Salvación" que ningún valenciano, o acaso bien pocos, parece desear, algo que no parece importarle mucho a esta clase de adocenados, ni a sus "cosins-germans" norteños que los subvencionan como avanzadilla estratégica autóctona y coartada de la presencia del expansionismo imperialista catalán en el Reino de Valencia.
Resulta penoso comprobar como algunos valencianos, obligados a mamar desde la infancia de una corrupta ubre farcida de mentira pancatalanista, han llegado a interiorizar y dar como cierto que el Valenciano es un dialecto del catalán o que los valencianos son de "nación catalana".
Es un verdadero disparate que el propio sistema educativo valenciano este adoctrinando a todos los hijos de los valencianos en un pancatalanismo desnaturalizador que los pone en contra de sus propias raices e identidad valenciana y los reconduce a asimilar la forastera catalana como propia.
Es una lástima y un desperdicio, pues, ese antinatural y forzado cruce entre el regio caballo del Reino de Valencia y el burro catalán, del que solo nace un estéril mulo "catalano-valenciano", útil tan solo para labores de catalanización, que no ofrece ningún proyecto de futuro a la genuina sociedad valenciana.
2005 © Idioma Valencià
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