martes, 5 de octubre de 2010

LOS MOROS EN ESPAÑA


Publicado por Hilda en Edad Media, España

Los musulmanes o moros (del latín, maurus=oscuro), personas pertenecientes a la religión islámica, invadieron la Península Ibérica, a la que llamaron Al-Andalus, en el año 711, al mando del general Tarq, con aproximadamente 20.000 hombres, durante el reinado del rey visigodo Roderick. Sólo el norte montañoso continuó en poder de los españoles.

En ese año, los árabes ya dominaban toda la costa oeste de África y otros ejércitos habían invadido el Asia Menor y las islas griegas, poniendo en peligro a Constantinopla.

Como capital árabe de Hispania se fundó el emirato de Córdoba, independizándose política aunque no religiosamente del califa musulmán de Damasco, perteneciente a la dinastía Abasí, que habían destronado a los Omeyas, familia a la que pertenecía Abderramán, que logró escapar a Al-Andalus, estableciendo el emirato de Córdoba como un estado islámico autónomo. Allí se sucedieron Abderramán I y Abderramán II y fundaron la primera universidad europea.

Con la asunción de Abderramán III, en 912 se acrecentaron los conflictos internos, constituyéndose el califato de Córdoba, que sustituyó al emirato, uniendo el poder político al religioso, en el año 929, como posibilidad de hacer frente a la crisis, mediante la concentración de poderes, y su independencia total del califato abasí que había establecido su capital en Bagdad. El centro del poder político y residencia del califa se fijó en Madinat al-Zahra, majestuosa obra arquitectónica mandada a construir por el nuevo califa.

El califato sucumbió en el año 1031, luego de que el inepto califa Hisham II, que gobernó desde el año 976 al 1009, delegara su poder en el hachib Almanzor, que se dedicó a una política agresiva que acabó con el poder musulmán que se fue extinguiendo junto a su vida, ya que a la muerte del califa y a la suya sobrevinieron disputas por la sucesión que terminaron con la división del territorio en distintos reinos o taifas. Estos problemas internos a los que se agregaron sucesivas invasiones desde el norte de África, hicieron que sólo subsistiera el reino de Granada.

Los nuevos reinos cristianos que fueron conformándose a partir del siglo VIII, fueron consolidándose, tratando de reconquistar el territorio, desde el año 718, en que obtuvieron el triunfo en Covadonga, hasta apoderarse en el año 1492, del reino de Granada, fundada en el año 1238, gobernada por una dinastía Nazarí. Antes ya habían logrado establecer los reinos cristianos de Asturias, León, Navarra, Portugal, Castilla y Aragón.

Durante el extenso período de dominio, los musulmanes supieron separar la religión de la ciencia, lo que permitió que esta última avanzara, en contraposición a lo sucedido durante la Edad Media cristiana.

Sus notables médicos comprobaron el modo de impedir la propagación de las epidemias mediante el aislamiento de los pacientes afectados.

Importaron de Egipto un sistema de numeración sumamente completo. La palabra álgebra proviene del árabe.

Realizaron obras de irrigación extraordinarias, ya que como hombres del desierto apreciaron la riqueza que significaban las llanuras costeras.

Los musulmanes permanecieron en España durante aproximadamente 8 siglos, donde realizaron grandes obras culturales, caracterizados por su exquisita ornamentación.

Merece particularmente destacarse, la fortaleza de la Alhambra, que significa “castillo rojo”donde Muhammad I, en el año 1237, fundador del reino de Granada, estableció su residencia.

Hasta la Sabika, las cimas más elevadas de la Colina Roja, llegaron las aguas del río Darro, mediante una presa y una acequia. El agua se empleó no sólo como ornamento sino para el riego, que transformaron esa zona desértica en un oasis. Fue tomando características de una ciudad, desde donde se dominaba estratégicamente toda Granada y donde proliferaron los palacios.

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