(1138-1193), sultán de Egipto (1171-1193) y de Siria (1174-1193), que
reconquistó Jerusalén de manos de los cruzados.
Nacido en Takrit, en el actual Irak Saladino,
según se le conoce en Occidente, era de origen kurdo; su nombre árabe es Salah
al-Din Yusuf. A los 14 años se unió a otros miembros de su familia (los
ayubíes) al servicio del gobernante sirio Nur al-Din. Entre 1164 y 1169 destacó
en tres expediciones enviadas por Nur al-Din para ayudar al decadente califato
fatimí de Egipto frente los ataques de los cruzados cristianos establecidos en Palestina. En 1169 fue nombrado
comandante en jefe del ejército sirio y visir de Egipto. Aunque nominalmente
sujeto a la autoridad del califa fatimí de El Cairo, Saladino trató Egipto como
base de poder ayubí, confiando sobre todo en su familia kurda y sus seguidores.
Una vez revitalizada la economía de Egipto y reorganizada su fuerza terrestre y
naval, Saladino repelió a los cruzados y dirigió la ofensiva contra ellos. En
septiembre de 1171 suprimió al disidente régimen fatimí, reunificando Egipto
bajo el califato ortodoxo abasí, pero su reticencia a cooperar con Nur al-Din
frente a los cruzados le llevó al borde de la guerra con su antiguo señor.
Tras
la muerte de Nur al-Din en 1174, Saladino expandió su poder a Siria y al norte
de Mesopotamia, principalmente a expensas de sus rivales musulmanes. Después de
la rendición de Damasco (1174), Alepo (1183) y Mosul (1186), numerosos
ejércitos musulmanes, aliados bajo el mando de Saladino, estaban preparados para
combatir a los cruzados. En 1187 invadió el reino latino de Jerusalén derrotó a
los cristianos en Hittin (Galilea) el 4 de julio, y capturó Jerusalén en
octubre. En 1189 las naciones de Europa occidental lanzaron la tercera Cruzada
para recuperar la ciudad santa.
A pesar de la impiacabilidad militar y de los esfuerzos diplomáticos,
el bloqueo terrestre y naval obligaron a la rendición del bastión palestino de
A.(.;ee en 1191, aunque los cruzados fracasaron en la consecución de Jerusalén.
En 1192 Saladino firmó un acuerdo de armisticio con el rey Ricardo I
de Inglaterra que permitió a los cruzados
reconstituir su reino a lo largo de la costa palestino-siria, aunque dejó
Jerusalén en manos musulmanas. El 4 de marzo de 1193, Saladino murió en Damasco
tras una breve enfermedad.
La historiografía musulmana ha
inmortalizado a Saladino como parangón de virtud principesca. Fascinó a los
escritores occidentales, novelistas incluidos.
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