jueves, 20 de diciembre de 2012

ORIGEN DEL IDIOMA VALENCIANO




El valenciano es una lengua que proviene, en menor medida, de las diferentes lenguas romances que trajeron los repobladores cristianos en época de reconquista, y en su mayoría del mozárabe, lengua constituida por diferentes dialectos romances, derivados del latín vulgar y con influencia del árabe, que se hablaba en el antiguo Reino de Valencia, tal i como afirmó Jaume I al conquistar pacíficamente la ciudad de Valencia en la redacción de los fueros ("Para que los valencianos de todo el reino los entiendan y puedan cumplirlos" ordenó que se tradujeran a la lengua que el pueblo hablaba: el romance).
No obstante, existen diversas teorías sobre el origen y la evolución del valenciano, como la teoría de la repoblación (o dialectal), la mozarabista y la occitanista.
Teorías sobre el origen y evolución del Valenciano
1.      La teoría mozarabista (valencianista). Explica la existencia del valenciano a través de la continuidad poblacional y lingüística en Valencia durante el dominio musulmán. Existen evidencias que hacen pensar que durante la dominación musulmana el romance hablado en Valencia no se pierdió sino que pervivió y evoluciona en la parla romanç que se desarrollará en el romanç valencià. Por ejemplo, el testimonio de la toponimia testifica que en el momento en el que Jaime I conquistó Valencia el habla romance autóctona tenía vitalidad; igualmente es unánime el veredicto de arabistas cuando hablan de la diglosia (árabe y romance) y hasta triglosia (árabe clásico, árabe dialectal y romance) practicada en la España musulmana. Los responsables de mantener la lengua durante la dominación musulmana en Valencia no fueron otros que los mozárabes allí residentes así como los muladíes, convertidos al Islam pero que practicaron un bilingüismo diglósico: árabe para la administración y la cultura y romanç valencià en sus hogares. Una de las evidencias que presentan los defensores de la antigüedad del valenciano es la proximidad de las raíces de sus palabras al latín, de donde se deduciría que la lengua valenciana se deriva del latín hablado en la Península Ibérica hasta la invasión musulmana (siglo VIII), la cual aporta arabismos hasta después de la Conquista (siglo XIII) y a partir de ese momento recibe préstamos del provenzal (actualmente denominado Catalán), aragonés, lemosín y castellano, frutos de una repoblación minoritaria.
2.      La teoría de la repoblación (pancatalanista). Postula que el Reino de Valencia fue colonizado íntegramente por catalanes, en regiones costeras y aragoneses, en comarcas interiores. Según esta idea, la invasión islámica del siglo VII en la Península Ibérica  produjo un corte político y cultural de tal envergadura que la población valenciana, entre otras, fue totalmente asimilada, perdiendo sus raíces y su lengua, lo cual se contrapone con las jarchas mozárabes en lengua valenciana y el hablar romance de estas gentes. Posteriormente, con la conquista de Valencia por Jaime I se habría producido una especie de vacío que fue llenado con la llegada de pobladores de origen aragonés, catalán y castellano, habiendo por lo tanto un antes y un después, sin solución de continuidad, a la Reconquista. Por lo tanto, esta teoría defiende que el valenciano no sería más que el habla catalana, a pesar de ser, el idioma catalán, posterior a la Reconquista, traída por los recién llegados con ingredientes aragoneses y castellanos.
Esta teoría presupone que en la Taifa de Valencia, no quedaba ningún habitante tras la conquista, a pesar de ser una conquista totalmente pacífica, y a pesar de quedar abundantes evidencias sobre la permanencia de estos mozárabes conversos y no conversos durante la Edad Media y sus descendientes en siglos posteriores.
Bajo esta idea, se encuentran grupos que se encargan de desprestigiar el valenciano consiguiendo que mucha gente deje de hablarlo en público porque piensa que es una lengua incorrecta.
3.      La teoría occitanista. Según la cual el valenciano formaría parte de un grupo de lenguas íntimamente ligadas entre sí y entre las cuales hay un grado de inteligibilidad que permite clasificarlas bajo la categoría de occitano-románicas. En este grupo cabrían el gascón, el provenzal, el valenciano, el catalán, el mallorquín, el lemosín y el languedociano. Esta teoría es rupturista, en el sentido de que la lengua que se va a imponer en Valencia no es la de los pobladores sino la de la Corte de Jaime I, la cual hablaba la lengua provenzal lemosina. Por lo tanto, de acuerdo a esta postura no son los mozárabes ni los catalanes ni los judíos ni los aragoneses quienes imponen su cultura sino la que imperaba en ese tiempo, esto es, la de los trovadores de la Edad Media, defendiendo así, que los trovadores provenzales y los juegos florales de La Provença fueron una gran influencia y que por ello, durante el siglo XIX, en ámbitos cultos, en ocasiones se le denominaba a este grupo de lenguas como Lemosín.
Probablemente, el origen del valenciano sea una mezcla de estas tres teorías, ya que es falso que no quedasen mozárabes tras la reconquista, las lenguas romances del este peninsular y sur de Francia tenían gran parecido entre ellas estando en continua convivencia por influencia de los trovadores y al Reino de Valencia fueron pobladores del norte de la Corona de Aragón y Francia, que a pesar de ser una minoría, dejaron numerosos prestamos lingüísticos. Cabe recalcar que estos repobladores no hablaban Catalán, sino provenzal y occitano por lo que la afirmación de que el Valenciano es un dialecto del mozárabe con influencia del dialecto provenzal y del occitano, dialecto de lenguas romances, que a su vez son dialectos del latín, se acercaría más a la realidad.
Pese a estudiar el origen de las lenguas, no se puede determinar con este estudio si una lengua es o no es lengua o debe de disponer de autonomía normativa, ya que todas las lenguas son dialectos de otras, tal y como ocurre con todas las lenguas románicas y el Latín. Para ello, es necesario hacer una estudio sociolingüístico.
Jarchas mozárabes en Valenciano
Los primeros indicios de romance valenciano se evidencian en las Jarchas del siglo IX, por ejemplo las del señor de Murviedro datadas en el 1085, las de Ibn Al-Dani de Denia o las fechadas en el 1121 de Ibn Rudaym de Bocairente. Los mozárabes emplearon el latín en sus libros y escritos; pero en el uso diario hablaban una lengua romance que no se escribía pero que era de uso general en los siglos IX y X, no solo entre mozárabes y judíos, sino entre musulmanes de todas las clases sociales. Uno de los testimonios más clarificadores fue el de Ibn Sida, muerto en Denia en el 1066, que nos dejó plasmada la situación lingüística de su época, el siglo XI, con un par de frases "¿Com no he de fer-les – si escric en temps tan alluntats de quan l’arap es parlava en purea – i tenint que conviure familiarment en persones que parlen romanç?"


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