Ricardo
García Moya
Diario de Valencia 24 de Marzo de 2002
Observando la frase “¡ Xe, qué bo !“ del Mestalla,
nuestras autoridades se felicitarían por el triunfo de la inmersión; es
decir por lograr que la masa exhibiera un “xe” catalanizado (como ordena el
traductor SALT de la consellería de Tarancón) y que lo viera toda España. La
interjección "che” -con “ch” africada de chic, distinta de la fricativa
“x" de Xixona-, es característica del idioma valenciano, siendo su
origen un enigma que encona a lexicógrafos y etimólogos catalanes y castellanos;
pues los valencianos, ¡ay!, sólo corean lo dicho por la RAE o e IEC.
Los valencianos del Renacimiento usaban un “ce” exclamativo:
“Si faré. ¡Ola, ce de la posada!” (Timoneda: Castell de Emaus,1569), voz común
con personajes de Lope de Rueda; autor que usaba valencianismos y que vivió en
Valencia, donde editó parte de su obra. Con cierta audacia, los filólogos de
Castilla suponen que este “ce” usado también en la Celestina y en comedias de
Tirso sería el origen del “che” valenciano; mientras que los argentinos
afirman que procede del aracuano o mapuche; y algún pillastre gallego apunta,
por si cuela, que vendría del arcaísmo galaico-portugués “che”, un dativo
ético. El pelanas Dr. Morínigo apunta que sería voz aimara, tomado por las
tropas españolas que combatieron en el Perú; y los de Venezuela defienden su
origen en la expresión “chévere”, e incluso hay quien señala como étimo el
árabe vulgar seih. Pero el más astuto es el abuelo Corominas, que brinca por
encima de moros, aimaras, castellanos, gallegos, araucanos,etc., e hinca bandera
de catalanidad sobre “el xe del catalán de Valencia” (DECH). Así de fácil, el
pícaro anciano cambia la ch por x y la valencianía en catalanidad, sin aportar
testimonios de xe con esta grafía, salvo la de algún floralista de fines del
XIX y los catalaneros del XX.
En la pugna por el “che”, nadie plantea la posibilidad
de que sea voz nacida en el idioma valenciano, como si la forzada menopausia de
nuestra lengua se remontara al XV.
Desde entonces, nuestros antepasados han - seguido
creando vocablos con los recursos habituales de las lenguas vivas, fueran adjetivos
como «estrafalari” (Ros, 1764), documentado en valenciano antes que en
catalán, o sustantivos ornitológicos: “ave mes ruda que el quebraós”
(Guerau,G.; Sátira contra Falcó, h.1580). La poderosa Gypaetus barbatus fue
bautizada “quebrad.” por los valencianos i’enacentistas, pero la actual
Generalidad rechaza la nomenclatura zoológica propia, copiando la que ordena
Cataluña con las gulas TERMCAT para la “Denominació catalana d’animala”. Así,
si usted llama al “carronyer quebraóa” con el catalán “carronyaire trenca16,.”
será considerado ciudadano culto y progresista por la mafia catalanera.
Del XVII al XIX surgen en idioma valenciano verbos
como “moragar”, derivado de mora y alusivo al cromatismo: "moragava el
raim” (Gadea: Tipos d´espardenya, h.1890)., y se consolidan sustantivos de
oficios y objetos: “palmiter, mestre de fer palmitos” (Exulve: Praeclarae,
1643), y gastronómicos como “tararena, guisat de fesols en castanyes”
(Escrig:1887), o el popular “panoli” (pa + en + oli), que ahora regresa violado
por el IEC y catalanizado como “pamboli”. Los adverbios también se benefician
de la acomodación morfológica, imponiéndose espontáneamente el “raere”
eufónico: “yo raere del aladre” (Burguet, J. Batiste: Propietaria, 1876,
p.10), que en catalán sería: “Jo enrerre l ‘arada”.
En el XIX, con la eclosión del teatro en idioma
valenciano y la fijación de grafías de base fonética, el dramaturgo incorpora
voces que no tenían reflejo en la prosa eclesiástica y cancilleresca.
La
interjección “che” se consolida como voz emblemática en competencia o por evolución
de otras similares. Con la ambigüedad de estos vocablos autónomos, “cha” o
“chas” cumple en ocasiones la misma función vocativa: “¡Cha, mira!” (Colom:
Cuatre comics d’ocasió, 1873), exclamativa: “Cha, la teua parentela” (Liern:
Aiguarse la festa, 1884); “¡Chas, tú, coca! (Lladró: La boba, 1872), o de
imperativo verbal,” “Roseta, chas el barral” (Una nugolá d’estiu,1871); “chas
par lo pronte este anell” (Bib.Nac. Ma. Inf. Tellina, h. 1700). Es evidente la
conexión semántica entre nyas, chas, cha, cheic, chec y che.
El parto del “che” fue acompañado de titubeos morfológicos
y variables como “chec”, de posible atracción de velar oclusiva siguiente:
“¿Chec, qué no vens a la iglesia?” (Fambuena. Un francés en Almásera,1877),
aunque no fue regla general: “Chec, aixó es un disbarat” (Escalante: La
vanitat castigada 1855). Pero la interjección triunfante sería “che” en todo el
territorio de la lengua valenciana, incluso en las canciones valencianas que
se editan en la Cataluña de Milá i Fontanals: “¿Che? Vols rifat?” (Canción
valenciana, Barcelona, Imp. Flotats, 1858, p.37), y en los juguetes líricos
cantados en el teatro de la Zarzuela del Madrid: “ Ché, calla que ya eu sabem”
(Barbieri y Liern: Dos pichones del Turia. Madrid, 1863, p. 9.)
El folclorismo de escuchar “che" en Madrid o
Barcelona se convierte en seña de identidad en boca de ilicitanos: “¡Che, no
signes guasón! (Sansano: Una sublevació en Jauja, E 1896); o de valencianos de
L’Alcora: “¡Ché, ¿qué penseu fer?,, (Bernat, Ll.: El terreno del honor 1894). o
de cualquier lugar del Reino: “¡Che,quins.." (Liern: La Toma de Tetuán,
1881).La interjección se elevó a voz emblemática, “mosatros som de la Terra del
Che”, siendo expresión popular en el XIX “la terra del che”(Barber y Bas: De
Valencia al Grau, 1889),. usándola Llombart como título de sus “Festes de la
Terra del Che” (Valencia, 1878) En la misma obra usa el gerundio valenciano
“acarchotant” (p.18), del mismo ancestral étimo árabe que “carchot" (en
catalán, “datellada”).
Como vemos, el idioma valenciano llevaba el “che” a
Cataluña, y hasta el nombre de “micalet” (soldado), en lugar del catalán
“miquelet”, llegó a usarse en la Barcelona del XVIII: “Cansó de un micalet a
los cathalans” (Barcelona, 1794) Q
Pero la catalanización que rechazaba la ch afectó a
los floralistas del 1880, iniciándose la claudicación que ha degenerado en el
indigno “xe” del Mestalla.
Dadas las circunstancias: ¿Tendremos el suficiente orgullo
para rechazar esta humillación?
Y si en Mestalla apareciera un gigantesco “che”
escrito en idioma valenciano ¿la academia de catalán Canal 9 lo retransmitiría
o censuraría? Ya vorem, com dia ma mare.
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