miércoles, 28 de diciembre de 2011

LA GUERRA DE SUCESIÓN (XIII)


DECRETO DE ABOLICIÓN DE LOS FUEROS DE ARAGÓN Y VALENCIA


Fragmento de los Decretos de Nueva Planta. Reinado de Felipe V, 1.707


Decretos de Nueva Planta

El texto propuesto es un decreto realizado por Felipe V, rey de España, en el 1716. Felipe V, Duque de Anjou, fue proclamado rey en 1700, a la muerte sin descendencia del rey Carlos II (el Hechizado), sin embargo esta proclamación no fue aceptada por parte de los territorios de la monarquía, ni por algunas de las potencias europeas, lo que llevó al estallido de la la Guerra de Sucesión (1701-1714) que enfrentaba a los partidarios de Felipe de Anjou y del archiduque Carlos de Habsburgo, es decir una guerra europea que enfrentaba a Francia contra Austria, Gran Bretaña, Holanda y Saboya.

En la Península, el conflicto motivó la alineación de los diferentes territorios con uno u otro bando. De este modo, Castilla se mantuvo fiel a Felipe V, mientras que la Corona de Aragón se mostró partidaria del candidato austriaco, en oposición al centralismo de los Borbones.

Los Decretos de Nueva Planta son consecuencia de aquella guerra, y este en concreto se refiere a Cataluña, ya que los Decretos de Nueva Planta son varios. Ya en 1707, había promulgado el Decreto de Nueva Planta que afectaron a Valencia y Aragón, tal como pasaría ocho años después en Cataluña. El 11 de septiembre de 1714 las tropas de Felipe V tomaron definitivamente Barcelona pero su Decreto de Nueva Planta no fue promulgado hasta enero de 1716.

Los Decretos de Nueva Planta suponen la aplicación práctica del modelo centralizador que Felipe V y el resto de los reyes de la dinastía Borbón van a aplicar en España, es un modelo centralizador y reformista que ya se había desarrollado en Francia y que pone fin al modelo político pactista que habían aplicado los reyes de la dinastía Habsburgo en España durante los siglos XVI y XVII. Este modelo pactista hacía de la monarquía hispánica una mera unión de territorios con instituciones y legislación propias. Las instituciones de la Corona de Aragón eran un estorbo para esa política por lo que debían ser suprimidas.

Los decretos supusieron la integración de esos territorios en la administración castellana y la adopción de sus instituciones. En este sentido, el Consejo de Castilla pasó a ejercer las funciones de gobierno de todo el país, con facultades legislativas y judiciales, aunque siempre dependiendo del poder del rey.

En el preámbulo se cita la fecha de 9 de octubre de 1715 que fue cuando se promulgó aunque se publicara en enero de 1716, y se comenta la pacificación del Principado de Cataluña a resultas de la cual se impone un nuevo modelo político-jurídico y administrativo para el gobierno del territorio.

En este modelo participa la Audiencia que se transforma en un órgano de control real, además bajo control militar: un Capitán General, bajo directo mando del Rey, que acabará sustituyendo a la figura de Virrey, ya que los reinos de la monarquía se convertirán en provincias.

Se establece el castellano como idioma oficial en la Audiencia y en los escritos oficiales.

Se establece el sistema de administración local castellana de Regidores y corregidores, elegidos por los reyes, como forma de fortalecimiento del poder, los regidores de los municipios de menor entidad serán elegidos por la Audiencia.

Con los Decretos de Nueva Planta, desaparecen las instituciones tradicionales de la Corona de Aragón y se establece una monarquía absoluta basada en la centralización y en la uniformización política y administrativa.

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