viernes, 27 de diciembre de 2013

CINISMO CATALANISTA


EL PUEBLO DIARIO REPUBLICANO DE VALENCIA

Por: Vicente Blasco Ibañez
 Viernes, 14 de junio de 1.907


El intento de recibir con banderas y gallardetes a los forzados catalanistas, ha fracaso ruidosamente. El mediocre Barberá, que por ser presidente de una sociedad regionalista y ostentar en marco coruscante un título de doctor en Medicina, se creyó ya un sucesor del patricio catalanista En Robert, ha añadido a la historia de sus fracasos uno mas, tan ruidoso y tan estupendo como jamás se vio otro en los anales de los tropezones y metiduras.

Pomposamente había  convocado esta celebridad huertana a todas las sociedades, círculos y entidades de Valencia para que prestasen su concurso a la idea descabellada de recibir con vítores y con aplausos a los catalanistas que vienen a esta tierra, víctima del industrialismo catalán.

El buen doctor se había callado en la convocatoria el motivo para que se reunían, esperando, sin duda, arrancar por sorpresa una aprobación a la línea trazada y una coadyuvación al plan convenido de salir al puerto para  recibir con palmas a los catalanistas. Y, efectivamente, los reunidos se llamaron a escama, y apenas advertido de lo que se trataba, recabaron su libertad de acción para consultar a las sociedades respectivas.

¡Pobre D. Faustino! El badilazo que recibió anteanoche fue tan monumental, que le dolerá largo tiempo. No encontró otros defensores su idea que la palabra desbocada de Herminio Rubio y los delirios alcohólicos de Gaspar Thous. No tuvo mas adhesiones que la de dos sociedades radicaleras. ¡Que ridículo!.

Afortunadamente Valencia no ha perdido el sentido moral y sabe muy bien lo que se trama con esa alharaca catalano-sorianista,  y no caerá en el lazo tendido por los grupillos despechados y personalistas que erigieron por jefe o por cabeza a un hombre sin ella, al Dr. Faustino.

Las ilusiones de este doctor se han desvanecido rápidamente. ¿Qué pretendía este doctorcillo al organizar  un recibimiento caluroso a los catalanistas? ¿Qué farsa miserable se nos quería hacer tragar? Están equivocados los catalanistas si creen que aquí en Valencia, se va a consentir que públicamente, a la luz del día, se abracen con el ente ridículo que convirtió la Prensa en máquina de injurias y el engaño parlamentario en agencia de negocios repugnantes.

Se equivocan de medio a medio si creen que Valencia va a presenciar con impasibilidad la llegada de estos señores catalanistas fautores únicos de los aranceles proteccionistas. Andan errados los que presumen muerta a la Unión Republicana y creen que va a permanecer en actitud pasiva ante la irrupción de estos desbocados caballeros representantes de la ridícula Cambrosa, que sirvió de asunto de sainete a una ingeniosidad del artista Santiago Rusiñol, Valencia está apercibida para la llegada de estos admiradores de los condes y sabrá imponer un correctivo a su audacia provocadora.

Los catalanistas van reclutando gente para nutrir la expedición. El buque que permanecerá anclado el día 30 del actual en nuestro puerto será el albergue de la mas genuina representación del industrialismo catalán, de los que desde el Fomento del Trabajo Nacional confeccionaron unos aranceles egoístas en perjuicio de las demás regiones, los que plantearon la cuestión a Navarro Reverter y se opusieron tenazmente a que el gobierno comenzase la negociación de tratados de comercio con Alemania y Suiza por debajo de la segunda columna del arancel, como pedía la Federación Agraria de Levante y como conviene a la agricultura de la región levantina.

Y ese mismo día 30, cuando después de estar anclado todo el día en puerto leve anclas y se disponga a zarpar, habrá terminado el modus vivendi  con Alemania y la agricultura valenciana habrá de enlutarse al mismo tiempo que tocarán los clarines a fiestas en los balcones de la sociedad el Fomento del Trabajo.

Y con todo ello se conseguirá que la agricultura valenciana sufra un golpe de muerte con este descarado proteccionismo que se presta a los solidarios catalanes. Y para colmo del cinismo los verdugos de la riqueza valenciana, los que pretenden y llegaron a conseguir los aranceles egoístas, vienen a Valencia con la pretensión estúpida de ser bien recibidos, de conquistar adeptos a la causa solidaria, que es la causa mezquina del dinero y la protección para determinados elementos de una región.

No se trata ahora de unos forasteros que vienen a visitarnos y a quienes hay que recibir atentamente. Si así fuera El Pueblo, el Partido Unión Republicana, Valencia entera, rivalizarían en colmar de aplausos, vítores y atenciones a los huéspedes. Ahí están los recibimientos que se hicieron  a los coros Clavé, a la Banda Municipal de Barcelona y a un sin fin de artistas catalanes que encontraron en Valencia una acogida cariñosa y entusiasta como compete a unos visitantes dignos y a una población culta, democrática y viril.

Pero ahora no es igual el caso. Los que llegan no son forasteros ni visitantes de paso; son los que pretenden acabar con la riqueza de esta vega exuberante con tal de salvar o acrecentar sus intereses industriales; son los verdugos que vienen a la casa del víctima para mofarse cínicamente de su candidez al prestarles apoyo.

Y esto, francamente, no se puede ni se debe tolerar. Son los enemigos de nuestra vida y hay que tratarlos como a tales. Recibirlos dignamente sería criminal, y Valencia demostrará el día 30 que es cortés para el visitante, que es atenta con el forastero, pero que sabe ser viril cuando de su vida se trata y cuando los que llegan son los cínicos causantes de su ruina.

Y si no, al tiempo. 


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