Autor: Héctor Castro Ariño
Filólogo y periodista 31 de enero de 2010
31 de enero de 2010
Pocos
territorios de este nuestro viejo Reino pueden presumir de tanta aragonesidad
como nuestra querida comarca de La Litera.
En una época en la que todo se cuestiona sin el menor rigor
se hace más necesario que nunca recurrir a la Historia para conocer la
realidad. Para este cometido me he sumergido en la bibliografía de Antonio
Ubieto, uno de los mejores historiadores aragoneses.
Nuestros
733,9 km2 han sido testigos de numerosos pasajes de la historia de Aragón. Ya
durante los siglos XI y XII encontramos documentación respecto a nuestra
identidad aragonesa:
“A
lo largo de ambos siglos (XII y XII) aparecen constantemente documentadas como
‘tenencias’ aragonesas las de Benabarre, Benasque, Calasanz, (…), Ribagorza, San
Esteban de Litera, (…), Tamarite de Litera, (…)”.[1]
Las
poblaciones de La Litera
siempre se rigieron por los Fueros de Zaragoza o de Huesca. Tamarite, por
ejemplo, se rigió por el Fuero de Zaragoza.
El
6 de febrero de 1228, en las Cortes aragonesas celebradas en Daroca, Lérida
juró fidelidad a Alfonso –hijo de Jaime I-, heredero de Aragón que nunca llegó
a reinar puesto que murió antes que su padre. Posteriormente la ciudad de
Lérida, por donde corría la moneda jaquesa, se negó en un principio a jurar
fidelidad a Pedro, heredero de Cataluña.
En
1243 Jaime I estableció la frontera entre Aragón y Cataluña integrando las
tierras que van desde el Segre hasta el Cinca en territorio aragonés,
incluyendo la ciudad de Lérida –que en aquellos momentos no formaba parte ni
del reino de Aragón ni de los condados barceloneses, ya que gozaba de un
estatus de ciudad libre-.
Meses
más tarde, ya en el año 1244, Jaime I estableció una nueva frontera integrando
Lérida, La Litera
y Ribagorza en Cataluña.
En
el año 1300 en Cortes celebradas en Zaragoza Jaime II, apodado el Justo, fijó
una nueva frontera estableciendo los límites entre Aragón y Cataluña en la
clamor de Almacellas –tal y como hoy siguen-.
Finalmente,
el 30 de noviembre de 1833, con el decreto de creación de las provincias,
volverá a haber una división en Ribagorza pasando una parte de esta a Cataluña.
La comarca que hoy se denomina Alta Ribagorça y que tiene su capital en el Pont
de Suert se desmembró de Ribagorza incluyéndola en la provincia de Lérida.
[1] Ubieto Arteta, Antonio,
“Los límites de Aragón” en Historia de Aragón; p. 316.
[2] Ubieto Arteta, Antonio,
“La formación territorial” en Historia de Aragón, p.331.
[3] Soldevila, Ferran, Les
prosificacions en els primers capítols de la crònica de Desclot en el
“Boletín de la Real Academia
de Buenas Letras de Barcelona”, nº 27, p. 86.
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