viernes, 16 de diciembre de 2011

BÁRBAROS Y BARBARISMOS


Por Ricardo García Moya

 Las Provincias 31 de Mayo de 1995


Sigilosamente, la inmersión está eliminando brotes léxicos que el valenciano, como idioma vivo, gestó hasta nuestros días. EI lermismo ha tolerado que gentes ajenas se arroguen el derecho -en el Reino de Valencia- de dar categoría de léxico culto a corrupciones, castellanismos y neologismos  catalanes  como avui, bellessa, amb o esport; por citar los más conocidos. Cualquier barbarismo de uso común  en Cataluña es reverenciado por nuestros enseñantes catalaneros y comités lingüísticos de sindicatos (hay liberados cuya misión es redactar los boletiones en catalán,  no valenciano).
Si  los catalanes,  por ejemplo, utilizaran el verbo "aubrir", la Generalidad de Lerma habría regalado a todos los comercios desde Oriola a Morella el cartel de "aubert", y los romerales glosarían en  la universidad la bonita etimología del vocablo.
EI adjetivo "aubert" estaba extendido por todo el Reino de Valencia antes de la inmersión socialista. En 1951, la admirable María Teresa Oller recogía "in situ" letra y música de danzas como el "U y  el dos" y la "Muixeranga"; trabajo  editado por el Instituto Alfonso el Magnánimo con fotografías y partituras. Uno de los cuadros plásticos se denominaba precisamente  la "auberta de dalt", como consta  en el libro (p.15) y todavía recordarán los ancianos de Algemesí.
EI caso es idéntico al del verbo "aufegar", recogidos ambos en el Diccionari de Alcover de 1.964 y  proscritos por la inmersión lermista. Por cierto, en Alcoy -en círculos festivos y por motivos no literarios- a Gil-Albert se le conocía  por Gil-"Aubert" (sic).
Las formas valencianas creadas en los siglos XIX y XX, como "aulor" -distintas al catalán y castellano- tendrían que defenderse con uñas y dientes; pero el mortal  complejo de inferioridad que padecemos nos impedirá otra opción que la practicada por ciertos políticos que -tras leer a Maquiavelo el fin de semana-; juegan con la ambigüedad al usar formas barcelonesas como "tesi" y "mentre" para complacer a tirios y troyanos.
Curiosamente, huyendo de la valenciana "mentres" caen en la que fue arcaísmo castellano, usado por Berceo y hasta en el fuero de Avila.
Los catalanes  han  usado -y considerado perfectas- vocablos muy alejados al modelo clásico, porque son lengua viva en Cataluña, algo que no nos permiten a nosotros.
En valenciano, hasta que llegó la inmersión del PSOE, sustantivos como flares, milacre, bellea o placha eran respetados incluso por catalanes como Amades que, en el "Costumari  catalá",  alterna  los dos idiomas. Así, en valenciano escribe: "dos milacres de San Vicent intitulats: Conversió dels Chudius de la Sinagoga de Salamanca" (p. 269.).
Respecto a la grafía "placha" la encontramos en escritos anteriores a 1707: "la armada ancorá en la placha de Altea" (Bib. Uni. de Valencia:  Ms.  Carga  del  virrey, 1705). La forma catalana "platja", impuesta por la inmersión lermista, no es más que otra corrupción etimológica. En el siglo XV, tanto en el Reino como en el Condado se escribía playa o plaia. EI "Dìetari de la Generalitat de Catalunya", 11 de agosto de 1469, describe cuando Ilega "a la plaia de Barchinóna" una nave robada que Ilevaba telas de "valencians, qui en aquest temps eran enemichs de Cathalunya".
Si se tratara de volver al valenciano del XV -absurdo no deseado ni por los catalaneros- habría sorpresas hasta  en  los  nombres propios. Por ejemplo, Narciso era "Arcís" en valenciano, como recordaba Ximeno en el siglo XVIII y lo podemos comprobar con Arcís Vinyoles en "Les Trobes". La burla de los inmersores ante quien escribe con normas de la Real Academia Valenciana palabras como "picher", "reyna" o "pechina" demuestra que ignoran que Bernat Fenollar escribía "Reyna"; o que en el libro de Capítulos de Oriola, en 1612, aparece "picher".
Respecto a pechina, en fecha tan temprana como 1395 fray Antoni Canals escribía "pechines" (hasta Corominas -algo rarísimo en él, pues todo lo arrambla- reconoce su "probable procedencia mozárabe valenciana").
De todas formas,  la labor del PSOE, IU y CIU han logrado hacer creer al resto de España que los valencianistas vamos por la vida con estaca, arcabuz y quemando libros.
Si Pujol dijera que los blaveros tiene cuernos y rabo, los medios de comunicación del régimen se encargarían de hacerlo verosímil. EI ser humano es muy manejable.  Nada mejor que una anécdota para ilustrar lo anterior y alegrar algo el espíritu. EI rabino Ysahac Cardoso -cirujano en el Madrid de Felipe IV- criticaba "a los malintencionados que dicen que los hebreos tienen cola" (Cardoso, Y.: Excelencias de los hebreos. Amsterdam 1679, p. 345). Con sentido del  humor, el rabino cuenta que fue Ilamado para atender en Madrid al alcalde de corte Juan Quiñones: "letrado curioso de varia erudición que escribió un libro, probando que los judíos tienen cola". Y cuál no sería el regocijo del judío cuando vio que al fabulador Quiñones "le sobrevinieron unas almorranas tan largas y grandes en aquellas partes, que propiamente parecían cola. Díxele yo, en  compañía  de  otro  cirujano: Vuestra Merced también debía incurrir  en  el  pecado  de  aquella muerte de (Cristo), pues le vemos el mismo mal". (Cardoso: Exc. p. 346).
La creencia en el largo coxis de los judíos perduró hasta el siglo XIX.

1 comentario:

Vicente Rubio dijo...

Amigo mio, cuanto daño nos hizo Zaplana y Estaban Gonzalez Pons, cuando nos vendieron a los catalanes de Jorge Pujol por 30 monedas y nos colocaran el AVL, y así obtener los votos de CIU en los tiempos de la primera legislatura de Aznar.
Ahora tenemos lo que tenemos de muy difícil solución. si no hacemos una gigantesca manifestación de valencianismo delante del las Cortes Valencianas.
¿Pero de donde sacamos a las huestes?
Un abrazo y adelante