domingo, 20 de septiembre de 2015

LA CRIMINALIZACIÓN DEL IDIOMA ESPAÑOL



Por Ricardo García Moya
Las Provincias 13 de Diciembre de 1994

¿Por qué la Generalidad edita un libro en francés y catalán,  rechazando  las lenguas española y valenciana? Es difícil la respuesta, especialmente si analizamos que la autora, María Milagros Cárcel Ortí, no es francesa ni catalana. EI libro "Vocabulaire international de la diplomatique", con más de 300 páginas, se imprimió en la litografía Guada del Camino Nuevo de Picanya; lugar que, me parece, todavía no es Francia o Cataluña. Y el que diseñó la cubierta, Carlos Pérez Bermúdez, suena demasiado a ceitibérico como para haber nacido en Sant Cugat o Poitiers.
La dedicatoria hace referencia a José Trenchs Odena y a Angel Canellas López; es decir, un Pepe y un López. EI dilema lo va aclarando la "Presentació", escrita en perfecto catalán (no piensen que en valenciano o español). Según Cárcel: "la Conselleria de Cultura de la Generalidad Valenciana y la Universidad de Valencia, desde el primer momento acogieron con interés la obra y quisieron patrocinar la edición" (p. 11 ).
¿Por qué tenía tanto interés - unas entidades mantenidas con impuestos de los valencianos en editar libros cuya finalidad es pregonar que el idioma valencia no existe? Allí mencionan al "catalán, allemand, anglais,   italian, danois, grec, tchéque, espagnol, hongroise,  néerlandaise, portugaise,  roumain,  suédois, russe, etc."; es decir, todos menos el que Lerma, Pedraza y Romero dicen amparar. Respecto al libro francés-catalán, responde la estrategia  adoptada  en  ciertos congresos celebrados en Cataluña, donde el español era considerado idioma secundario, como el islandés o el rumano. Y todo concuerda con algo más siniestro: la estrategia  programada  para criminalizar al idioma español según dictan los cerebros dei integrismo catalán; impulsores de la actual "immersió" en el Reino de Valencia.
Los profesores que perpetran la inmersión en EGB y BUP siguen normas gramaticales de "Escola Catalana"; revista que mensualmente manda el Omniun Cultural desde Barcelona. Pero su contenido no sólo es lingüístico; estratégicamente camufladas en diferentes números aparecen las consignas políticas para la criminalización  del  castellano  y  la confrontación  civil  que  citaba Pujol no hace mucho. En "Escola Catalana" -y la tengo delante de mis ojos-, se recomienda a los maestros que: "por razones estratégicas de nuestra Nación, todo el decenio de los años noventa hemos de reducir brutalmente nuestra utilización del caste!lano". La unidad de la lengua, el paso previo para lograr "un nacionalismo  catalán, liberador, que ponga fin a la dominación española de los Paísos Catalanes" (E.C. n. 278, p.24)
Las consignas de  EC --subvencionada por el gobierno de Pujol, el socio de Felipe  , son dogma de fe para los maestros catalaneros de EGB y BUP en Alicante, CasteIllón y Valencia.  EI odio al español  (el valenciano, para estos renegados, no existe) lo apreciará usted si se entrevista con alguno de ellos. Aunque le hable en español o valenciano, él le contestará con la jerga barcelonina de "altre, aleshores, amb, a mes a mes, tasca, avui...". Son comisarios políticos del integrismo catalán.
Viven para Cataluña (aunque cobran de nuestros impuestos) y siguen al pie de la letra el "Decáleg" del cerebro de la inmersión Til Stegman, alemán de Frankurt que  -desde "Escola Catalana"- , recomienda  a  los maestros que  anoten  cuántas veces usan la lengua criminal: "a veure: avui m'apuntaré cada vegada que he parlat castellá" ( E.C., p. 25) . Y Lerma, volcado en la implantación del catalán, acata lo que sugiera Pujol, el expansionista socio de FG. Según la revista "Papers" de la ConseIleria de Cultura de la Generalidad Valenciana: "el nou impuls lo avala la infomarció que arriba de  Catalunya  sobre  l'éxit  dels programes dimmersió"  (p. 8).
Desde la frontera con Francia hasta "Alacant, avui en dia conpten amb centres d'inmersió en catalá" ( EC,  p. 14). EI camino para la confrontación civil en España según Stegman está forjándose por lobos con piel de cordero lingüístico.
Aparte del Stegrnan, tenemos en Valencia a Albert Hauf (mallorquín  hijo de alemán de Baden-Wüterberg),  empeñado  en salvar de la barbarie a los valencianos Todo lo encuentra mal en   Valencia (menos el sueldo que cobra  por enseñar catalán en la Universidad), desde la "butricia" ("Sao"; nov.94, p.49) a la derecha Valenciana, "que no aconsegueix ser civilitzada"; pertenecer a ella es sinónimo de bárbaro (no como los tory ingleses). LAS PROVINClAS es un diario no recomendable. Según Hauf, habría que Ilevar a los valencianos "de 13 y 14 años a estudiar a Fuster...) a veure els articles de <>" (p. 31 ) Estas opiniones las publica la revista clerical del régimen  lermista  "Sao" (que subsiste  por la  publicidad que Lerma, Pedraza y Romero insertan en sus páginas).
En el universo de Hauf (su país, dice, es Cataluña, Ias islas y el PV) los buenos hablan catalán, y los delincuentes y asesinos utilizan el español. En la entrevista de 12 páginas sólo emplea el español para situarlo en boca de un indeseable que dice: "Yo me meo donde me da la gana" (p. 48); un intolerante; "habla cristiano"; de unos presuntos asesinos que escriben: "muerte a los biólogos" (p. 49). Es la táctica que usaban los integristas medievales para deshumanizar al pueblo judío, ya que  - según  recuerda Umberto Eco en "La lengua perfecta"- propagaban que el hebreo era el idioma de los seres satánicos del averno.
Hauf presume de limpio, culto, disciplinado (como buen ario) y tolerante con todo; menos con los "imbécils" (p. 48), los bárbaros e incivilizados de la derecha valenciana, el diario LAS  PROVINCIAS, "la gent del PP" que está "en la inopia, en la ignorancia de les propostes honrades, honestes i  intel-ligents".  En  fin,  contra todo el que discrepe de su cuadriculado cerebro. Este demócrata se jacta de quedarse en Valencia, aunque tuvo opciones de irse a Barcelona: "He triat de quedarme aquí; o sigui, que ja esta dit". ¿Para qué? Está claro- "para canviar la realitat segons les nostres idees"   (p.49).  Los inmersores (corno Daniel Grau, traductor del Boletín en las Cortes) no tienen dudas: "la ley permisiva no sirve"; para normalizar una lengua "hay que desnormalizar la otra". Carrero Blanco a su lado, era Gandhi.



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