El valenciano es una
lengua que proviene, en menor medida, de las diferentes lenguas romances que
trajeron los repobladores cristianos en época de reconquista, y en su mayoría
del mozárabe, lengua constituida por diferentes dialectos romances, derivados del
latín vulgar y con influencia del árabe, que se hablaba en el antiguo Reino de
Valencia, tal i como afirmó Jaume I al conquistar pacíficamente la ciudad de
Valencia en la redacción de los fueros ("Para que los valencianos de todo
el reino los entiendan y puedan cumplirlos" ordenó que se tradujeran a la
lengua que el pueblo hablaba: el romance).
No obstante, existen diversas teorías
sobre el origen y la evolución del valenciano, como la teoría de la repoblación
(o dialectal), la mozarabista y la occitanista.
Teorías sobre el
origen y evolución del Valenciano
1.
La teoría
mozarabista (valencianista). Explica la existencia del valenciano a través
de la continuidad poblacional y lingüística en Valencia durante el dominio
musulmán. Existen evidencias que hacen pensar que durante la dominación
musulmana el romance hablado en Valencia no se pierdió sino que pervivió y
evoluciona en la parla romanç que se desarrollará en el romanç
valencià. Por ejemplo, el testimonio de la toponimia testifica que en el
momento en el que Jaime I conquistó Valencia el habla romance autóctona tenía
vitalidad; igualmente es unánime el veredicto de arabistas cuando hablan de la
diglosia (árabe y romance) y hasta triglosia (árabe clásico, árabe dialectal y
romance) practicada en la España musulmana. Los responsables de mantener la
lengua durante la dominación musulmana en Valencia no fueron otros que los
mozárabes allí residentes así como los muladíes, convertidos al Islam pero que
practicaron un bilingüismo diglósico: árabe para la administración y la cultura
y romanç valencià en sus hogares. Una de las evidencias que presentan
los defensores de la antigüedad del valenciano es la proximidad de las raíces
de sus palabras al latín, de donde se deduciría que la lengua valenciana se
deriva del latín hablado en la Península Ibérica hasta la invasión musulmana
(siglo VIII), la cual aporta arabismos hasta después de la Conquista (siglo
XIII) y a partir de ese momento recibe préstamos del provenzal (actualmente
denominado Catalán), aragonés, lemosín y castellano, frutos de una repoblación
minoritaria.
2.
La teoría de la repoblación (pancatalanista). Postula que el Reino
de Valencia fue colonizado íntegramente por catalanes, en regiones costeras y
aragoneses, en comarcas interiores. Según esta idea, la invasión islámica del
siglo VII en la Península Ibérica produjo un corte político y cultural de
tal envergadura que la población valenciana, entre otras, fue totalmente
asimilada, perdiendo sus raíces y su lengua, lo cual se contrapone con las
jarchas mozárabes en lengua valenciana y el hablar romance de estas gentes.
Posteriormente, con la conquista de Valencia por Jaime I se habría producido
una especie de vacío que fue llenado con la llegada de pobladores de origen
aragonés, catalán y castellano, habiendo por lo tanto un antes y un después,
sin solución de continuidad, a la Reconquista. Por lo tanto, esta teoría
defiende que el valenciano no sería más que el habla catalana, a pesar de ser,
el idioma catalán, posterior a la Reconquista, traída por los recién llegados
con ingredientes aragoneses y castellanos.
Esta teoría presupone que en la Taifa de Valencia, no quedaba ningún habitante tras la conquista, a pesar de ser una conquista totalmente pacífica, y a pesar de quedar abundantes evidencias sobre la permanencia de estos mozárabes conversos y no conversos durante la Edad Media y sus descendientes en siglos posteriores.
Bajo esta idea, se encuentran grupos que se encargan de desprestigiar el valenciano consiguiendo que mucha gente deje de hablarlo en público porque piensa que es una lengua incorrecta.
Esta teoría presupone que en la Taifa de Valencia, no quedaba ningún habitante tras la conquista, a pesar de ser una conquista totalmente pacífica, y a pesar de quedar abundantes evidencias sobre la permanencia de estos mozárabes conversos y no conversos durante la Edad Media y sus descendientes en siglos posteriores.
Bajo esta idea, se encuentran grupos que se encargan de desprestigiar el valenciano consiguiendo que mucha gente deje de hablarlo en público porque piensa que es una lengua incorrecta.
3.
La teoría
occitanista. Según la cual el valenciano formaría parte de un grupo de
lenguas íntimamente ligadas entre sí y entre las cuales hay un grado de
inteligibilidad que permite clasificarlas bajo la categoría de
occitano-románicas. En este grupo cabrían el gascón, el provenzal, el
valenciano, el catalán, el mallorquín, el lemosín y el languedociano. Esta
teoría es rupturista, en el sentido de que la lengua que se va a imponer en
Valencia no es la de los pobladores sino la de la Corte de Jaime I, la cual
hablaba la lengua provenzal lemosina. Por lo tanto, de acuerdo a esta postura
no son los mozárabes ni los catalanes ni los judíos ni los aragoneses quienes
imponen su cultura sino la que imperaba en ese tiempo, esto es, la de los
trovadores de la Edad Media, defendiendo así, que los trovadores provenzales y
los juegos florales de La Provença fueron una gran influencia y que por
ello, durante el siglo XIX, en ámbitos cultos, en ocasiones se le denominaba a
este grupo de lenguas como Lemosín.
Probablemente, el origen del valenciano
sea una mezcla de estas tres teorías, ya que es falso que no quedasen mozárabes
tras la reconquista, las lenguas romances del este peninsular y sur de Francia
tenían gran parecido entre ellas estando en continua convivencia por influencia
de los trovadores y al Reino de Valencia fueron pobladores del norte de la
Corona de Aragón y Francia, que a pesar de ser una minoría, dejaron numerosos
prestamos lingüísticos. Cabe recalcar que estos repobladores no hablaban
Catalán, sino provenzal y occitano por lo que la afirmación de que el
Valenciano es un dialecto del mozárabe con influencia del dialecto provenzal y
del occitano, dialecto de lenguas romances, que a su vez son dialectos del
latín, se acercaría más a la realidad.
Pese a estudiar el origen de las
lenguas, no se puede determinar con este estudio si una lengua es o no es
lengua o debe de disponer de autonomía normativa, ya que todas las lenguas son
dialectos de otras, tal y como ocurre con todas las lenguas románicas y el
Latín. Para ello, es necesario hacer una estudio sociolingüístico.
Jarchas mozárabes en
Valenciano
Los primeros indicios
de romance valenciano se evidencian en las Jarchas del siglo IX, por ejemplo
las del señor de Murviedro datadas en el 1085, las de Ibn Al-Dani de Denia o
las fechadas en el 1121 de Ibn Rudaym de Bocairente. Los mozárabes emplearon el
latín en sus libros y escritos; pero en el uso diario hablaban una lengua
romance que no se escribía pero que era de uso general en los siglos IX y X, no
solo entre mozárabes y judíos, sino entre musulmanes de todas las clases
sociales. Uno de los testimonios más clarificadores fue el de Ibn Sida, muerto
en Denia en el 1066, que nos dejó plasmada la situación lingüística de su
época, el siglo XI, con un par de frases "¿Com no he de fer-les – si
escric en temps tan alluntats de quan l’arap es parlava en purea – i tenint que
conviure familiarment en persones que parlen romanç?"
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