martes, 31 de marzo de 2015

“FAÇANA”, OTRO REGALO DEL IEC



Por Ricardo García Moya

Si  juntamos una novela policiaca con guiones de westerns de John Ford obtendríamos un subgénero cercano a las narraciones  judiciales en lengua valenciana de la época foral. Una de 1622 describe las andanzas de los bandoleros que actuaban "per lo terme y horta de Alacant del present Regne de Valencia" (Arch. Cor. Aragón, L. 583). La simple observación de los folios evidencia un contraste con la artificiosa morfología inmersora, ausencia de apóstrofos, del dígrafo tx, de las consonantes geminadas separadas por el guioncito y, especialmente, del léxico de bricolage manufacturado por el IEC.
El notario testifica que los bandidos atacaron al "soldat Melchor Ruçafa" (con ch, melchor), y sugiere derribar "dos cases" (no dues) donde se refugiaban los malhechores, lo que sería "gran servici" (no servei). También vemos la construcción sintáctica "si digueren en Muchamel lo que pasa" (no "a Mutxamel el que passa"); y encontramos adjetivos como llauger, "cavall llauger" (no lleuger); demostrativos como esta, "per esta terra" (no aquesta); sustantivos como mitat (no meitat); formas verbales como fonch, "fonch interrogat" (no fou). Además, todo sucede en los aledaños del Camí de la Verónica donde se halla el monasterio de la Santa Faz, hecho que nos invitá a enlazar con un vocablo interesante.
El catalanismo difunde la voz "façana" a tutiplén, despreciando los tres vocablos que tiene el idioma valenciano para designar el paramento exterior de un edificio: "enfront, frontera y fachada". El diccionario de Escrig, en 1887, decía: "Enfront, fachada o delantera de un edificio".  Con esta acepción encontramos la voz en un escrito "en llengua valenciana" (sic) de 1599, alusivo a los premios otorgados a los que decoren "los enfronts de ses cases de draps de or y seda", (Arch. Cor. Aragón, L. 1350) Respecto a "frontera", Escrig informa que equivale a fachada, siendo acepción viva y de uso generalizado en todo el Reino, incluso en Oriola antes de 1707. En documento oriolano de 1628 leemos: "ab sos pendons y banderes lo dumenge en la Seu, y als que no tindran netes ses fronteres y portes , (A. Mun. Oriola, nº 286, año 1628).
Nos queda la prohibida "fachada", voz procedente del italiano facciata y derivada, como toda esta familia léxica, del latín facies. Documentada en España a principios del XVII, fachada pudo ser introducida en la lengua valenciana por la soldadesca residente en Italia. Hubo épocas en que Mìlán fue controlado por los 44 capitanes valencianos -aparte de la tropa- del Marqués de Leganés; y el mismo Cervantes estuvo enrolado en la compañía de valencianos de Diego de Urbina que anduvo por Italia hasta que embarcados en la "Marquesa", fueron diezmados en Lepanto. También las idas y venidas de eclesiásticos valencianos -con papas y cardenales- más los numerosos residentes en el virreinato de Nápoles, como Ribera, propiciarían las filtraciones léxicas.
El vocablo fachada era considerado muy valenciano. Lo utiliza, por ejemplo, el omnipresente Artiacá de Molvedre en su famoso "garrit sermó en llengua valenciana" (Bateig.1667) donde expresa el deseo de no castellanizar el léxico. La palabra siguió usándose aunque en los siglos XVIII y XIX ciertos escritores pensaron que era más culto sustituir la ch por j. Así, en un pliego de 1802 se cita "del Convent de Montesa la fajada", a la que también alude como "exquisita frontera" (Memoria dels obsequis, Valencia  1802). En la misma obra observamos que el vacilante autor escribe con g el sonido africado: "els capugins adornaren la creu", cuando los frailes de esta orden escribían "capuchins" con ch en la época foral: "del convent dels pares Capuchins" (Arch. Cor. Aragbn, L. 695, año 1644).
El diccionariode Escrig recogia la variable apocopada fajá, aunque advierte que ja debe pronunciarse "cha" (p. 23), por lo que nos encontrarfamos con la fachada de 1667 del Artiacá de Molvedre o, más exacto, "fachá"; tal como la pronunciamos. Los valencianos, por tanto, tenemos documentadas antes de 1707 las voces enfront, frontera y fachada, por lo que no hay que recurrir a la façana desempolvada por el IEC del mausoleo de arcaísmos, lugar donde debe reposar junto a los faciana y façaleja castellanos y gallegos.  Por cierto, ahora le hacen ascos, pero los selectos filólogos del L'Avenç utilizaban el italianismo común "fachada" aunque sustituían el dígrafo valenciano ch por el tx (L Avenç,1892, P. 212).
Es curioso pero según sea el filólogo castellanista o catalanista (ser valencianista puede acarrear hasta reprimendas de don Arturo Lizón) el étimo faz es transcrito de las jarchas en forma muy distinta, con j, z, o tx. Por ejemplo: "la faj de matrana" o rostro del alba, según Alfonso Berlanga (Poesía tradicional, p. 6). Pero García Gómez la transcribe como "faze de matrana" y duda sobre el origen leridano del poeta (Las jarchas,435).Y Sanchis Guarner, basándose únicamente en García Gómez, sentencia que es catalán el autor (¿en el XIII? ¡ejem!) y normaliza el texto "la fatxe de matrana" a gusto del IEC.
Tras la cortina del presunto rigor científico se esconde el terrorífico rostro de la cochambre chauvinista y manipuladora. Es tal el desprecio hacia los  valencianos que por ejemplo, en la obra del citado Alfonso Berlanga aparece un mapa de las regiones donde se localizan jarchas; pues bien, el territorio valenciano, a pesar de los poetas de Molvedre, Bocairent, Xátiva o Denia no consta en el mismo. Parece que hay un acuerdo tácito en negar nuestra existencia cultural. ¡Qué lástima no disponer de un Jurat d´Agravis que impidiera tanta humillación!


Las Provincias 13 de Junio de 1998

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