MISTERIOS
DE LA HISTORIA
Por: Ricardo de la Cierva
Editorial
Planeta
Segunda edición: febrero 1991
IX.
RECONQUISTA HISTÓRICA Y
RECONQUISTA ANTIHISTÓRICA DEL
REINO
DE VALENCIA (siglos XIII y XX) (I)
CONQUISTAS Y RECONQUISTAS
DE VALENCIA
Valencia, fundada por
los romanos, fue después conquistada y reconquistada varias veces. La
conquistaron los bárbaros
del Norte, los visigodos, ya relativamente
romanizados, que se empezaban a fundir con los hispanorromanos cuando
sobrevino la conquista árabe, a la que siguió, en los siglos vrI y xmr, un
período convulso con varias conquistas y reconquistas islámicas y una
cristiana: la del id Campeador en el siglo XI, desgraciadamente efímera. Jaime
I, llamado por ello el Conquistador, rindió la ciudad ocupó el Reino de
Valencia en el siglo xmr: es la gran reconquista por antonomasia. Pero no
quedaron ahí las _ osas. Hubo otra conquista efímera, la de los agermana_1os
del siglo xvr, a la que siguió la reconquista de Carlos I; n conquista
-pacífica y voluntaria- del pretendiente austracista Carlos en la guerra de
Sucesión, seguida por la reconquista borbónica de Felipe V en el siglo xvrn; la
conquista del imperialismo revolucionario francés en la guerra de la
Independencia, que desembocó en la reconquista española; la conquista de la
ciudad y del reino por el Frente Popular al comenzar la guerra civil de 1936 y
la reconquista por los nacionales desde las campañas de 1938 hasta el
hundimiento de la zona republicana en 1939. Pero durante todos esos siglos la
única Reconquista que ha merecido tal nombre, la auténtica, la primordial, es
la del rey Jaime I; las demás fueron momentáneas o brotaron de guerras civiles
entre españoles, por lo que perdieron el calificativo al llegar la
reconciliación. Sin embargo millones de españoles, fuera del Reino de
Valencia, ignoran que durante el siglo xx -con todos los regímenes: Monarquía,
Dictadura, República en paz y en guerra, época de Franco- se ha desencadenado,
y ahora ruge con más fuerza que
nunca, una campaña para una nueva reconquista de Valencia, denominada ya,
aviesamente, País Valenciano; una reconquista antihistórica y falsaria, porque jamás hubo conquista
previa en ese contexto; una invasión, de momento cultural, del Reino de
Valencia y hasta del alma de Valencia por las nuevas mesnadas del
pancatalanismo rampante, que se empeñan en convertir al reino ancestral, que
nos revitalizó y nos legó el rey don Jaime el Conquistador, en nombre de no sé
qué inexistentes y ficticios Países Catalanes. Como jamás hubo conquista
catalana de Valencia, mal se puede hablar ahora de reconquista; pero es lo que
se intenta tenacísimamente con esa campaña, que tiene una cabeza de puente
afincada en el corazón cultural del reino, la Universidad de Valencia. Por
supuesto que jamás he dicho ni diré que ésta sea una empresa catalana, sino
pancatalanista; en un ensayo anterior creo haber demostrado mi amor y mi
respeto por la verdadera Cataluña, a la que naturalmente dejo fuera de la
absurda pretensión actual. Y el mejor modo de demostrar el amor a Cataluña es
decir la verdad a Cataluña, aunque moleste a los propagandistas del
pancatalanismo.
LAS TESIS ANTIVALENCIANAS
DEI. PANCATALANISMO
Durante casi siete siglos el Reino de Valencia,
integrado desde su nacimiento en la Corona de Aragón y a través de ella en la
Corona de España, vivió en la Historia sin la menor duda sobre su identidad.
Coexistían pacíficamente, fraternalmente, desde la propia conquista dos
lenguas en su territorio, a las que todo el mundo, dentro y fuera del Reino,
denominaba -sin excepción alguna- castellano y valenciano, que gozaban de la
misma dignidad y respeto; lengua castellana, lengua valenciana. Algunos escritores
geniales del reino utilizaron la lengua valenciana -Ausias March, Joanot
Martorell-, otros el latín, como el humanista Luis Vives; otros el castellano,
como Gaspar Gil Polo y Guillén de Castro; todos ellos con la convicción de usar
un idioma propio, no ajeno ni menos extranjero. Siete siglos es una larga etapa
histórica de asentamiento regional y cultural, que parecía estable y
definitiva. Hasta que ya en nuestro tiempo, desde los comienzos del siglo XX,
la fuerza expansiva del catalanismo naciente convertido antihistóricamente en
pancatalanismo montó una campaña demoledora, penetrante y tergiversadora contra toda
esa agitadísima tradición; estudiaremos luego los impulsos los jalones de esa
campaña. Ahora nos basta con enumerar sus tesis principales, inoculadas a la
opinión culta y sentir popular del Reino de Valencia en nuestro siglo -de fuentes
catalanistas, pero con habilidad suprema, gracias a la cooperación inconcebible
de una quinta columna valenciana que ha colaborado en la invasión con el mismo
entusiasmo con que los tlaxcaltecas ayudaron a Cortés para conquistar el
imperio de los aztecas. Estas teorias son las siguientes:
El
Reino de Valencia, devaluado en nuestros días lo
País Valenciano (un invento y denominación que ya, existieron),
forma parte hoy, como la había formado siempre, de una entidad histórica y
cultural llamada Paisos Catalans o Catalunya Gran. Así,
el tlaxcalteca Joan Fuster: «De Salses a Guardamar, de Maó (Mahón) a Fraga, som
un poble, un sol poble» (Nosaltres els valencians, p.
134).
2.
Esta «realidad» nació por derecho de conquista en el
siglo XIII: «Las Baleares y Valencia fueron pobladas por catalanes, y nuestra
lengua es la misma con variantes locales. Obra suya, por tanto, es la formación
de la Gran Cataluña» (Ferran Soldevila, Resum
d'história..., p. 67).
3.
Otro tlaxcalteca famoso, Manuel Sanchís Guarner,
tenido casi hasta ahora por intocable (cuando es realmente uno de los
quintacolumnistas más tocables de todo el
.concierto), concreta los orígenes del bilingüismo: «La zona litoral fue
repoblada por catalanes y hablaba catalán; el :entro de la interior lo fue por
aragoneses v hablaba castellano» (tesis de 1956).
4.
No hubo por tanto una lengua valenciana inicial en
la conquista; los mozárabes del Reino de Valencia, que pudieron guardar su
religión y su romance, habrían sido aniquilados por las convulsiones islámicas
-almorávides, almohades- y en la Valencia de los siglos XII y XIII no dejaron
sino leves vestigios de romance, nada parecido a una lengua valenciana
primordial. Por tanto la len1ua valenciana actual se deriva directamente del
catalán que irrumpió en la conquista; no es realmente valenciano sino catalán.
5.
Pese a que este presunto catalán del Reino de Valencia
no florece más que en una parte del
territorio, el
País Valenciano no es Aragón, ni Castilla, sino que forma parte de Cataluña, la
Gran Cataluña, los Países Catalanes. Se toma, pues, la parte por el todo, para luego convertir al todo en parte de una entidad superior.
6.
Y por tanto, «el valenciano es uno de los dialectos
catalanes» (M. Sánchez Guarner, La llengua..., p. 3).
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