Por Ricardo García Moya
La Generalitat Valenciana y
la CAM, generosas e inmersoras, vuelven a regalar estos días los cuadernos
Gripau en esperanto barcelonés y bibliografía ramblera a los alumnos de COU. Entre las obras recomendadas figura
la Gran Enciclopedia Catalana, en cuyas páginas los futuros lanzadores de
huevos de Villarreal aprenderán que los valencianos -como el jurisconsulto
Llorens Matheu y Sanz, nacido en 1618- escribían en "catalá". La GEC
refuerza con estos datos la teoría de la unidad de la lengua, y se erige en
autoridad filológica para los que ejercen la inmersión. Así, en la revista
"Rilce", de la Universidad de Navarra, encontramos un ensayo sobre
este jurista y su manuscrito de la Biblioteca Nacional, al que aluden como
"romance en catalán de 96 heptasílabos" ("Rilce", Pamplona
1996. p. 79). Todo es rigurosamente cientifico, salvo en un detalle: es
mentira.
El políglota Llorens Matheu
(traductor de valenciano, latin, castellano e italiano) escribió tratados como
"De regimine Urbis et Regni Valentiae", y ejerció de asesor jurídico
del Reino, juez civil y criminal, regente del Consejo de Aragón, fiscal de la
Audiencia, etc. Con esta impresionante carrera jurídica imaginamos a Matheu y
Sanz como el idóneo Jurat d'Agravis, defensor de la lengua y libertad del
Reino; imagen casi destruida por la Gran Enciclopedia Catalana al propagar que
renegó del idioma valenciano. Y digo casi, porque en el citado manuscrito
podemos comprobar que Llorens Matheu y Sanz declara de su puño y letra que
escribe "en lengua valenciana" (Bib. Nacional Ms. 3.746, f. 602); no
en catalán, como propaga la mefistofélica Gran Enciclopedia Catalana, ¡ojo;
recomendada en la bibliografía para estudiantes valencianos!
En los manuscritos de
Llorens Matheu observamos léxico prohibido a los lanzadores de huevos: usa el
adverbio hui (no el corrupto y foráneo "avui"); los sustantivos
"bellea", "riquees" (f. 625) "la riquea que en lo
Mon" (f. 621 ). Traductor de la Crónica de Jaime I y el Espill, dominaba
la morfosintaxis medieval, pero no renunció a la lengua viva; escribía
"sabiduria en soli de magestat" (f, 613), dejando reposar
"saviesa" en el sarcófago de arcaismo. Mantenía la palatal africada,
que no es dígrafo filtrado en el XIX, como sugiere la inmersión: "als
chiquets solen cridar" (f. 613) "dichós", "desichat"
(f. 616) "archiu" (f. 608). Y usa el pronombre "yo"; no el
"jo" de advenediza jota (en tiempos del Conquistador era una variable
gráfica de la i).
Llorens no catalaniza
"corder" (f. 624) en "be", como hace la falsa Gramática
Valenciana de Bromera (recomendada en la bibfiògrafía de Gripau). EI numeral
"dihuit" (f. 616) no lo corrompe en "divuit"; el adjetivo "triunfant"
no lo transforma en "triomfant". Respeta el artículo lo y las terminaciones
de "advertix" y "asistix" (f. 609). En el soneto a la
Patrona del Reino escribe desamparats y amparant (no el "emparant" de
Canal 9), y cita el "idioma valenciano" y la "llengua valenciana"
(f. 653) con letra muy legible.
Llorens utilizaba verbos
ahora censurados por la inmersión, como el exclusivamente valenciano
"escomençar" (f. 610), documentado desde la Edad Media y vivo en la
actualidad. Alcover recogió hacia 1925, en Benassal, la voz "Escomençador:
fadrí y fadrina que escomencen el ball", texto que los lanzadores de
huevos deberían transcribir en catalán: "Començador: solter i soltera que
comencen el ball". Por cierto, solter y soltera son castellanismos que no
constan en el diccionario de LAS PROVINCIAS sí están, como debe ser:
"fadrí, fadrina y escomençar” (pronunciado "ascomençar", según
recuerda Alcover).
Nos falta un Jurat d'Agravis que nos
defienda de la Gran Enciclopedia Catalana y demás engendros recomendados por la
bibliografía del "Gripau". Por cierto, los lanzadores de huevos se
preguntarán: ¿No sabrá este tío facha que se dice "Síndic de
Greuges"? Lo sé, pero el nombre de este cargo lo copiaron los inmersores
de la nomenclatura catalana, y ya está bien de mimetismo servil. En el Reino
teníamos "cavallers Jurats" que ejercían funciones más complejas que
las de los "sindics"; como dirigir los Tercios del Reino y expulsar a
los catalanes que se acercaban a Villarreal en 1650. Respecto a
"agravi", aunque Cataluña lo prohíbe, el miembro de la Cancilleria
Real y máximo jurisconsulto valenciano del XVII, Llorens Matheu y Sanz,
escribía: "agraviat mes que sentit" (BNM. Ms. 3.746, f. 611 ).
Sustantivo, adjetivo y verbo derivados del latín "aggraviare" fueron
y son voces vivas en lengua valenciana. El diccionario Alcover dice:
"Agravi: violación de los derechos"; y el de Escrig, en 1851, recoge
"Agravi: ofensa o perjuicio que se hace en derechos o intereses":
También figura el "agraviat" usado por Llorens en 1643.
Para huir de
"agravi", las obras recomendadas en la bibliografía para lanzadores
de huevos ofrece estas construcciones: "Si us dic quelcom que us
agreugi" (Gimeno, I.: Diccionari
de barbarismes. Barcelona
1987). Claro, luego los lanzadores leen en LAS PROVINCIAS a Taroncher,
que escribe: "estava molt agraviat" (LAS PROVINCIAS, 8-2-98) y como
no consta en los falsos diccionarios valencianos de Gregal, Generalitat,
Bromera, etc., enloquecen al pensar que es un invento de Chimo Lanuza o del
diccionario de LAS PROVINCIAS, y marchan a la compra de huevos para defender la
cultura sardanera. Lo dicho, necesitamos un "Jurat d'Agravis" que
apoye jurídicamente la reconquista cultural del Reino, y no deje impune las
falsedades de obras como la Gran Enciclopedia Catalana.
Las Provincias 13 de Febrero de 1998
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