jueves, 15 de noviembre de 2012

REFORMA EDUCATIVA




Autor: José Vicente Gómez BVayarri

19 de noviembre de 2007

Se celebró en el mes de junio la reunión del Consejo Escolar de Estado para tratar el borrador del Bachillerato que propone la LOE. ¿A qué les recuerda? Exacto, en vísperas vacacionales. Los políticos, ni en democracia, cambian el modo ni el tempo.
La reunión fue breve y los cambios escasos al no producirse prácticamente debate. Se aprobaron enmiendas como la recuperación de la calificación cero, pero no suscitó ninguna controversia aspectos tan polémicos como el sistema de promoción o las asignaturas de Filosofía y Ciudadanía, y Educación para la Convivencia.
En el proyecto se destaca la importancia que se pretende otorgar a las administraciones educativas y a los centros docentes en el desarrollo del currículo. Sin embargo, el Ministerio de Educación ha obviado conscientemente la opinión de los docentes. Esta actitud está en consonancia con la máxima del despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Los mismos políticos gobernantes que presumen de ofrecer participación a los sectores implicados no consultan a los que verdaderamente tienen que llevar a cabo el desarrollo de la reforma. Ni un solo claustro monográfico se ha celebrado para que los profesores debatan la propuesta.
El polémico tema del sistema de promoción en Bachillerato que supone que el alumno que supere un 55% de las materias de primer curso no repetirá y complementará la matrícula con asignaturas de segundo curso lo aprobó el Consejo sin modificación alguna. Tampoco se presentaron enmiendas a la introducción de nuevas asignaturas comunes: es el caso de las materias de Ciencias para el Mundo Contemporáneo, Filosofía y Ciudadanía y la discutida de Educación para la Ciudadanía, disciplina esta última que quiere inculcar en los alumnos un “relativismo moral”, en palabras de la vicepresidenta del Gobierno.
En cuanto al currículo del Bachillerato propone que las autonomías establezcan las enseñanzas mínimas que requerirán el 65% de los horarios escolares o del 55% en aquellas Comunidades Autonómicas con lengua propia. El currículo será completado y desarrollado por los centros docentes, según los planteamientos de la LOE.
El Bachillerato se dividirá en tres modalidades: Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias y Tecnologías, y Artes.
Recordamos que la actual ministra de la Vivienda, Carmen Chacón, cuando era responsable, en la oposición, del área de Educación se oponía a los itinerarios a partir de los de 15 años. Nada importaba que en más de la mitad de los países de la Unión Europea la separación de los alumnos, en diversas vías, se produjera preferentemente a esa edad, tildando el proyecto de “segregacionista”.
En 2004 ganaron las elecciones los socialistas. El Gobierno de Zapatero paralizó la LOCE en el segundo Consejo de Ministros de la legislatura, teniendo que seguir aplicándose la Logse, ley que había sido aprobada en los Gobiernos de Felipe González, y que el PP, por cierto, no se atrevió a modificar, a pesar de no votarla a favor en el Parlamento español. El sistema Logse ha estado en vigor hasta que fue aprobada la LOE, en el mismo día que era cesada la ministra socialista Sansegundo.
Desde el año 2002 la tasa de abandono educativo en España es de las más altas de los países de la UE. Ha trascurrido un lustro desde la citada fecha y no han mejorado los resultados.
Nuestro bajo rendimiento sólo es superado por países como Portugal y Chipre, a pesar del incremento de inversiones destinadas a medios humanos e infraestructuras.
Finalmente deseamos relatar una simple anécdota. Cuando el Gobierno del PP aprobó la LOCE y programó el currículo de la asignatura de Cultura, Sociedad y Religiones, cuatros catedráticos doctores, dos en Historia y dos en Filosofía, nos pusimos a elaborar su contenido. El libro estaba prácticamente finalizado, después de dedicar un curso escolar a reuniones, redacción y revisiones. La derogación de la LOCE supuso la desaparición de esa materia.
¿Se atreverá el PP si gana las próximas elecciones generales a derogar lo que tanto critica desde la oposición?, o ¿por qué consiente que algunos libros de texto aprobados por la Generalitat sigan recogiendo afirmaciones contrarias al espíritu y letra del Estatuto de Autonomía o propugnan la subyugación de la Comunidad Valenciana? del fundador del Reino cristiano de Valencia.

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