miércoles, 30 de enero de 2013

LA SEPTIMA CRUZADA



En 1248 el rey Luis IX de Francia dejó su reino al cuidado de su madre, Blanca de Castilla, y marchó a Oriente al frente de la séptima cruzada, acompañado de sus hermanos, el conde Roberto I de Artois y el conde Carlos de Anjou, así como del duque Hugo IV de Borgoña.

Aprovechando la ausencia del rey francés, Simón de Montfort se nombró gobernador de Aquitania y marchó al continente para poner orden y consolidar la autoridad inglesa sobre el ducado.

El año anterior, el sultán de Egipto al-Sálih había arrebatado Tiberíades y Ascalón al reino de Jerusalén, pero al llegarle la noticia de que Luis IX había desembarcado en Chipre decidió regresar a Egipto.

Luis IX decidió seguir el modelo de la quinta cruzada: tomaría Damietta y, previsiblemente, el sultán estaría dispuesto a cambiarla por Jerusalén. Así, en 1249 partió de Chipre con destino a Egipto. El rey de Chipre, Enrique I de Lusignan, se unió a la expedición. De acuerdo con lo planeado, los cruzados tomaron Damietta y al-Ádil ofreció canjearla por Jerusalén, pero, al igual que sucedió en la quinta cruzada, Luis IX consideró, ante la facilidad con la que habían vencido, que no había motivos para negociar, y se dispuso a conquistar El Cairo. Conocedor de la historia, no cometió el error fatal que causó el desastre de la quinta cruzada, y esperó a que las aguas del Nilo volvieran a su cauce. Avanzó y llegó hasta la ciudad de Mansura, donde se había reunido el ejército musulmán.

Mientras tanto moría el conde Raimundo VII de Tolosa. Dejó como heredera a su hija Juana, que estaba casada con el conde Alfonso de Poitiers, hermano del rey Luis IX. El control capeto sobre el condado fue absoluto a partir de este momento.

En Escocia moría el rey Alejandro II, que fue sucedido por su hijo Alejandro III.

También murió Abú Zakariyya, el rey de Túnez. Su hijo, Abú Abd Allah, tomó el título de Califa y adoptó el nombre de al-Mustansir.

El obispo Enrique de Uppsala predicó una cruzada contra los fineses, en parte porque eran paganos y en parte porque los fineses comerciaban con Nóvgorod más que con Suecia. Los ejércitos suecos se lanzaron sobre Finlandia, dirigidos por Birger Jarl, el cuñado del rey Erik Eriksson.

Alberto Magno había regresado de París a su ciudad natal, Colonia, donde fue nombrado rector de la universidad. Le acompañó su discípulo, Tomás de Aquino.

A finales de año, con los cruzados a las puertas de Mansura, murió el sultán al-Sálih, pero su viuda, Sayarat al-Durr, mantuvo esta muerte en secreto y confió el heredero, Turán Sha, a los mamelucos. De este modo evitó que las disputas sucesorias pudieran dividir a los musulmanes y ayudar a los cristianos. El 8 de febrero de 1250 Luis IX lanzó un ataque por sorpresa contra los egipcios que tuvo un gran éxito, pero su hermano Roberto de Artois se lanzó a una persecución insensata con sus hombres que acabó con la aniquilación de sus columnas. Entonces intervinieron los mamelucos, que contraatacaron hasta forzar la retirada de los cruzados. Se inició una persecución que duró varios meses, en los que las enfermedades hicieron estragos en los ejércitos cristianos. Mientras tanto trascendió la muerte del sultán, y los mamelucos vieron con malos ojos a Turán Sha, que había permanecido escondido durante la batalla contra los cruzados. Lo asesinaron y proclamaron sultana a Sayarat al-Durr. Ésta designó como sucesor a un joven príncipe ayubí, y encomendó la regencia a un mameluco llamado Aybak.

El 6 de abril los musulmanes rodearon a los cruzados, hicieron una matanza y capturaron a sus jefes, entre ellos Luis IX, su hermano Carlos y el duque Hugo IV de Borgoña. Blanca de Castilla reunió hombres y dinero para rescatar a sus hijos, que para ser liberados tuvieron que entregar, además, Damietta. (El duque quedó cautivo.)

El rey Erik Plovpenning de Dinamarca murió asesinado por su hermano y sucesor, el duque Abel.

El sueco Birger Jarl había ocupado el sureste de Finlandia cuando su cuñado, el rey Erik Eriksson, murió sin descendencia. Entonces Jarl logró que su hijo Valdemar, de diez años de edad, fuera elegido rey, de modo que él mismo ejerció de regente. Se inició así una nueva dinastía en Suecia, la de los Folkung. Jarl estableció su capital en Estocolmo. Finlandia se convirtió en campo de batalla entre los suecos y los rusos de Nóvgorod.

Abú Yahyá, el rey de los benimerines, murió y fue sucedido por su hermano Abú Yúsuf Yaqub.

Los siameses formaron un reino independiente con dos capitales gemelas: Sukhotai y Si Sacchanalai.

El 13 de diciembre murió el Emperador Federico II. Poco antes se había casado con Bianca Lancia, la madre de su hijo Manfredo (y de Constanza, la esposa de Juan III de Nicea). De este modo Manfredo, el príncipe de Tarento, dejaba de ser bastardo. Su hermano Conrado, el rey de Jerusalén, heredó el reino de Sicilia y, teóricamente, puesto que era rey de romanos, se convertía en el nuevo Emperador, Conrado IV, pero tenía como rival al conde Guillermo II de Holanda. El Papa, que tenía que coronar al Emperador, se convertía en una pieza dicisiva. 

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