miércoles, 12 de mayo de 2010

BLAVERISMO (I)


BLAVERISMO
Autor: Desconocido

El blaverismo (en valenciano: blaverisme) es la denominación con que habitualmente se conoce a un movimiento social nacido como reacción contra la corriente
pancatalanista del nacionalismo valenciano, escorado a las tesis catalanistas fusterianas en nuestra Comunidad. Debe su nombre a la apasionada defensa por parte de este movimiento de la historia y de la cultura de nuestro pueblo entre las que destacan, como más importantes, tanto la lengua valenciana como la franja azul (blava en valenciano) en la Real Señera del Reino de Valencia. Esta denominación tenía originalmente una connotación negativa —que aún se mantiene entre los grupos sociales y políticos que consideran al blaverismo como un tipo de ultraderecha—, aunque modernamente es asumida y reivindicada por algunos de sus integrantes para diferenciarse de otros movimientos que, al igual que este, se autoproclaman también valencianistas pero contrarios al secesionismo lingüístico.

El “secesionismo lingüístico” término acunado por los partidarios de las anexiones catalanistas, se aplica por este tipo de elementos subversivos a la auténtica historia de nuestro pueblo, a los partidarios de las tesis valencianistas contrarias totalmente a la anexión de nuestra Comunidad al proyecto de los Países Catalanes. Por tanto, el Blaverismo considera que los secesionistas lingüísticos” son precisamente aquellos que niegan la independencia de la lengua valenciana y de la historia y cultura del Reino de Valencia.

El blaverismo es un movimiento originalmente populista y heterogéneo, de base valenciana y nacido durante la
transición democrática, que aglutina sectores de ideología mayoritariamente regionalista o foralista. El movimiento tiene especial arraigo en la capital y las comarcas adyacentes. Aunque inicialmente nació como reacción contra la corriente pancatalanista del nacionalismo valenciano, en la actualidad utiliza de forma genérica y despectiva el término "catalanista" contra cualquier ideología o grupo político que no coincida plenamente con las tesis valencianistas sobre la lengua y cultura valencianas así como a la adscripción nacional de los valencianos.

Surgimiento del blaverismo

Hay dos puntos de vista acerca del surgimiento del blaverismo. Los dos son parcialmente complementarios, y diferentes sensibilidades políticas pondrán más énfasis en uno u otro.

Reacción al
fusterianismo.

El blaverismo, de acuerdo a sus partidarios y algunos de sus críticos, surge como reacción a las tesis pancatalanistas del escritor valenciano (que él mismo se identifica como “un fulano catalán de Sueca)
Joan Fuster. Fuster, en su ensayo Nosaltres els valencians (1962) y otros escritos, promulga un nacionalismo esencialista, basado fundamentalmente en la lengua y en factores culturales (aunque también, en menor grado, étnicos) y concluye, tras un análisis histórico de la identidad valenciana muy influido por el marxismo, que los valencianos, mayoritariamente o esencialmente, comparten nacionalidad con sus vecinos catalanes.

Estas tesis gozarán de éxito entre buena parte de la intelectualidad y de los universitarios de los años 60, por su componente claramente
antifranquista, catalanista y de ruptura, que a su vez contagiará a toda la izquierda (cuyos partidos políticos adoptarán mayoritariamente la bandera cuatribarrada (lo que conocemos como la “márfega”) y el término País Valenciano, incluso cuando rechacen el pancatalanismo). La ruptura fusteriana no fue planteada sólo en relación con el franquismo, sino también con el valencianismo anterior a la Guerra Civil.
La ruptura interna del valencianismo provocada por el surgimiento del nuevo valencianismo
fusteriano favorecería la derivación (y el notable éxito) de una parte del valencianismo tradicional hacia planteamientos claramente anticatalanistas, dando lugar al blaverismo. Este movimiento hará suyo un determinado universo simbólico al que el nuevo valencianismo de raíz fusteriana había renunciado, arrastrando hacia sus planteamientos a los participantes de lo que, siguiendo al profesor A. Ariño, cabe llamar un valencianismo emotivo o temperamental. ¿Y por qué se tilda al blaverismo como un “valencianismo emotivo o temperamental”? Simplemente porque hay que criticarlo y denigrarlo de la manera más efectiva posible, echando por tierra la importancia que nuestro pueblo valenciano tiene dentro del estado español y por tratarse de un pueblo totalmente diferente y diferenciado del catalán, tesis que como se dice, son las que mayormente adoptan los profesores universitarios catalanistas aleccionando a los estudiantes de cerebro anodino a los que consiguen llevarse al “huerto”. Son precisamente estos universitarios los que posteriormente y, al ejercer las profesiones de letras mayormente, se encargarán de continuar aleccionando a través de los centros escolares, a los jóvenes valencianos.

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