Por: Ricardo de la Cierva
Poco después, el 17 de
enero del 86, Las Provincias publicaba
irónicamente un ridículo mapa de España diseñado por el inefable vicerrector
Guía, en que no aparecía ni Cataluña, ni el Reino de Valencia, ni las
Baleares, ni Navarra. ni
el País Vasco, lo que provocó la hilaridad de Valencia entera. Guía había
escrito, además, un libro furiosamente separatista en que
figuraba un truncado mapa de Francia. El 11 de julio de 1986 la junta de
gobierno de la universidad valenciana, presidida por el rector Lapiedra, otro
fanático pancatalanista, dictó una orden de catalanización en la universidad
que fue impugnada el día 25 siguiente por el grupo Alternativa Universitaria,
cuyo presidente es el estudiante Juan García Santandreu -de quien me atrae
pronosticar un brillantísimo futuro político-, con la dirección letrada del
insigne abogado Vicente Giner Boira y su colega Juan Manuel Ricart Lumbreras.
Los independentistas del pancatalanismo apoyaban naturalmente a Lapiedra y
clamaban porque «los ocupantes españoles salgan de nuestro país», como si
fueran de Herri Batasuna (3 de setiembre de 1986). Pero la Audiencia dio la
razón a los impugnadores y suspendió, a primeros de setiembre, los proyectos de
catalanización académica en la Universidad de Valencia. Sin el menor sentido
del ridículo, la junta de Lapiedra declaraba sin embargo que «asume el
compromiso histórico (es decir, antihistórico) de la normalización1 sociolingüística del catalán» (Las
Provincias, 3 de octubre de 1986),
mientras la Justicia citaba a declarar al increible vicerrector Guía por
ultraje a la bandera de España que había sido quemada frente a la estatua de
Jaime I. Guia fue condenado por agresión a tres valencianos que pintaban con
una franja azul una bandera catalana; se creía Superman. Hasta que ya, en
noviembre, la Audiencia falla definitivamente contra el proyecto Lapiedra, y da
toda la razón a Alternativa Universitaria. El rector, abochornado, mostró su
desacuerdo total y replicó con otra de sus frases históricas: «Recurriremos.» (Las Provincias, 12 de noviembre de 1986.) El acuerdo de la Junta, según la Audiencia
adolece de vicio de inconstitucionalidad.
Con
mucho más sentido común, Alternativa Universitaria le señalaba al derrotado
rector el único camino digno: dimitir. Así lo pidió Juan García Santandreu
entre el aplausov la satisfacción general de los valencianos (Las Provincias, 12 de noviembre de 1986). En los periódicos E1
Temps y Levante (15 de noviembre de 1986) se revelaba, entre un
divertido escándalo de la opinión valenciana, que empezó a explicarse
demasiadas cosas a la vez, que la Banca Catalanai, cuando la orientaba Jordi
Pujol, había ayudado en las décadas de los sesenta y los setenta a destacados
políticos e intelectuales de la sociedad valenciana, entre los que figuraban
Ricardo Pérez Casado, luego alcalde de Vaencia; el diputado Vicente Soler; el inevitable Josep Guía, entre el
grupo «los Diez de Alacuás», que fue detenido durante la época de Franco en
una casa de ejercicios espirituales, donde sin duda rezaban el rosario.
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